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domingo, 17 de octubre de 2021

La directora de orquesta.- Maria Peters

Reseña La directora de orquesta.- Maria Peters

Editorial: Duomo Ediciones
Año de edición: 2021
ISBN: 9788418128158
Formato: Papel

Sinopsis:

EL CORAZÓN DE UNA MUJER...

Willy Wolters sueña con dirigir una orquesta de renombre internacional, aunque hay un pequeño inconveniente: Willy es una mujer. 

En 1926, pocos han visto a una mujer dirigiendo una orquesta y los conservatorios rara vez las admiten, a no ser que sea para estudiar alguno de los instrumentos considerados «femeninos». Sin embargo, Willy está decidida. Ella será la primera. Pero el destino es caprichoso, y cuando aparece el amor de su vida, la joven tendrá que escoger entre hacer caso a su corazón y perseguir un sueño tal vez imposible. 

La directora de orquesta nos sumerge en la historia real de la holandesa Antonia Brico, una mujer que luchó incansablemente para hacerse un lugar entre los grandes de la música. 

...EL ALMA DE UNA ARTISTA (Sinopsis extraída de: Duomo Ediciones). 

La autora:

Es una productora, directora y guionista de cine holandesa. Después de estudiar Derecho en Ámsterdam, se matriculó en la Academia de Cine Holandesa. Quedó fascinada con la vida de Antonia Brico, que sirvió de inspiración para dos de sus obras: una película biográfica lanzada en 2018 y su primera novela, publicada originalmente en holandés un año más tarde.

Mi reseña:

Hoy os traigo al blog la reseña de una novela que terminé hace unas semanas y que, a pesar de que me gustó en líneas generales, tuve la sensación de que me faltó algo, quizá noté que los personajes estaban algo faltos de emoción, que se habían quedado en la superficie y no terminaban de llegarme. Hoy os cuento mis impresiones sobre La directora de orquesta de Maria Peters; después de haber leído la novela supe que la autora había dirigido en primer lugar la película y un año más tarde había escrito la novela, así que creo que el hecho de que el libro haya derivado de la película es lo que ha ocasionado que la historia que hoy os traigo esté algo falta de emoción. Quiero agradeceré a Duomo Ediciones el envío de un ejemplar para su lectura y reseña.

 

La directora de orquesta nos traslada hasta Nueva York en 1926, allí conocemos a Willy Wolters, una joven, hija de emigrantes holandeses, que sueña con convertirse en directora de orquesta; sin embargo existe un inconveniente para ello: es mujer. En esos años, pocas mujeres han conseguido dirigir una orquesta y son pocos los conservatorios que las admiten, a no ser que sea para estudias los pocos instrumentos que se consideran “femeninos”. Sin embargo, al mismo tiempo que aparece el amor de su vida, Willy, ahora convertida en Antonia Brico, deberá elegir entre mantenerse al lado del hombre que ocupa su corazón o perseguir el sueño que ha tenido desde niña.





Como os he comentado al principio de la reseña, he tenido la sensación de que le faltaba emoción a esta historia, de que los personajes no terminaban de llegar al lector; solo cuando la historia de Robin se conoce del todo llegué a conectar más con este personaje, pero con Antonia, por ejemplo, siempre hay como una pared de cristal que impide llegar a ella, le falta emoción, le falta traspasar las páginas del libro para emocionar a los lectores. Cuando la conocemos lo hacemos como Willy Wolters, una joven de ascendencia holandesa que llegó a Estados Unidos siendo casi un bebé, y que desde niña ha sentido pasión por la música, teniendo como compañero inseparable un viejo piano que toca a escondidas por la noche. La directora de orquesta nos muestra el difícil viaje de una mujer que no duda en enfrentarse a todo y a todos para conseguir el sueño que persigue desde niña, y ante el que incluso su propia madre ha puesto trabas. Incluso tendrá que elegir entre el amor de su vida y el su gran sueño. Parece que desde siempre, las mujeres estamos destinadas a elegir entre dos caminos diferentes, a no poder vivir con todo, o elegimos una vida familiar o nos decantamos por la profesional, siempre debemos superponer una a la otra, porque incluso hoy es casi imposible conciliar las dos, una debe salir perdiendo frente a la otra, lo que nos hace preguntarnos si en realidad hemos ganado algo con el paso de los años.


Escrita bajo un estilo directo, en La directora de orquesta Maria Peters utiliza la figura de un narrador interno protagonista que, expresándose en primera persona a través de la voz de Antonia, Frank y Robin, nos irá desgranando la historia a través de los ojos de estos personajes, proporcionándonos su propia versión de todo lo que acontece, pero al mismo tiempo, al ir cambiando de perspectiva, al final obtenemos una visión objetiva de la historia. A lo largo de la novela se mantiene un hilo temporal lineal, aunque se observan algunas analepsis o flashbacks que nos ayudan a entender la situación actual de los personajes y porqué su presente es el que es, qué le ha llevado a ser quienes son en el presente. Con unas buenas descripciones y unos diálogos correctos, las escenas que nos encontramos en esta novela también son correctas, quizás en algunos momentos, hasta demasiado, se nota que la novela bebe de la película y por eso le falta emoción, la conexión que en la mayoría de las ocasiones el libro logra con el lector y que posteriormente la película suele perder, pues son esos pequeños detalles que la novela contiene los que los lectores necesitamos para entrar de lleno en la lectura y quizás aquí se han perdido.




En cuanto a los personajes, Antonia me ha resultado un personaje algo frío tratándose de la protagonista de la historia, y teniendo una historia que, en líneas generales es realmente apasionante; en mi opinión, poniendo más pasión en este personaje se podría haber sacado mucho más a esta novela. Es la primera mujer que consigue, realmente, dirigir una orquesta, que se enfrentó a todos los que querían evitar que se convirtiera en aquello para lo que había nacido. Pero al mismo tiempo, hay algo que evita que termine por abrirse del todo. Lo mismo ocurre con el personaje de Frank, el gran amor de Antonia, que aunque cuando la conoce sabe cuál es la gran ambición de la joven, no puede tolerar que siga intentando conseguirlo cuando ambos avanzan en su relación. Personalmente, ha sido el personaje de Robin el que más me ha gustado, el que me ha parecido más cercano y real, sobre todo cuando comienza a desgranar su historia y nos deja entrar en su parcela más íntima.




La directora de orquesta es una de esas novelas que nos desvela una historia realmente interesante, la vida de una mujer que luchó por aquello que realmente deseaba y que en ese momento le estaba vetado. 




sábado, 2 de octubre de 2021

La hija del tiempo.- Josephine Tey

Reseña La hija del tiempo.- Josephine Tey

Año de edición: 2020
ISBN: 978-84-16537-63-1
Formato: Papel

Sinopsis:

Postrado en una cama de hospital, el inspector Alan Grant, de Scotland Yard, se aburre mortalmente. Ni las anémonas de la señora Tinker, su ama de llaves, ni el ruibarbo estofado de la enfermera Darroll logran levantarle el ánimo. Pero un día llega su amiga, la actriz Marta Hallard, con una vieja postal de Ricardo III de Inglaterra en el bolso, y Grant queda fascinado por su enigmático rostro. Ese no es el rostro de un monstruo jorobado, ni de un supuesto asesino de niños, tal como han contado siempre los libros de historia. A partir de entonces, y con la ayuda del joven y enamoradizo Brent Carradine, investigador en ciernes del Museo Británico, Grant se zambulle con entusiasmo en la verde y salvaje Inglaterra de la guerra de las Dos Rosas, en pleno siglo xv, para tratar de desentrañar uno de los misterios más oscuros de la monarquía británica: ¿mató realmente Ricardo III a sus sobrinos, los Príncipes de la Torre, para hacerse con el trono? ¿Quién, si no?  (Sinopsis extraída de: Hoja de Lata Editorial).

La autora:

(Inverness, 1896-Londres, 1952), es el seudónimo principal de Elizabeth Mackintosh, célebre escritora y dramaturga escocesa. Pese a pertenecer cronológicamente a la llamada Edad de Oro de las novelas británicas de intriga, las narraciones y los personajes de Tey se alejan de los estereotipos que comparten los títulos clásicos de suspense.

En 1929, su novela The man in the Queue cosechó un éxito notable e introdujo a su personaje más famoso, el inspector Alan Grant, de Scotland Yard, que protagonizaría otras cinco novelas, entre las cuales cabe destacar La hija del tiempo (1951; Hoja de Lata, 2020) y Un chelín para velas (1936; Hoja de Lata, 2019).

Al margen de la serie de Alan Grant, otras de sus obras más celebradas son La señorita Pym dispone (1946; Hoja de Lata, 2015), El caso de Betty Kane (1948; Hoja de Lata, 2017) y Patrick ha vuelto. Todas ellas ponen de manifiesto la gran capacidad de análisis psicológico de la autora y su propensión por las tramas abiertas de final sorprendente.

A su muerte, Josephine Tey legó toda su obra a la National Trust for Scotland. (Biografía extraída de: Hoja de Lata Editorial).

Mi reseña:

Hoy os traigo al blog la reseña de una novela que leí hace unos meses y que me pareció tremendamente original, sobre todo, teniendo en cuenta el momento en el que se escribió, a principios de la década de los cincuenta. Su autora, Josephine Tey, es una de las autoras de novelas de misterio más reconocidas de Reino Unido y a día de hoy, sus libros siguen siendo muy leídos. El título que hoy os traigo es La hija del tiempo, que en 1990 fue reconocida por la Asociación de Escritores de Novela Negra del Reino Unido como Mejor Novela de Misterio de todos los tiempos; no sé si este título, podría resultar exagerado, sobre todo sabiendo que en el mundo de la literatura, en el que “para gustos, colores”, pero lo que es imposible negarle es la originalidad y como es capaz de reconstruir un misterio ocurrido siglos atrás, intentando averiguar quién fue realmente el culpable de hacer desaparecer a dos príncipes y no dejar rastro, inculpando al que era, en ese momento, el hombre más poderoso de Inglaterra. Quiero agradecer a Hoja de Lata Editorial el envío de un ejemplar para su lectura y reseña. 

Ricardo III
La hija del tiempo nos presenta al inspector de Scotland Yard Alan Grant quien, postrado en una cama de hospital, se aburre mortalmente; ni las visitas que recibe de su ama de llaves la señora Tinker, ni las atenciones de la enfermera Darroll son suficientes para sobrellevar su ingreso. Sin embargo, la visita de su amiga, la actriz Marta Hallard cambiará su situación. La joven lleva una postal de Ricardo III de Inglaterra en el bolso y Alan queda fascinado por su rostro, enigmático y con un halo de misterio que parece esconder un gran secreto; no parece el rostro del monstruo que ha pasado a la historia como el asesino capaz de matar a dos niños indefensos que estaban bajo su tutela por el hecho de que eran el único escollo que se interponía entre él y el trono. A partir de aquí, y ayudado por el joven y enamoradizo Brent Carradine, investigador del Museo Británico, Alan comenzará una auténtica investigación que irá más allá de los libros de historia para averiguar si realmente Ricardo III fue el culpable de aquel asesinato o bien tramas ocultas conspiraron para convertirlo en el asesino despiadado en el que se ha convertido en el presente. 

Eduardo IV

Como os he comentado al principio de la reseña, La hija del tiempo me ha parecido una novela de misterio con un planteamiento realmente original, pues aquí, a priori, ya conocemos la identidad del asesino, o por lo menos es lo que toda la sociedad piensa. Josephine Tey escribe sobre el asesinato de los Príncipes de la Torre, hijos de Eduardo IV, durante la Guerra de las Dos Rosas, cuando el primero ya había muerto y por lo tanto, siendo el mayor de ellos, Eduardo V, nuevo regente de Inglaterra; aunque en un principio ambos príncipes quedaron bajo la tutela de su familia materna, los Woodville, su tío Ricardo reclamó a ambos pequeños y estos fueron recluidos en la Torre de Londres, que en aquel momento era usada como palacio real. Sin embargo, poco tiempo después, y tras negarse a Isabel Woodville las visitas a sus hijos, estos fueron declarados ilegítimos por Ricardo y más tarde desaparecieron sin dejar rastro, lo que provocó que la sociedad inglesa sospechara de la autoría de Ricardo, quien ya no tenía delante ningún impedimento para acceder al trono, convirtiéndose así en el nuevo rey. Sobre todo esto será sobre lo que Alan Grant, desde su cama de hospital, empezará a investigar, ya que después de ver una postal de Ricardo III, pensará que su cara oculta demasiadas cosas y no cree que sea la expresión de un asesino de niños despiadado. Alan se preguntará si no habrá conspiraciones ocultas, intereses que se tejieron en secreto y que nunca llegaron a ver la luz y que involucraron a quienes realmente hicieron desaparecer a los jóvenes príncipes. 


Tomás Moro
Escrita bajo un estilo directo, en La hija del tiempo Josephine Tey utiliza la figura de un narrador externo omnisciente que, expresándose en tercera persona es el encargado de transmitir a los lectores toda la información que afecta a los personajes de la novela, tanto subjetiva como objetiva, proporcionando así una visión global y objetiva de todo lo que sucede. Manteniendo un hilo temporal lineal, será a través de la propia investigación que realizan Alan y Brent como nos sumergiremos en los acontecimientos que ocurrieron en el pasado, así que no encontraremos saltos temporales a lo largo de la novela; seremos testigos de cómo Alan y Brent van uniendo cabos en una investigación que les llevará atrás en el tiempo, tirando de hilos que muchas veces serán muy difíciles de seguir, pues la historia oficial será la que tendrá un peso mayor y encontrar los recovecos por los que entrar en esa intrahistoria que permita hallar esos secretos que han permanecido ocultos no siempre será fácil. Con unas buenas descripciones y unos diálogos muy bien llevados por la autora, nos encontramos con unas escenas que contienen una buena visibilidad que nos permite adentrarnos en ellas y acompañar a los personajes en su investigación. Josephine Tey mantiene en La hija del tiempo un ritmo pausado pero no lento. 





Isabel Woodville
En cuanto a los personajes, Alan Grant, como buen investigador, no puede soportar estar sin hacer nada, aunque su inactividad se deba a un ingreso hospitalario, y por ello, aprovecha su momentánea fascinación por Ricardo III para comenzar su investigación sobre lo que ocurrió realmente con los Príncipes de la Torre y su misteriosa desaparición. Aunque la corriente histórica imperante se ha empeñado en señalar al monarca como principal sospechoso del crimen, algo en Alan se remueve y se rebela ante tal certeza; y por ello no dudará en ponerse manos a la obra para intentar averiguar la verdad. Para ello contará con la ayuda de Brent Carradine, un joven y enamoradizo investigador del Museo Británico, quien irá más allá de los libros de historia para observar los hechos y no los pensamientos de quienes estuvieron involucrados en la Guerra de las Dos Rosas. Pero no estarán solos en la investigación, pues Alan también involucrará, de diferentes formas, a otras personas que están a su alrededor, como a su amiga Marta Hallard, quien es el origen de todo, o a las enfermeras que están encargadas de sus cuidados. 



La hija del tiempo es una de esas novelas atemporales que, sea cuando sea que la leas, la vas a disfrutar; que se leen de forma tranquila, con la curiosidad de saber si la Historia nos ha constado la verdad o lo que ha llegado a nuestro tiempo ha sido una perfecta conspiración que nunca ha sido descubierta. 




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