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jueves, 29 de septiembre de 2016

El club de los Mejores.- Arthur Gunn

Reseña El club de los Mejores.- Arthur Gunn

Editorial: Ediciones B
Año de edición: 2016
ISBN: 978-84-666-5991-8 
Formato: Papel

Sinopsis:

Todo secreto tiene su precio. Y toda promesa rota, su castigo.

UN SECRETO DE LA INFANCIA

Los cuatro niños pedaleaban con todas sus fuerzas sin darse cuenta de que huían de sí mismos. Era un día agradable y soleado. El recuerdo del aire puro se convertiría, años después, en la constatación de sus pesadillas.

UN JUEGO DE TRAMAS Y AMENAZAS.

-No podemos contar nada- dijo Walter–. Este debe ser nuestro secreto.
Y por primera vez en su vida, se sintió muy solo.
-No es culpa mía -repitió para sí mismo-. No es culpa mía.

¿PODEMOS ESCAPAR DE LOS NIÑOS QUE FUIMOS?

Muchos años después, alguien llamará a medianoche a la puerta de Walter.

Todo secreto tiene un precio. Y toda promesa rota, un castigo.

Es medianoche cuando alguien llama a la puerta de Walter. Se trata de Cormac, un viejo amigo que necesita desesperadamente su ayuda: han secuestrado a su mujer y la matarán si no paga un rescate de un millón de dólares. Walter intenta ayudar a Cormac, pero esa misma noche ocurre algo totalmente inesperado que hace que toda su vida salte por los aires.

Walter se verá envuelto en un juego de trampas, sorpresas y amenazas cuya clave podría estar en algo que ocurrió mucho tiempo atrás, cuando los amigos tenían ocho años. Algo que prometieron no contar jamás a nadie.

El Club de los Mejores es un thriller lleno de tensión y ritmo sobre los niños que fuimos y los adultos en quienes nos hemos convertido. Una novela absolutamente adictiva que ha sido comparada con Mystic River, de Dennis Lehane, y El cuerpo, de Stephen King. (Sinopsis extraída de: Ediciones B).

El autor:

Arthur Gunn es el seudónimo del escritor de novela negra Claudio Cerdán, que con esta obra ha querido hacer un guiño a los lectores del mejor thriller anglosajón. Sus anteriores obras, entre las cuales destacan El país de los ciegos (2011), Cien años de perdón(2013), Un mundo peor (2014) y La revolución secreta (2014), lo han hecho merecedor de reconocimientos tan prestigiosos como el premio Novelpol y el premio de novela Ciudad de Santa Cruz.

También ha sido finalista del premio Leemisterio.com, el de novela Pata Negra de la Universidad de Salamanca, el Memorial Silverio Cañada de la Semana Negra de Gijón, el Lengua de Trapo y el Valencia Negra. (Biografía extraída de: Ediciones B).

Mi reseña:

Hoy os traigo la reseña de El club de los Mejores, novela firmada por Arthur Gunn, seudónimo del escritor Claudio Cerdán y que ha llegado esta semana a las librerías. Yo la terminé hace una semana gracias a Ediciones B, que me proporcionó un ejemplar para su lectura y reseña. Nos encontramos ante una novela que recoge lo mejor del thriller de acción y que ya desde el principio consigue que el lector se intrigue, necesite saber que ocurre con su protagonista y qué es eso que arrastra desde su niñez y que ahora, en la edad adulta, vuelve para cobrarse la deuda. 

Minneapolis
El club de los Mejores nos traslada a la ciudad de Minneapolis, un lugar tranquilo donde Walter se ha convertido en un hombre de éxito, con un buen trabajo y un matrimonio que apenas sobrevive, dejando atrás al niño que creció en Deerwood, un pequeño pueblo de Minnesota. Sin embargo, su niñez y todo aquello que creía olvidado volverá de golpe cuando su amigo de la infancia Cormac, uno de los cinco que junto a él formó el club de los Mejores, llame a su puerta una noche preso de la desesperación; han secuestrado a su mujer y si no paga el rescate en unas horas, la matarán. A partir de este momento, Walter se verá envuelto en una serie de acontecimientos que pondrán su vida patas arriba y le pondrán frente a frente con todo lo que se prometió dejar atrás

Deerwood
El club de los Mejores ha sido uno de esos libros que me ha tenido enganchada desde el principio hasta el final; Arthur Gunn nos brinda una historia llena de suspense, intriga, que contiene todos los ingredientes que un thriller de acción ha de tener. En muchos momentos tenía la sensación de haber “cazado al malo”, de tener las claves para resolver el misterio, pero en cuanto avanzaba unas páginas, un nuevo giro me despistaba y hacía que me replanteara lo que llevaba pensado. El club de los Mejores nos plantea una historia en la que los actos realizados en el pasado pasan factura en el presente, es la teoría del caos en estado puro: un hecho fortuito que tuvo lugar en un momento determinado de nuestra vida tendrá consecuencias inesperadas en el futuro, en el nuestro y en el de las personas que tengan que ver con nosotros, directa o indirectamente. Marcará muchas vidas de una u otra forma. Arthur Gunn nos traslada a Estados Unidos, concretamente a Minneapolis, a priori una ciudad tranquila, donde Walter, el protagonista de la historia, irá enredándose en una tela de araña invisible para él y que le devolverá a Deerwood, su ciudad de origen y lugar que se prometió abandonar para no volver. 

Escrita bajo un estilo directo acompañado de una prosa cuidada, Arthur Gunn utiliza la figura de un narrador protagonista que se expresa en primera persona a través de la voz de Walter durante el desarrollo de la trama principal que se desarrolla en un hilo temporal lineal y en la que los flashbacks o analepsis van a tener poca presencia; sin embargo, intercalados en esta trama principal, que se encuentra dividida en cuatro partes y un epílogo, podemos leer unos flashbacks (que el autor llama entonces) y que están narrados en tercera persona por un narrador omnisciente, permitiéndonos a los lectores ir conociendo, de forma objetiva, todo lo acontecido durante la infancia de los miembros del club. De esta forma, se establece una diferencia en la forma en la que obtenemos la información, pues la trama principal, contada por ese narrador protagonista, nos llega de una forma subjetiva y con ello, los lectores podemos llegar a sentir con más intensidad el desasosiego que siente Walter conforme su vida va escapando a su control. Con unas magníficas descripciones acompañadas de unos diálogos muy buenos y ágiles, Arthur Gunn consigue unas escenas que trasladan al lector a su interior, que hacen que las viva y las sienta, que sea capaz de notar el frío de la nieve al caer o como alguien es testigo de cada uno de los movimientos del protagonista sin que él mismo sea consciente de ello. 



En lo que se refiere a los personajes, estamos ante un thriller que cuida tanto sus tramas como sus personajes, pues todos están perfectamente perfilados y dibujados en la novela. Cada uno de ellos va desarrollando su rol dentro de la trama, pero al mismo tiempo, Arthur Gunn introduce en algunos de ellos giros que el lector no espera, manteniendo la tensión ya no sobre la trama sino sobre el propio personaje. El personaje de Walter me ha gustado precisamente por su posición de hombre normal enfrentado a una situación extraordinaria, no llega a ser un anti- héroe, no es un hombre atormentado con problemas de alcohol pero tampoco es un súper hombre al que todo le sale a la perfección y va encontrando las soluciones a su paso; es un hombre que, si bien ha triunfado en su vida profesional, se enfrenta a una vida personal no todo lo satisfactoria que le gustaría, y que de repente se ve ante una situación que le supera y que ha de intentar de resolver como puede o sabe. Los otros niños que forman El club de los Mejores, ahora también adultos y que arrastran sus propios problemas y en algunos casos, verdaderas tragedias, me han parecido personajes interesantes, y he de reconocer que el personaje de Cormac me ha tenido desconcertada durante toda la lectura. Personalmente, un personaje secundario que me ha gustado mucho ha sido el de Sally, aportando muy buenas escenas junto a Walter. 



El club de los Mejores se ha convertido en una de las mejores lecturas que he tenido últimamente. Lo nuevo de Arthur Gunn hace que el lector esté deseando abrir el libro a cada rato que tiene, saber que va a pasar a continuación, averiguar si los miembros del club rompieron sus promesas y sus deudas se han de pagar en el presente. 










martes, 27 de septiembre de 2016

Algo parecido al verdadero amor.- Cristina Petit

Reseña Algo parecido al verdadero amor.- Cristina Petit

Editorial: Roca Editorial
Año de edición: 2016
ISBN: 9788416498109
Formato: Papel

Sinopsis:

Clémentine vive en París, en un espléndido apartamento con vistas a la ciudad y a sus tejados. Es una chica joven, alegre y afortunada, con un trabajo que adora: leer libros a chicos con dificultades, ayudándoles a que superen sus miedos a través de la terapia de las palabras.
Albert Séraphin es un joven escritor quien, después de haberse cruzado con Clémentine por la calle, y quedarse deslumbrado por ella, convierte a Clémentine en la protagonista de su novela. Al publicar este libro, titulada Fábula en París, esta se convierte rápidamente en un best seller; el público se enamora locamente de una novela que está escrita desde el corazón. Clémentine también lee la novela, y al pasar la última página tiene una extraña sensación; intuye que esta historia tiene algo de premonitorio. Hay algo que transmite el libro que parece pertenecerle solo a ella.

Clémentine descubrirá que el mejor regalo que un libro puede ofrecer es su capacidad para unir a las personas y que estos a veces son el salvoconducto para poder llegar a algo parecido al verdadero amor. (Sinopsis extraída de: Roca Editorial).

La autora:

Cristina Petit nació en Bolonia. Actualmente es profesora de escuela primaria, y ha trabajado para distintas causas humanitarias. Apasionada por la ilustración, el arte y la fotografía, es responsable del blog Maestrapiccola. Algo parecido al verdadero amor es su primera novela. (Biografía extraída de: Roca Editorial).

Mi reseña:


Hoy os traigo al blog la reseña de una novela que terminé hace unos días y que me ha regalado unos ratos de lectura realmente agradables. Hoy os cuento mis impresiones sobre Algo parecido al verdadero amor de Cristina Petit, cuyo ejemplar me llegó gracias a la gentileza de Roca Editorial, a quienes agradezco el enorme detalle. Se trata de una novela llena de optimismo, uno de esos libros cargado de positividad que van llenando al lector con su alegría. Una historia que, escrita con sencillez, te reconcilia con las personas.

París
Algo parecido al verdadero amor nos cuenta la historia de Clémentine, una joven parisina que acaba de heredar un apartamento en París por parte de una tía con la que apenas tenía relación. Cuando llega a la vivienda, Clémentine descubrirá que es el espacio con el que siempre había soñado para vivir, un lugar en el que rodearse de libros; esos libros que tanto significan para ella y para los niños con los que trabaja. Pero Clémentine no solo encontrara un maravilloso lugar en el que vivir, también encontrará unos vecinos maravillosos que le abrirán las puertas de su hogar y de sus corazones. Al mismo tiempo, Albert Séraphin, un joven escritor que se cruza con Clémentine en el metro, la convierte en la protagonista de su primera novela, un libro que se convierte rápidamente en best seller, y que también la convertirá en alguien fundamental en su vida.



Cuando te metes en la lectura de Algo parecido al verdadero amor, de forma inmediata viajas hasta las calles de París, es irremediable que no te imagines en ese ático que hereda Clémentine y que tiene unas maravillosas vistas a la magnífica ciudad del Sena. La novela de Cristina Petit, al igual que la ciudad en la que se desarrolla, destila luz en cada una de sus páginas. Es uno de esos libros que infunden optimismo al lector, que cierras con una sonrisa cada vez que te enfrascas en su lectura. Y es necesario que novelas así se crucen en nuestro camino, historias que nos hagan viajar, sonreír, pensar que sí pasan cosas buenas en este mundo que parece haberse vuelto loco, que gira sin control y del que a veces, demasiadas, dan ganas de apearse para buscar un lugar donde se pueda pensar con calma. Algo parecido al verdadero amor me ha hecho recordar ese vecindario de mi niñez, donde las puertas de las casas se podían tener abiertas sin temor a que la persona que entraba tuviera otra intención que fuera más allá que el tomar un café mientras la charla se alarga más allá de una taza que ha sido la excusa para buscar compañía; o los niños podíamos agarrar la mano de una vecina recién llegada e invitarla a un bizcocho recién hecho.

Escrita bajo un estilo directo acompañado de una prosa sencilla y correcta, en Algo parecido al verdadero amor, Cristina Petit maneja por una parte la figura de un narrador omnisciente, que se expresa en tercera persona, cuando nos cuenta la historia de Clémentine, siendo este narrador quien conoce toda la información, tanto subjetiva como objetiva que afecta a todos los personajes que aparecen en la historia; por otra parte, encontramos la figura de un narrador protagonista en la trama que protagoniza Albert Séraphin, expresándose en primera persona a través de la voz de este personaje, quien proporciona una visión más subjetiva, conociendo a los personajes que intervienen en esta parte de la historia a través de los ojos de Albert. Con unas descripciones capaces de trasladar al lector hasta ese apartamento parisino lleno de libros y con unas vistas privilegiadas de París, o de hacer que huelas ese café que reúne a Clémentine con sus nuevos vecinos, acompañadas de unos diálogos más que correctos, encontramos unas escenas vívidas con las que Cristina Petit hace disfrutar al lector. Escrito bajo un hilo temporal lineal, encontramos pocos saltos temporales a lo largo de la lectura, aunque lo que sí vamos a encontrar es la alternancia entre la historia de Clémentine y la de Albert, y una constante entre ambas: los libros; Algo parecido al verdadero amor es una novela donde los libros son otro de los grandes protagonistas.



En cuanto a los personajes, bien perfilados dentro de la novela, todos ellos son personajes “blancos”, y aunque a priori pueda parecer que esto los convierte en planos, lo cierto es que, como he comentado antes, Algo parecido al verdadero amor es un libro optimista, amable, y creo que, pensándolo bien, encontrar personajes más difíciles o complicados, hubiera parecido estás más forzado. La novela que nos brinda Cristina Petit no pretende redimir ni moralizar, y sus personajes tampoco. Clémentine me ha parecido una joven alegre sin caer en la pedantería, que da muestras de haber pasado por dramas en su vida pero ha tomado la decisión de ser feliz y de ayudar a los demás a través de los libros, pues en ellos encontró su refugio cuando lo necesitó. Rémy es un niño que vive en el nuevo edificio donde se muda Clémentine y que, desde el principio, conecta con ella, convirtiéndose en un dúo inseparable que despiertan mucha ternura en el lector. Quizás es con el personaje de Albert con quien menos empatía he llegado a sentir, aunque eso no significa que no me haya gustado, pero lo cierto es que su trama me ha aportado menos que la trama protagonizada por Clémentine.




Algo parecido al verdadero amor es una de esas novelas que es necesario leer de vez en cuando, y que Cristina Petit nos brinda. Una historia cargada de optimismo en la que los libros ocupan un lugar preferente, algo que lo que los amamos agradecemos profundamente. 




domingo, 18 de septiembre de 2016

Me llamo Lucy Barton.- Elizabeth Strout

Reseña Me llamo Lucy Barton.- Elizabeth Strout

Editorial: Duomo Ediciones
Año de edición: 2016
ISBN: 9788416261918
Formato: Papel

Sinopsis:

En una habitación de hospital en pleno centro de Manhattan, delante del iluminado edificio Chrysler, cuyo perfil se recorta al otro lado de la ventana, dos mujeres hablan sin descanso durante cinco días y cinco noches. Hace muchos años que no se ven, pero el flujo de su conversación parece capaz de detener el tiempo y silenciar el ruido ensordecedor de todo lo que no se dice. En esa habitación de hospital, durante cinco días y cinco noches, las dos mujeres son en realidad algo muy antiguo, peligroso e intenso: una madre y una hija que recuerdan lo mucho que se aman. (Sinopsis extraída de: Duomo Ediciones).

La autora:

ELIZABETH STROUT nació en Maine, pero desde hace años reside en Nueva York. Es la autora de Olive Kitteridge, novela por la que obtuvo el Premio Pulitzer y el Premi Llibreter, Los hermanos Burgess, Abide with Me y de Amy e Isabelle, que fue galardonada con el Art
Seidenbaum Award de Los Angeles Times a la primera obra de ficción y el Heartland Prize del Chicago Tribune. También ha sido finalista del Premio PEN/Faulkner y el Premio Orange de Inglaterra. Sus relatos se han publicado en varias revistas, como The New Yorker y O, The Oprah Magazine. (Biografía extraída de: Duomo ediciones).

Mi reseña:


Hoy os traigo la reseña de una novela que he leído en un suspiro y que, tras su aparente sencillez, esconde mucho más. Se trata de Me llamo Lucy Barton, de la escritora norteamericana Elizabeth Strout. Recibí un ejemplar por parte de Duomo Ediciones para su lectura y reseña (a quienes les agradezco enormemente el envío del ejemplar), y cuando me enteré de que Laky organizaba una lectura conjunta en su blog http://librosquehayqueleer-laky.blogspot.com.es/ no dude ni un momento en apuntarme. Ha resultado ser una novela que se lee rápido pero que al tiempo va calando en el lector, va trasladando un mensaje que subyace, una dureza que no se ve a simple vista, pero que está ahí, que se siente.

Me llamo Lucy Barton nos cuenta la historia de la propia Lucy, quien recuerda una etapa de su vida en la que tuvo que permanecer en el hospital durante varias semanas, y en lo que ese ingreso significó; le devolvió a su madre, a quien hacía años que no veía, y con quien mantenía una difícil relación desde la infancia. Pero también sirvió para que Lucy reflexionara sobre toda su vida, sus duros años de niñez en los que la escasez, tanto material como sentimental la marcarán para siempre. Unos días en el hospital que significarán ponerse ante su vida como si de un espejo se tratase para reconciliarse con la niña que fue y así poder vivir en paz con la adulta en la que se ha convertido.



Cuando comienzas la lectura de Me llamo Lucy Barton, el lenguaje sencillo utilizado por la autora puede llevar al lector a pensar que se encuentra ante una obra de lectura sencilla, pero esto es una impresión errónea; al ir introduciéndote en la historia te das cuenta de que estás ante una novela que esconde mucho más, que el trasfondo te lleva hasta un lugar oscuro, triste y en ocasiones asfixiante en el que la protagonista tiene que crecer; en Me llamo Lucy Barton, Elizabeth Strout nos traslada a un universo en el que los sentimientos parecen quedar soterrados bajo capas y capas de autoprotección necesaria en un ambiente en el que las caricias son casi inexistentes, en el que la infancia se acaba en un suspiro porque los adultos no se molestan en cuidarla. En muchas ocasiones, los adultos no nos paramos a reflexionar que nuestras acciones de hoy con los niños condicionarán los adultos que serán mañana, su forma de relacionarse con los demás y de conducirse en la vida.

Escrito bajo un estilo directo, a modo casi de autobiografía de la propia Lucy, que Elizabeth Strout acompaña de una prosa sencilla pero al mismo tiempo cuidada, en Me llamo Lucy Barton encontramos la figura de un narrador protagonista que se expresa en primera persona a través de la voz de Lucy, quién nos irá contando sus experiencias, arrancando desde su estancia de varias semanas en un hospital, lo que supone el reencuentro con su madre; una madre con la que le une una relación complicada marcada por una infancia en la que nunca estuvieron presentes las caricias. Será a través de la propia Lucy como los lectores iremos conociendo al resto de los personajes, por lo que siempre obtendremos una información más subjetiva que la que podría proporcionar un narrador omnisciente o testigo, pero aún así, he de decir que Me llamo Lucy Barton me ha parecido una novela en la que tienen más peso los sentimientos de la propia Lucy, como percibe ella la realidad que la rodea y como recuerda su pasado que como se nos muestran a los lectores el resto de personajes que la rodean; Elizabeth Strout nos brinda una novela desde una perspectiva subjetiva, donde las descripciones vienen marcadas por los recuerdos, resultando en la mayoría de las ocasiones sencillas a la par que crudas y duras. Estas descripciones, unidas a unos diálogos sencillos ofrecen al lector unas escenas en las que subyace mucho más de lo que la autora nos está contando. No vamos a encontrar una historia que sigue un hilo temporal lineal, pues la novela comienza in media res, con el ingreso de Lucy en el hospital, y a partir de ahí, irá realizando saltos temporales a lo largo de su vida.



En cuanto a los personajes, como he comentado antes, Me llamo Lucy Barton es una novela cuya historia nos llega desde una perspectiva subjetiva en la que los personajes, excepto la propia Lucy, y en ocasiones su madre, no llevan el peso específico de la historia. Será a través de la voz de Lucy como los lectores conocemos al resto de personajes de la historia y vamos encajando las piezas que van componiendo el puzle que forma la vida de la protagonista. Lucy es una mujer que ha conseguido ir hacia delante, pese a haber tenido una infancia complicada en la que sus padres han jugado un papel que no es el adecuado. Ya de adulta, ama Nueva York, la ciudad en la que vive, pero sigue sin encontrar del todo su lugar en el mundo. Personalmente, creo que la relación que se establece entre Lucy y su madre es, por desgracia, en realidad mucho más común de lo que pensamos, estableciéndose una barrera invisible entre padres e hijos que, con el transcurso de los años, es más difícil de franquear, de traspasar, quedándose en el tintero muchas cosas por decir.




Me llamo Lucy Barton es una de esas novelas que se cruzan en el camino del lector y que no hay que dejar pasar. Una de esas lecturas que, tras su aparente sencillez esconde una historia cruda y dura con la que Elizabeth Strout abre una ventana al alma de su protagonista. 



miércoles, 14 de septiembre de 2016

Las horas robadas.- María Solar

Reseña Las horas robadas.- María Solar

Editorial: Grijalbo
Año de edición: 2016
ISBN: 9788425354038
Formato: Papel

Sinopsis:

La muerte de un anciano con un mensaje en su mano, «Dime que me quieres», destapa una pasional historia de amor que nunca terminó. Ambientada en la confusa España de 1979, dos años antes de que se aprobara la ley del divorcio, dos familias se ven arrastradas por ese viejo secreto y por la necesidad de cambiar sus vidas.


María Solar brilla con luz propia y hace gala de un contundente dominio del ritmo narrativo en esta historia de personas que dominan o que son dominadas, rutinas que matan el amor, infidelidades que ven la luz, adolescentes que descubren el sexo y la traición... Una novela de sentimientos que envuelve al lector en sus páginas y que le lleva a conocer personajes inmersos en una época, no tan lejana, donde vivir sin ataduras era una tarea pendiente. (Sinopsis extraída de: megustaleer).

La autora:

María Solar (Santiago de Compostela, 1970). Escritora y periodista, presentadora en Televisión de Galicia y en Radio Galega. Centrada en el mundo de la comunicación, es licenciada en Periodismo y en Biología, y diplomada en Magisterio. Ha presentado y dirigido programas de todos los géneros. Como escritora, Las horas robadas es su primer libro de narrativa para adultos después de una trayectoria consolidada en la literatura infantil y juvenil, donde ha conseguido los premios Frei Martin Sarmiento 2013 y 2014 (otorgado por los lectores), el prestigioso Lazarillo de Creación Literaria 2014, y ha sido distinguida en la lista The White Ravens 2015 que recoge los mejores libros del mundo. (Biografía extraída de: megustaleer).

Mi reseña:


Hoy os traigo al blog la reseña de una novela que contiene una historia de esas que acarician el alma; la primera novela de narrativa para adultos que nos regala María Solar después de una sólida trayectoria dentro de la literatura infantil. Se trata de Las horas robadas, una historia que nos traslada a la España de 1979, en plena Transición política, confundida, a caballo entre las costumbres más rancias y la llegada de la modernidad donde sus protagonistas descubrirán secretos del pasado que han permanecido ocultos durante décadas. Agradezco a Grijalbo- Megustaleer el envío de un ejemplar para su lectura y reseña.

Corre el año 1979 en una España que está luchando por salir de una dictadura que ha durado demasiado. En plena Transición política, dos familias, vecinas en una localidad gallega, verán cómo sus vidas cambian por completo y sus destinos se entrelazan más allá de una simple vecindad cuando Anselmo, un anciano que emigró siendo joven a Argentina y retornó a España al enviudar, muere repentinamente en su cama con un papel en sus manos donde se puede leer “dime que me quieres”. A partir de este momento, y con este papel como punto de partida, se irán desentrañando los secretos y el pasado de aquellos que, aparentemente, no los tenían; tres generaciones de dos familias que, poco a poco, irán descubriendo que el amor se abre camino pero no siempre vence las barreras, aunque estas no consigan que muera.



Con Las horas robadas, María Solar traslada al lector a una época que, aunque ahora no lo parezca, fue realmente convulsa para el país; un momento de nuestra historia en el que España abandonaba una dictadura que, no solo no debería haber existido sino que, además nos lastró durante cuarenta años, y cuyo precio seguimos pagando a día de hoy; unos años en los que las costumbres más rancias se resistían a abandonar un territorio abonado con éxito para ellas, mientras que una modernidad, que venía a llenar a una juventud que pedía a gritos respirar con libertad, llegaba imparable. Y en esta historia vemos como las dos familias protagonistas representan esta dicotomía que se vivía en el país: mientras una de ellas se instala en el pasado, con una figura masculina dominante y asfixiante, en la otra familia vemos que el diálogo y la libertad están siempre presentes. Sin embargo, son más las cosas que les unen que las que les separan, descubriendo las más importantes con el fallecimiento de Anselmo, que aferra un papel entre las manos con un enigmático mensaje que será el detonante para que, secretos que han permanecido ocultos durante décadas vuelvan al presente. Las horas robadas nos habla a los lectores sobre la fuerza del amor, pero también sobre el sacrificio y sobre renunciar a quien es la persona más importante de nuestra vida, sobre cómo muchas veces el alejarnos de aquel a quien amamos puede significar la mayor demostración de amor; María Solar nos muestra cómo los celos pueden llevar a alguien a destruir a la persona que comparte su vida, a ver fantasmas donde no los hay, pero también nos muestra como para alguna parte de la sociedad, en esa España que todavía no se había sacudido el gris de cuarenta años de sometimiento, pesaba más la opinión de los demás que los sentimientos.

Escrita bajo un estilo directo que María Solar acompaña de una prosa muy cuidada, en Las horas robadas encontramos la figura de un narrador omnisciente que se expresa en tercera persona y de forma objetiva, proporcionando a los lectores toda la información, tanto objetiva como subjetiva que afecta a los personajes de la novela. La historia se desarrolla en un hilo temporal lineal, aunque veremos a lo largo de la lectura algunos flashbacks con los que iremos conociendo sucesos del pasado cuyas consecuencias se ven en el presente y afectan a otras personas. Las horas robadas proporciona a los lectores unas buenas escenas gracias a unas descripciones que permiten que nos situemos en cada uno de los escenarios en los que se desarrollan junto a unos diálogos bien resueltos, cargados de verdad. Esta novela está dividida en capítulos cortos, que proporcionan una lectura ágil y rápida, cargada de sentimientos, de renuncias y de secretos. Como he comentado antes, esta novela de María Solar contiene una historia de las que llegan al lector, de las que van calando poco a poco, para emocionarle y hacer que quien está al otro lado de la página viva plenamente la historia que nos cuenta.



En cuanto a los personajes, sin ninguna duda, Las horas robadas es una novela de personajes, una historia coral donde el peso de la historia va más allá de las tramas para trasladarse a cada uno de los personajes que desfila por sus páginas. Ramón y Roberto son dos amigos adolescentes que, pese a haber recibido una educación completamente diferente, se quieren casi como hermanos, amigos desde la infancia, irán descubriendo cosas de sus familias que pondrán a prueba su amistad. Descubriremos en Damián, padre de Ramón, a un hombre obsesivo y celoso, que quiere tener a su mujer y al resto de su familia en un puño. Seremos testigos de excepción de ese secreto que Anselmo pretende desvelar a través de ese papel que aferra en el momento de su muerte, como si de una confesión se tratase. Veremos cómo Lola y Rosa, pese a ser completamente diferentes, demuestran ser mujeres fuertes que buscan su felicidad. María Solar nos brinda personajes muy bien perfilados y dibujados dentro de la novela; protagonistas humanos, con sus fallos y sus virtudes, sus miedos y sus anhelos. Personas con las que nos podemos sentir fácilmente identificados, tanto para bien como para mal.




Las horas robadas de María Solar es una de esas novelas que proporcionan al lector una historia de las que permanecen con él, de las que quedan; escrita sin pretensiones, de forma sencilla pero contundente. Una historia que habla de horas perdidas, robadas, que sin darte cuenta, se transforman en una vida entera. 


sábado, 10 de septiembre de 2016

Todo lo que vino después.- Gabriel Urza

Reseña Todo lo que vino después.- Gabriel Urza

Editorial: Ediciones B
Año de edición: 2016
ISBN: 978-84-666-5924-6
Formato: Papel

Sinopsis:

Corre el año 2004 en Muriga, un tranquilo pueblo del País Vasco con más secretos que habitantes. Han pasado cinco años desde el secuestro y asesinato de un joven político local, padre de familia, y la vida en Muriga casi ha vuelto a la normalidad. Sin embargo, tras los atentados de Atocha en Madrid, el pueblo se enfrenta a su propio pasado turbulento: todo el mundo sabe quién apretó el gatillo en aquella ocasión, pero ¿es el joven que está ahora entre rejas el único culpable?.

Todo lo que vino después va desvelando capa tras capa de un crimen en el que han intervenido la historia, el amor y la traición. La narración de tres habitantes del pueblo –la hermosa viuda del concejal asesinado, el adolescente radical ahora encarcelado por el crimen y un anciano profesor americano que esconde su propio pasado traumático– explora las claves de lo que realmente sucedió. Y para ellos ha llegado por fin el momento de enfrentarse a lo que puedan averiguar de la verdad.


Inspirado en una historia real, Todo lo que vino después es una novela profunda y polifacética sobre una clase de violencia que puede surgir cuando menos se espera. Intenso, elegante y evocador, el debut literario de Urza refleja el mundo en que vivimos y marca la llegada de un nuevo y brillante escritor. (Sinopsis extraída de: Ediciones B).

El autor:

Gabriel Urza obtuvo un máster en Bellas Artes por la Universidad de Ohio. Su familia procede del País Vasco, donde él ha vivido varios años. Ha recibido una beca del Instituto de Estudios Internacionales Kellogg, y sus relatos y ensayos han aparecido en River Teeth, Hobart, Erlea, The Kenyon Review, West Branch, Slate y otras publicaciones. Obtuvo también el título de Derecho por la Universidad Notre Dame y ha trabajado varios años como abogado de oficio en Reno, Nevada.


Aunque escribió la presente novela en inglés, Gabriel Urza también domina el castellano. (Biografía extraída: Ediciones B).

Mi reseña:


La reseña de hoy está dedicada a una novela con una temática bastante diferente, abordando un tema que no es sencillo de tratar como es el del terrorismo etarra durante una época en la que España fue duramente golpeada por este. Hoy os traigo mis impresiones sobre Todo lo que vino después de Gabriel Urza, un escritor que debuta con esta obra difícil pero muy bien llevada que nos trae Ediciones B, a quien agradezco que me facilitara un ejemplar para su lectura y reseña.

Todo lo que vino después nos cuenta la historia de Joni, Mariana e Iker, tres habitantes de Muriga, un tranquilo pueblo del País Vasco, cuya vida cambiará para siempre en 1998, cuando José Antonio Torres, un joven concejal y vecino del pueblo sea secuestrado y asesinado. Mariana, esposa de José Antonio, se replanteará toda su vida y su matrimonio con el joven político, preguntándose si podría haber hecho las cosas de otro modo; Iker, ahora lejos del pueblo, se plantea si las ideas que muchos jóvenes de su edad defienden sin cuestionar nada llevan a algún sitio; y Joni, un profesor de inglés que, después de treinta años viviendo en Muriga sigue sintiendo que es un forastero, no puede evitar que podría haber hecho más para evitar lo que sucedió en 1998 y que, tras los atentados de Atocha, en 2004, remueve el pasado de un pueblo que tendrá que enfrentarse a sus propios fantasmas.



Cuando desde Ediciones B me ofrecieron la posibilidad de leer esta novela, no pude decir que no; sabía que me iba a encontrar con una temática distinta a la que había leído hasta el momento porque no era un thriller con el terrorismo como fondo en el argumento. Todo lo que vino después es una novela que sale de dentro, que habla de sentimientos, de redención y de traiciones; Gabriel Urza nos traslada hasta el rincón más íntimo del ser humano, allá donde no quedan rincones donde esconderse ni velos con los que cubrirse, solo queda la opción de mostrarse desnudo, sin dobleces y hablar abiertamente de aquello que nos atormenta, pues solo así podremos deshacernos del peso del pasado y mirar hacia delante, vivir el futuro sin condiciones. Todo lo que vino después no trata de buscar culpables e inocentes, no os metáis en sus páginas buscando un análisis profundo de ETA, de sus engranajes, porque no lo vais a encontrar. En esta novela de Gabriel Urza vais a entrar en los recovecos de un pueblo (ficticio) que ha de convivir en una calma tensa, donde los muertos del pasado siguen sin descansar en el presente, donde el trasfondo político va irremediablemente unido al independentismo. Todos estos temas son tratados por el autor con profundidad pero con gran objetividad.

Escrita bajo un estilo directo acompañado de una prosa adecuada y cuidada, en Todo lo que vino después encontramos la figura de un narrador protagonista que se expresa utilizando tres voces diferentes a través de Joni, Mariana e Iker, adaptando su forma de expresarse a cada uno de los personajes. El hecho de que sea un narrador protagonista proporciona información más subjetiva a los lectores, pero en este caso, al utilizar tres personajes diferentes para contarnos la historia, Gabriel Urza consigue que podamos tener una información lo más objetiva posible. La novela comienza in extrema res, pues es en 2004, con los atentados de Atocha, cuando los personajes ven removidos sus recuerdos y vuelven a traer a su presente los hechos acontecidos en 1998, cuando el concejal José Antonio Torres fue secuestrado y asesinado. A partir de ahí, la historia vuelve al pasado para que cada personaje vaya narrando su propia historia, tres historias en realidad que se entrecruzarán, aunque podremos observar que a lo largo de la narración van a ser frecuentes los flashbacks o analepsis, ya que la narración no seguirá un hilo temporal lineal. Con unas buenas descripciones que van acompañadas de unos diálogos bien resueltos, todo ello da como resultado unas escenas que consiguen que el lector se meta de lleno en ellas, llegando a sentirse identificado con unos protagonistas llenos de miedos y remordimientos que deberán purgar para poder avanzar.



En cuanto a los protagonistas, como ya he comentado al principio de la reseña, Todo lo que vino después no es una novela que intente marcar una diferencia entre buenos y malos, no pretende moralizar ni marcar una línea divisoria que identifique a unos u otros. Gabriel Urza habla en este libro de personas, de circunstancias y de actos, libres o condicionados, presentes y pasados, que llevan a hombres y mujeres a comportarse de una u otra forma. Joni, Mariana e Iker no están en el bando de los buenos o los malos, y cuando los lectores estamos metidos en la lectura de esta novela nos damos cuenta de que nosotros mismos no podemos juzgarles; ni siquiera desde el sofá de casa, que la mayoría de las veces es el más cómodo y sencillo de los estrados para emitir juicios. ¿Cómo habríamos actuado nosotros de haber estado en sus circunstancias?, no lo podemos saber porque es imposible separarnos de nuestra educación, ideas y convicciones; y por lo tanto, es imposible separarnos de quiénes somos y de cómo pensamos. El personaje de Iker es, probablemente el que más sentimientos encontrados puede despertar en los lectores, ya que a priori, todos tenemos claro donde nos vamos a posicionar; sin embargo, a medida que avanza la novela, el personaje se nos va abriendo y al darse a conocer, mediante el recurso del monólogo interior que Gabriel Urza maneja muy bien, comienza a cambiar algo en nuestro interior, algo se remueve. Personalmente, el personaje que más me ha llegado ha sido el de Joni, el viejo profesor de inglés cuya vida no ha sido nada fácil y que intenta ayudar a Iker y a Mariana, pero respetando la libertad de cada uno.




Todo lo que vino después es la primera novela de Gabriel Urza, una novela diferente, en la que su autor intenta descubrir a los lectores que los actos que el ser humano realiza siempre tienen consecuencias, para él y para aquellos que le rodean, aunque no sea capaz de ponerles nombre. Y esas consecuencias pueden afectar durante muchos años, incluso a todo lo que vino después. 




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