Año de edición: 2016
ISBN: 978-84-8393-195-0
Formato: Papel
Sinopsis:
Alguien llega a su casa. Un hombre, una mujer. Pone la televisión, o música. Lee. Quizá llame a otro o sea otro quien haga la llamada, quizá conteste a un mensaje o a un correo. Y, entonces, el mundo –la vida– comienza a desmoronarse, o al contrario, empieza a vislumbrarse la lógica –a veces injusta– de su funcionamiento.
Una fotografía o un cuadro, un padre que juega con su hijo y que –irremediablemente– se convierte en otro, las familias, los compañeros, los amantes. Dos amigos, por ejemplo, debaten sobre el orden y el desorden de una cocina y, como en estos cuentos, de una honestidad bestial, todo se convierte en una lúcida visión de lo que es la vida –el mundo–, de lo que somos, felices o no, cada uno de nosotros.
Fiel a una voz inigualable, personalísima y capaz de zarandear al lector entre la alegría y la desolación, Felipe R. Navarro ha logrado –con sinceridad, con rigor, pero también con no poca ironía y humor– que los cuentos de estos Hombres felices sean ya no solo el reflejo de una búsqueda y un aprendizaje constantes, sino la confirmación de un escritor apasionado y apasionante como pocos. (Sinopsis extraída de: Páginas de espuma).
El autor:
Felipe R. Navarro (Málaga, 1969) es autor del libro de cuentos Las esperas (2000). Ha sido incluido en las antologías Cuento al Sur (2001), Paso Doble. Junge spanische Literatur (2008) y Pequeñas Resistencias. Antología del nuevo cuento español (Páginas de Espuma, 2002). (Biografía extraída de: Páginas de espuma).
Mi reseña:
Hoy os traigo al blog la
reseña correspondiente a la segunda obra que he leído del Premio
Guillermo de Baskerville que, como ya sabéis organiza la web literaria Libros
Prohibidos. Se trata de la reseña de Hombres felices de Felipe R.
Navarro, cuyo ejemplar físico ha sido facilitado por la editorial Páginas
de espuma a los miembros del jurado para su lectura y reseña, y por
ello quiero darles las gracias desde aquí. Ya os adelanto que con este libro de relatos he tenido mis más
y mis menos a lo largo de toda la lectura, pues si bien ha habido varios
relatos que me han gustado mucho, con muchos de ellos no he conseguido llegar a
conectar.
Si os pasáis de forma
habitual por el blog, os daréis cuenta
de que en este punto suelo hacer una pequeña sinopsis de la obra que estoy
reseñando que no es la original de la editorial, si no una sinopsis en la
que intento transmitir un resumen del libro sin, por supuesto, destripar nada
importante de la trama. Sin embargo, en
el caso de este libro, no puedo presentaros una sinopsis sin repetir la que la
editorial presenta, cosa que me parece absurda si ya os la he puesto
arriba. Huelga decir que en el caso de
los relatos es bastante más complejo hacer una sinopsis que cuando es una
novela lo que tenemos entre las manos; pero
lo cierto es que ya he reseñado antes relatos y he podido encontrar el hilo
conductor del que tirar para hacer una sinopsis. Sin embargo, en el caso de
Hombres felices, en muchos cuentos no logro encontrar ese hilo que me permita hacerla.
Como he comentado al
principio de la reseña, en tenido mis
más y mis menos con esta obra de Felipe R. Navarro, pues algunos de los relatos
me han parecido realmente buenos, consiguiendo emocionarme y transmitirme
las sensaciones que los protagonistas estaban viviendo; sin embargo, en otros, no he sido capaz de traspasar la
página, no he sido capaz de entrar y conectar con los personajes. He de
decir que quizás el problema es mío, pues soy incapaz de sentarme ante el
ordenador y escribir que Felipe R. Navarro
escribe mal, nada más lejos de la realidad; simplemente su forma de escribir no
conecta siempre conmigo. Por ejemplo, hay gente que disfruta sobremanera al
contemplar un Miró y es capaz de interpretar cada uno de los trazos que ve,
sacando lo que el pintor debió de querer plasmar en el lienzo. Yo soy incapaz
de ver todo eso, interpreto el cuadro desde la literalidad y no voy más allá.
Eso no significa que desmerezca la obra, simplemente no es para mí. He
disfrutado mucho con la lectura de Amarillo
limón, Tarde de circo, o Let´s talk about the weather, tres relatos en los
que la emoción de los personajes sí ha llegado a tocarme, en los que me he
identificado con lo que los protagonistas estaban viviendo, pero con otros no
he conseguido conectar.
En Hombres felices, Felipe R. Navarro maneja tanto el estilo
directo como el indirecto, utilizando en más ocasiones este último ya que,
aunque a lo largo de los relatos iremos encontrando diferentes narradores, desde el protagonista al omnisciente, lo
cierto es que siempre vamos a observar que la
voz del narrador es muy fuerte, tiene mucho peso dentro del cuento. Esto
lleva al lector a observar que en
ocasiones, el narrador no desaparece nunca, ni siquiera en las escenas donde
los personajes deberían tomar todo el control el narrador se va del todo,
se nota su presencia y quizás ha sido esto lo que en ocasiones no me ha
permitido llegar a sentir del todo a los personajes. Por ejemplo, en el relato La modificación sustancial de las
condiciones de trabajo siempre vemos a la protagonista a través de los ojos
del narrador, cosa que es completamente lícita, pero al ser un narrador
objetivo, sin implicación con ella, que nos va dando una visión aséptica de la
mujer que observa, y aunque en el relato hay una buena visibilidad, esta no deja
de ser fría, alejada, lo que choca con la sensación de cercanía que el final
del relato parece querer transmitir. También me ha descolocado en ocasiones la
sensación de irrealidad que en algunos relatos introduce Felipe R. Navarro, como una atmósfera onírica que a mí me despista
en muchas ocasiones.
En cuanto a los personajes,
sin lugar a dudas me quedo con los
protagonistas de Amarillo limón,
pues ese es uno de los primeros relatos que sí consiguieron emocionarme. Creo
que ahí Felipe R. Navarro cuenta una
grandísima historia sin apenas salir de un pequeño campo de fútbol, dejando
que cada uno de los lectores interprete libremente donde estará esa figura que,
sin estar presente en el relato, todos vamos a tener presente. También me gustó el protagonista de Tarde de circo, ese hombre que en la
soledad de su casa rememora la figura de su abuelo cuando las lagunas de la
mente comienzan a jugar malas pasadas. En este relato también conocemos al
protagonista a través de un narrador externo, objetivo pero con grandes rasgos
de omnisciencia, y sin embargo no hay sensación de frialdad o lejanía como os
he comentado antes, y quizás por eso en este relato sí llegué a conectar con el
protagonista.
En líneas generales, Hombres
felices brinda una serie de relatos que habla de la vida, de lo cotidiano, pero desde una perspectiva diferente,
en ocasiones casi onírica. Felipe R. Navarro
traslada al lector a un mundo donde este se puede sentar a observar e intentar
ver más allá de lo escrito en las páginas. Yo lo he logrado, en ocasiones.