La reseña que estrena el mes
de abril en el blog es para la segunda novela que leo de Cari Ariño, La rueda del olvido, y que llegó en
marzo a las librerías. Con este segundo libro, la autora ha conseguido que
vuelva a sentir las mismas emociones que tuve cuando me encontré con su primera
obra El latido del tiempo (cuya
reseña podéis leer aquí)
y que, al igual que esta, he podido disfrutar gracias a la generosidad de Ediciones B, que me proporcionó el
ejemplar para su lectura y reseña. La
rueda del olvido nos cuenta, a través de una historia narrada en dos hilos
temporales, cómo la rotura de un país hizo saltar por los aires la vida de miles
de personas y cómo el pasado vuelve al presente para saldar las cuentas que
quedaron pendientes.
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Barcelona |
La
rueda del olvido nos presenta a Alicia, una joven fotógrafa
que, tras una ruptura sentimental, decide retomar la búsqueda del rastro que
dejó en Francia un abuelo al que nunca conoció. Gracias a Julien, un joven
francés amigo de una de sus hermanas, conocerá a Baptiste, un exiliado de la
Guerra Civil que le contará sus propias experiencias y que se irán enlazando
con la historia de Biel, el abuelo desaparecido de Alicia, quien luchó en el
bando republicano y que, tras perder la guerra, tuvo que abandonar el país,
dejando atrás todo lo que amaba, incluidas su mujer y su hija. Conforme se vaya
descubriendo la historia de Biel, será la propia Alicia quien deberá
replantearse toda su vida, e incluso su amor por Julien se verá sometido a una
prueba difícil de superar.
En esta segunda novela, Cari
Ariño nos vuelve a brindar una historia cargada de sentimientos, donde los
personajes se enfrentan a situaciones muy duras en un país completamente
diferente al que hoy en día conocemos, que ya antes de la guerra fraticida que
lo destrozó durante tres años venía sufriendo mucho tiempo de división, con una
clase trabajadora que pugnaba por conseguir unos derechos que le eran negados
sistemáticamente mientras los ricos seguían viendo crecer sus privilegios. Pero
La rueda del olvido también nos habla
de cómo todo en la vida es cíclico, todo gira para cerrarse de una forma u
otra, como dice el título, como una rueda, volviendo al presente para no dejar
ninguna cuenta pendiente; es una historia sobre las familias que se
desintegraron y que años después se pudieron volver a reencontrar sin saber que
decirse, con vidas rehechas en la distancia, con imágenes recreadas en la mente
que no eran las que después se veían en la realidad; es ese destino que avanza
inexorable sin que nadie sepa hacia donde, y sobre el que nadie tiene poder de decisión.
Pero también nos cuenta cómo se vieron los miles de españoles que tuvieron que
salir al exilio, que llegaron a una Francia que se vio desbordada ante la
llegada masiva de hombre, mujeres y niños que huían de un país que sangraba por
sus cuatro costados, que no iba a conocer el perdón en décadas y que se vieron
obligados a permanecer recluidos en campos, en imágenes que a día de hoy no nos
resultan ajenas ni lejanas por seguir repitiéndose no tan lejos de nuestras
fronteras.
Escrita bajo un estilo
directo y con una prosa cuidada, Cari Ariño utiliza en La rueda del olvido la figura de un narrador externo omnisciente
que, poseedor de toda la información tanto objetiva como subjetiva que afecta a
los personajes, será el encargado de contarnos toda la historia a los lectores,
expresándose en tercera persona. Con unas muy buenas descripciones que nos
permiten trasladarnos a los escenarios en los que se desarrollan las escenas,
estas se completan con unos diálogos bien resueltos por la autora, en los que
el narrador desaparece para dejar todo el espacio a los personajes. La rueda del olvido está dividida en
tres partes que contienen una historia con dos tramas que, aunque se terminan
entrelazando, se desarrollan en dos hilos temporales diferentes, uno que transcurre
en el presente y en el que Alicia cuenta con un mayor protagonismo, mientras
que en el otro es Biel quien lleva el peso de una historia que transcurre a
principios de siglo XX. Ambas tramas mantienen un curso temporal lineal aunque
contienen algunos flashbacks, estos no son muy numerosos.
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Soldado en la Batalla del Ebro |
En cuanto a los personajes,
bien perfilados en líneas generales dentro de la novela, en La rueda del olvido hay un triángulo de
protagonistas bien definido casi desde el principio del libro: Baptiste, Alicia
y Biel. He de reconocer que con el personaje de Biel he tenido mis más y mis
menos pues en ocasiones no llegaba a entender que antepusiera sus ideales
políticos al bienestar de su propia familia, aunque conforme fui avanzando en
la lectura, fui entendiendo más sus actuaciones y cogiendo más cariño a un
joven que con poco más de veinte años ha de enfrentarse a la decisión de
mantenerse al lado de su familia o dejarlo todo atrás para luchar por aquello
en lo que cree firmemente; un joven que, de repente ha de convertirse en un
hombre dispuesto a matar para no morir, cuyos ojos han de habituarse a ver los
mayores horrores y seguir adelante. También he sentido mucho cariño por el
personaje de Ágata, la abuela de Alicia y mujer de Biel, quien vio como la
guerra le arrebató al amor de su vida, teniendo que sacar adelante a su hija en
un país donde no quedaba nada, ni siquiera un futuro que ofrecer.
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Exiliados españoles en la playa de Argelès-sur-Mer |
La
rueda del olvido es una de esas novelas que se disfrutan de
principio a fin, con la que Cari Ariño nos brinda la oportunidad de conocer
personajes entrañables e inolvidables. Una lectura que recomiendo sin ningún
tipo de duda, y que no olvidaréis en mucho tiempo.