Reseña La sonata sin nombre.- Beatriz O´Shea
Editorial: Ediciones B
Año de edición: 2018
ISBN: 9788466663021
Formato: Papel
Sinopsis:
«Recuerdo el día en que Andrei salió de nuestras vidas. El rostro de Catalina lleno de lágrimas. Después de aquel verano, nunca volvió a ser la misma. Pero empecemos la historia desde el principio...»
Madrid, 1953. En vísperas de su boda, que congregará a la más alta sociedad madrileña, Catalina conoce casualmente a Andrei, un carismático violinista de origen rumano. Aunque la atracción entre ambos es tan fuerte que podría derrumbar todas las convenciones sociales, la relación quedará interrumpida cuando el músico tenga que huir repentinamente de España.
Tras la muerte de Catalina, más de cincuenta años después, su íntima amiga, la marquesa de Lezma, decide contactar con una joven periodista para que la ayude a desentrañar un secreto. El testamento de Catalina incluye una misteriosa partitura que debe ser entregada a Irina, una virtuosa del violín a quien alguien parece tener mucho interés en mantener oculta.
A través del relato de la marquesa y de sus propias investigaciones, la periodista irá desentrañando una historia que salta de los años de la posguerra a la actualidad, enlazando una trama de intriga y espionaje con una emocionante historia de amor imposible. (Sinopsis extraída de: Megustaleer).
La autora:
Beatriz O´Shea (Madrid, 1977) es licenciada en Psicología y ha desarrollado su carrera profesional en las áreas de Comunicación y Recursos Humanos de distintas empresas. Apasionada de la lectura desde niña, actualmente reside en Ciudad de México, donde ha podido dedicarse a su vocación de escritora. La sonata sin nombre es su primera novela. (Biografía extraída de: Contrasolapa de la novela).
Mi reseña:
Hoy os hablo en el blog de
la última novela que he terminado y que me ha parecido una historia realmente
bonita y que, en líneas generales, he disfrutado. Hoy os cuento mis impresiones
sobre La sonata sin nombre de Beatriz
O´Shea, una novela que transcurre en dos hilos temporales relacionados entre sí
a través de unos personajes que viven su juventud durante una época todavía
convulsa en España y que, años después, tienen cuentas pendientes que resolver.
Quiero agradecer a Ediciones
B el envío de un ejemplar para su lectura y reseña.
La
sonata sin nombre nos presenta a Elena, una joven periodista
que, de repente, recibe el encargo de contactar con Irina, una joven violinista
que ha sido mencionado en el testamento de una anciana. Ante la imposibilidad
de hablar con la joven, Elena comenzará una investigación que la llevará hasta
los años 50, momento en el que Catalina, la anciana que ha testado a favor de
Irina, era una joven de la alta sociedad madrileña que prepara su boda y que
conoció a Andrei, un violinista rumano del que no pudo evitar enamorarse. Sin
embargo, la relación entre ambos no estará exenta de altibajos y problemas, ya
que Andrei esconde secretos que no podrá desvelar para no poner en peligro la
vida de Catalina.
Con esta primera novela,
Beatriz O´Shea nos sumerge en una historia de amor, desamor y corazones rotos
marcados por la imposibilidad de poder vivir de forma plena los sentimientos,
de poner el deber por encima del querer. La
sonata sin nombre nos va llevando de la mano a través de dos momentos
diferentes, la actualidad y la década de los cincuenta, a través de las
conversaciones entre Violeta y Elena, cuando la primera le relata a la segunda
su juventud. Es verdad que, en ocasiones he echado de menos un poco más de
desarrollo en esta parte de la novela, llegar a ahondar más en la historia de
Catalina y Andrei, pues creo que se podría haber sacado más la trama que ambos protagonizan; pero en
líneas generales, y como os he dicho al principio de la reseña, La sonata sin
nombre es una novela bonita, que se lee del tirón y que cuando te quieres dar
cuenta, ya la has terminado.
Escrita bajo un estilo
directo, en La sonata sin nombre
Beatriz O´Shea utiliza la figura de un narrador externo omnisciente que,
expresándose en tercera persona, nos traslada toda la información que afecta a
los personajes que aparecen en la novela. Aunque la trama que transcurre en el
momento actual se desarrolla en un hilo temporal lineal, se va alternando con
la trama que transcurre en los años cincuenta y que, a través de flashbacks en
forma de recuerdos, nos va proporcionando a los lectores los detalles de la
vida de Catalina y Andrei y de aquellas personas que conviven con ellos. Con
unas descripciones bien resueltas por parte de la autora, que nos permiten
visualizar los escenarios donde transcurren las acciones y unos diálogos
correctos donde los personajes nos permiten conocerlos con mayor profundidad,
Beatriz O´Shea crea unas escenas con una buena visibilidad donde los lectores
nos sumergimos, junto a los personajes, en cada una de las situaciones que les
afectan. He de reconocer que el final no ha sido la parte que más me ha gustado
de la novela, ya que en un momento dado, me ha parecido un poco precipitado,
pero en líneas generales, no ha perjudicado mi opinión general sobre la
lectura.
En cuanto a los personajes,
reconozco que me hubiera gustado tener más momentos con Catalina y Andrei, pues
a pesar de tener menos páginas en el libro, han conseguido que su historia me
llegara, me interesara, aunque eso no significa que Elena no me haya gustado,
todo lo contrario. Elena me ha parecido un buen personaje, una mujer con sus
fortalezas y sus debilidades que siente que, en algunos momentos de su vida, no
sabe bien cuál es el camino a seguir, tiene miedo a equivocarse y, sobre todo,
tiene miedo a que le vuelvan a romper el corazón. Otro personaje que me ha
gustado y al que creo que también se le podría haber sacado más es Javi, el
compañero de piso de Elena, que demuestra que tras su sentido del humor, y su
apariencia alocada, hay una persona con mucho sentido común. Quien me ha
desconcertado en muchas ocasiones ha sido Alejandro, pues a veces pensaba que
era el típico seductor sin sentimientos que solo buscaba su propio beneficio
para, páginas después, pasar a pensar todo lo contrario, aunque para saber con
cuál de los dos te quedas al final de la novela, tendréis que leer vosotros la
historia. De todos modos, y como os he comentado al principio del párrafo, la
historia que de verdad me ha conquistado y de la que me hubiera gustado
disfrutar más es la que nos brindan Catalina y Andrei, dos jóvenes adelantados
a su tiempo, que a pesar de la fuerza de sus sentimientos, se ven esclavos de
la época y de las circunstancias que les han tocado vivir.
La
sonata sin nombre es una de esas novelas que te sumergen en
sus páginas para contarte una historia bonita, de amor y renuncias, de secretos
que, tras años ocultos, vuelven al presente para resolver las cuentas
pendientes.
Formato: Papel
Sinopsis:
Madrid, 1953. En vísperas de su boda, que congregará a la más alta sociedad madrileña, Catalina conoce casualmente a Andrei, un carismático violinista de origen rumano. Aunque la atracción entre ambos es tan fuerte que podría derrumbar todas las convenciones sociales, la relación quedará interrumpida cuando el músico tenga que huir repentinamente de España.
Tras la muerte de Catalina, más de cincuenta años después, su íntima amiga, la marquesa de Lezma, decide contactar con una joven periodista para que la ayude a desentrañar un secreto. El testamento de Catalina incluye una misteriosa partitura que debe ser entregada a Irina, una virtuosa del violín a quien alguien parece tener mucho interés en mantener oculta.
A través del relato de la marquesa y de sus propias investigaciones, la periodista irá desentrañando una historia que salta de los años de la posguerra a la actualidad, enlazando una trama de intriga y espionaje con una emocionante historia de amor imposible. (Sinopsis extraída de: Megustaleer).
La autora:
Beatriz O´Shea (Madrid, 1977) es licenciada en Psicología y ha desarrollado su carrera profesional en las áreas de Comunicación y Recursos Humanos de distintas empresas. Apasionada de la lectura desde niña, actualmente reside en Ciudad de México, donde ha podido dedicarse a su vocación de escritora. La sonata sin nombre es su primera novela. (Biografía extraída de: Contrasolapa de la novela).
Mi reseña:
Hoy os hablo en el blog de
la última novela que he terminado y que me ha parecido una historia realmente
bonita y que, en líneas generales, he disfrutado. Hoy os cuento mis impresiones
sobre La sonata sin nombre de Beatriz
O´Shea, una novela que transcurre en dos hilos temporales relacionados entre sí
a través de unos personajes que viven su juventud durante una época todavía
convulsa en España y que, años después, tienen cuentas pendientes que resolver.
Quiero agradecer a Ediciones
B el envío de un ejemplar para su lectura y reseña.
La
sonata sin nombre nos presenta a Elena, una joven periodista
que, de repente, recibe el encargo de contactar con Irina, una joven violinista
que ha sido mencionado en el testamento de una anciana. Ante la imposibilidad
de hablar con la joven, Elena comenzará una investigación que la llevará hasta
los años 50, momento en el que Catalina, la anciana que ha testado a favor de
Irina, era una joven de la alta sociedad madrileña que prepara su boda y que
conoció a Andrei, un violinista rumano del que no pudo evitar enamorarse. Sin
embargo, la relación entre ambos no estará exenta de altibajos y problemas, ya
que Andrei esconde secretos que no podrá desvelar para no poner en peligro la
vida de Catalina.
Con esta primera novela,
Beatriz O´Shea nos sumerge en una historia de amor, desamor y corazones rotos
marcados por la imposibilidad de poder vivir de forma plena los sentimientos,
de poner el deber por encima del querer. La
sonata sin nombre nos va llevando de la mano a través de dos momentos
diferentes, la actualidad y la década de los cincuenta, a través de las
conversaciones entre Violeta y Elena, cuando la primera le relata a la segunda
su juventud. Es verdad que, en ocasiones he echado de menos un poco más de
desarrollo en esta parte de la novela, llegar a ahondar más en la historia de
Catalina y Andrei, pues creo que se podría haber sacado más la trama que ambos protagonizan; pero en
líneas generales, y como os he dicho al principio de la reseña, La sonata sin
nombre es una novela bonita, que se lee del tirón y que cuando te quieres dar
cuenta, ya la has terminado.
Escrita bajo un estilo
directo, en La sonata sin nombre
Beatriz O´Shea utiliza la figura de un narrador externo omnisciente que,
expresándose en tercera persona, nos traslada toda la información que afecta a
los personajes que aparecen en la novela. Aunque la trama que transcurre en el
momento actual se desarrolla en un hilo temporal lineal, se va alternando con
la trama que transcurre en los años cincuenta y que, a través de flashbacks en
forma de recuerdos, nos va proporcionando a los lectores los detalles de la
vida de Catalina y Andrei y de aquellas personas que conviven con ellos. Con
unas descripciones bien resueltas por parte de la autora, que nos permiten
visualizar los escenarios donde transcurren las acciones y unos diálogos
correctos donde los personajes nos permiten conocerlos con mayor profundidad,
Beatriz O´Shea crea unas escenas con una buena visibilidad donde los lectores
nos sumergimos, junto a los personajes, en cada una de las situaciones que les
afectan. He de reconocer que el final no ha sido la parte que más me ha gustado
de la novela, ya que en un momento dado, me ha parecido un poco precipitado,
pero en líneas generales, no ha perjudicado mi opinión general sobre la
lectura.
En cuanto a los personajes,
reconozco que me hubiera gustado tener más momentos con Catalina y Andrei, pues
a pesar de tener menos páginas en el libro, han conseguido que su historia me
llegara, me interesara, aunque eso no significa que Elena no me haya gustado,
todo lo contrario. Elena me ha parecido un buen personaje, una mujer con sus
fortalezas y sus debilidades que siente que, en algunos momentos de su vida, no
sabe bien cuál es el camino a seguir, tiene miedo a equivocarse y, sobre todo,
tiene miedo a que le vuelvan a romper el corazón. Otro personaje que me ha
gustado y al que creo que también se le podría haber sacado más es Javi, el
compañero de piso de Elena, que demuestra que tras su sentido del humor, y su
apariencia alocada, hay una persona con mucho sentido común. Quien me ha
desconcertado en muchas ocasiones ha sido Alejandro, pues a veces pensaba que
era el típico seductor sin sentimientos que solo buscaba su propio beneficio
para, páginas después, pasar a pensar todo lo contrario, aunque para saber con
cuál de los dos te quedas al final de la novela, tendréis que leer vosotros la
historia. De todos modos, y como os he comentado al principio del párrafo, la
historia que de verdad me ha conquistado y de la que me hubiera gustado
disfrutar más es la que nos brindan Catalina y Andrei, dos jóvenes adelantados
a su tiempo, que a pesar de la fuerza de sus sentimientos, se ven esclavos de
la época y de las circunstancias que les han tocado vivir.
La
sonata sin nombre es una de esas novelas que te sumergen en
sus páginas para contarte una historia bonita, de amor y renuncias, de secretos
que, tras años ocultos, vuelven al presente para resolver las cuentas
pendientes.