Flores en el ático (Libro 1 Saga Dollanganger).- V. C. Andrews

Reseña Flores en el ático (Libro 1 Saga Dollanganger).- V. C. Andrews

Sinopsis:

Desde su publicación original Flores en el ático se convirtió en un fulminante best seller y fue adaptada al cine con gran éxito. Primera entrega de una serie sobrecogedora, esta novela narra la terrible experiencia vivida por cuatro niños que, víctimas inocentes de unas pasiones prohibidas, crecen en un lúgubre encierro, aislados del mundo por una madre cruel... La apasionante saga de la familia Dollanganger incluye también los títulos Pétalos al viento, Si hubiera espinas, Semillas del ayer y Jardín sombrío.

La autora:

Virginia Cleo Andrews fue una escritora estadounidense nacida en Portsmouth, Virginia, el 6 de junio de 1923 y fallecida el 19 de diciembre de 1986. Cuando era una adolescente sufrió una caída que le produjo lesiones que la obligaron a permanecer el resto de su vida en una silla de ruedas. Trabajó como artista comercial mientras publicaba varias novelas cortas y relatos en diferentes revistas hasta que su obra Flores en el ático consiguió el número 1 de las listas y se convirtió en una escritora de éxito. Murió a la edad de 63 años de cáncer de mama. (Biografía extraída de: http://es.wikipedia.org). 

Mi reseña:

Hoy sábado, la entrada del blog es para la primera novela que compone esta pentalogía sobre la familia Dollanganger, Flores en el ático, de V. C. Andrews. Para mí, el libro más icónico de la serie y con el que más disfruté; aunque los demás también están muy bien, no llegué a disfrutarlos tanto como este, que resulta, en algunos momentos, verdaderamente inquietante y asfixiante.

Flores en el ático nos cuenta la historia de los cuatro hermanos Dollanganger: Chris, Cathy, y los gemelos Carrie y Cory, quienes al comenzar la historia, tienen 14, 12 y 5 años respectivamente. Tras la repentina y trágica muerte del padre, su madre, Corrine, se ve obligada a recurrir a sus padres, abuelos de los niños, con los que no mantiene relación ninguna desde que contrajo matrimonio. La abuela, Olivia, acepta acogerlos en su casa pero con la condición de que los niños permanezcan encerrados de forma permanente en el ático de la mansión. Lo que parece ser una solución temporal, comienza a extenderse en el tiempo; al igual que comienzan a espaciarse las visitas de la madre a ese frío ático donde los cuatro niños se convierten en una familia especial, donde sólo se tienen a ellos mismos para cuidarse y darse el amor fraterno que desde el exterior se les niega, un exterior desde el que comienza a llegar un peligro que ellos desconocen pero que, cuando se ponga de manifiesto, les obligará a intentar escapar con todas sus fuerzas de lo alto de esa inhóspita casa. 

Flores en el ático es un libro realmente duro, con algunos momentos que golpean directamente al lector, ya que la premisa desde la que parte es complicada, pues uno de los personajes que levanta más antipatías, mas odios es precisamente el que representa aquel que todos asociamos con la persona que más nos protege durante toda la vida, con la que siempre nos podemos sentir a salvo: la madre. En este libro, la autora convierte la figura materna en alguien egoísta, que no duda en ocultar a sus hijos en un ático, haciéndolos invisibles a los ojos del mundo para conseguir sus metas materiales, y no contenta con esto, V. C. Andrews la hará llegar más lejos; pero también en la figura de la abuela, que es en este caso la madre de Corrine, está puesta en duda esa bondad de la figura materna. En este libro, la carga de maldad recae sobre los personajes femeninos, y cuando un personaje femenino es maquiavélico y el autor sabe como dotarle de esa malignidad, llega a ser realmente aterrador. Pero también nos vamos a encontrar con una novela valiente, que toca temas "tabúes", sobre todo contextualizando el momento en el que fue publicada (la primera edición vio la luz en Estados Unidos en 1979), como el incesto, el maltrato infantil o el parricidio. 

Escrita con un estilo pulcro y limpio, al mismo tiempo V. C. Andrews lo une a un estilo directo, crudo y al que no le quita ningún detalle, por duro que pueda llegar a resultar para el lector, siendo esto de agradecer ya que esto te introduce totalmente en la lectura de la novela. V. C. Andrews utiliza una prosa cuidada, casi evocadora para que el lector pueda meterse en la piel de los protagonistas por el alma de Cathy, pues será ella quien nos cuente la historia, en primera persona. La autora utiliza la figura narrativa del narrador protagonista, que en este caso consigue convertir la historia en más desgarradora si cabe, pues conocer los acontecimientos a través de la voz de Cathy, que comienza viendo las cosas desde la perspectiva de sus doce años y nos traslada sus vivencias a través de sus tres años de encierro junto a sus hermanos llega a ser realmente agobiante. La trama de la novela está tan inteligentemente construida que el lector imagina, durante todo el libro que los acontecimientos van a ir por unos derroteros, pero aunque en realidad, en algunas cosas descubrimos que no estábamos muy equivocados, en otras, al finalizar la lectura nos vemos a nosotros mismos boquiabiertos, pues somos conscientes de no haber adivinado la realidad. Se trata de una novela complicada, que despierta en el lector sentimientos encontrados, pues en algunos momentos es bella, pero en otros es desoladora y cruel; un cruce de sentimientos al que se une la claustrofóbica sensación de que tal vorágine de sensaciones sólo tienen el minúsculo espacio de un ático para florecer.

En lo referente a los personajes, todos ellos están perfectamente plasmados dentro de Flores en el ático; la evolución psicológica de los niños, durante su encierro es realmente brutal, adquiriendo una madurez que difícilmente habrían adquirido en circunstancias normales. Enfrentados a situaciones límite, por una parte se ven sometidos al control férreo de una abuela con una personalidad que lleva la disciplina hasta límites insospechados, fanática religiosa y que ve en cada acción un pecado que Dios castigará severamente; pero por otra se ven progresivamente abandonados por una madre obsesionada con el dinero de una herencia condicionada, pervertida por el sólo hecho de llevar una vida disoluta de comodidades y sin preocupaciones. Ambas mujeres representan la pervesidad en su grado máximo, pero desde perspectivas diferentes, la una por convicción, la otra por egoísmo; y en el centro de esta ciénaga de malignidad, los cuatro niños se ven obligados a crecer cuidando los unos de los otros, adquiriendo los dos mayores el rol de padres sobre los dos pequeños. Unos niños, sobre todo los mayores, que veremos como van pasando del candor de la infancia a la mayor de la desconfianza, para terminar albergando en su pecho odio y rencor, tristeza y miedo. Sentimientos que marcarán el resto de su vida. 

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Flores en el ático, una novela que aun formando parte de una pentalogía, se puede considerar autoconclusiva y por lo tanto se puede abordar su lectura como novela única, es para mí una lectura de las que no deberían faltar en las bibliotecas de cualquier lector, por lo menos esta primera entrega. En este libro, V. C. Andrews consiguió trasladar a una novela temas realmente duros, y tratarlos de forma cruda y real, pero al mismo tiempo, construyendo una novela en la que te introduces y ya no puedes salir, aun sabiendo que, al igual que les pasa a esas flores, entras en un ático donde no llega la luz.