Reseña El alguacil.- Carlos P. Casas
Editorial: Autopublicado
Año de edición: 2017
ASIN: B01HSPKS2E
Formato: EPub
Año de edición: 2017
ASIN: B01HSPKS2E
Formato: EPub
Sinopsis:
Aragón, invierno de 1134.
Ajenos a las sucesiones de reyes y coronas, los vecinos de Lacorvilla prosiguen con sus vidas. Sancho el Negro es un pobre carbonero que malvive como puede y es consciente de que el invierno no solo trae el frío y el hambre, sino también la muerte. Un grupo de bandidos, conocidos como los albares, se ha instalado en las inmediaciones de Lacorvilla y tiene planeado atacar la aldea.
Sancho no comparte el entusiasmo de sus vecinos por unirse al alguacil en una lucha contra los albares: ni cree en la victoria ni en el liderazgo del hombre que ejecutó a su padre. El odio es mutuo, pues hace años que el alguacil busca un modo de expulsar al carbonero del pueblo. A cualquier precio.
En medio de esta lucha por la supervivencia, un caballero misterioso llegará al pueblo proclamando ser un héroe salvador, pero en realidad pretende apropiarse de lo que algunos más aprecian. ¿Qué sucederá cuando descubran sus intenciones? ¿Qué pasa con los albares? ¿Y qué papel jugarán las mujeres de Lacorvilla, dispuestas a no ser ninguneadas? (Sinopsis extraída de: Amazon).
El autor:
Carlos Pérez Casas nació en Zaragoza en 1989. Licenciado en Historia por la Universidad de Zaragoza. Terminó sus estudios en Trinity College of Dublin. Máster en Historia Contemporánea por la Universidad de Zaragoza. Máster en Educación para el Profesorado de Secundaria y Bachillerato. Redactor habitual en su blog Basado en hechos imaginarios, donde publica reseñas, relatos cortos y recursos para escritores. www.carlosperezcasas.blogspot.com Obras de Carlos Pérez Casas Ciencia ficción -Hijos del Cirujano (I): El Señor es mi pastor Novela histórica -El alguacil (Biografía extraída de: Amazon).
Mi reseña:
Este mes va a venir más
cargado de reseñas de lo normal ya que como sabéis estamos en plena vorágine
del Premio
Guillermo de Baskerville 2017 (pinchando en el enlace
podéis ver cómo va leyendo el primer resumen) y hoy os traigo la reseña de la
segunda novela nominada en esta categoría que he leído. Se trata de El alguacil de Carlos P. Casas, una
historia ambientada en el Medievo español muy bien llevada y que me ha
sorprendido gratamente, aunque por otra parte también me hubiera gustado que en
algunos momentos los acontecimientos no se hubieran precipitado tanto, que el
autor hubiera dado más tiempo a la transición entre unos sucesos y otros.
El
alguacil nos traslada hasta Lacorvilla, un tranquilo pueblo
aragonés en el que Jimeno, el alguacil, mantiene un control férreo sobre sus
habitantes. Sin embargo, la paz está a punto de desaparecer con la llegada de
los albares, un grupo de ladrones de ganado que no duda en matar a sangre fría
a los aldeanos y arrasar con los poblados a los que llegan. Jimeno no duda en
solicitar ayuda a Don Yéquera, su señor, para que le proporcione las armas que
le permitan hacer de sus aldeanos un ejército. Sin embargo, aunque los aldeanos
serán reacios a enfrentarse a los albares, dejarán de lado a las mujeres, que
se rebelarán contra aquellos que se atreven a ningunearlas.
Con la lectura de El alguacil he pasado buenos ratos de
lectura. Carlos P. Casas me ha trasladado hasta un pueblo medieval que se ve
acosado por un grupo de asaltantes y al que no le queda más remedio que
defenderse de un ataque para el que realmente no está preparado. Jimeno, el
alguacil es el único que confía plenamente en que saldrán victoriosos tras un
enfrentamiento frontal contra los ladrones, aunque no le mueven sentimientos
altruistas precisamente, pues Jimeno desea llegar a controlar el pueblo, a
tener una posición noble que le permita ser el amo y señor de todas las tierras
que pertenecen al señorío de Yéquera, al que pertenece Lacorvilla. Solo Sancho,
el carbonero parece conocer de verdad al alguacil, con el que mantiene un
enfrentamiento que viene de lejos, una lucha por las tierras que parece no
tener fin, tan antigua como la propia tierra. En esta novela los lectores vemos
que Carlos P. Casas reivindica la figura femenina, intenta de alguna manera devolverle
su lugar, pues es imposible negar que la Historia nos ha negado el lugar que
nos corresponde. Hemos sido relegadas a un segundo plano (si no más allá)
cuando lo normal es pensar que es imposible que las mujeres de la época se
quedaran cruzadas de brazos cuando sabían que sus pueblos iban a ser atacados y
sus hijos masacrados, el instinto maternal y de supervivencia las harían salir
a luchar como leonas, no quedarse sentadas rezando esperando que se hiciera la
voluntad de Dios.
El
alguacil está escrita bajo un estilo directo, donde Carlos P.
Casas utiliza la figura de un narrador externo objetivo con altas dosis de
omnisciencia que se expresa en tercera persona y que es quien nos transmite toda
la información que afecta a los personajes, proporcionándonos una visión global
y objetiva de la historia. Manteniendo un hilo temporal lineal a lo largo de
toda la trama, se observan pocos saltos temporales a lo largo de la novela, que
no presenta subtramas alternativas a la principal, todo gira alrededor del
enfrentamiento del pueblo con los albares y de la ambición personal del alguacil.
Pese a que la novela está divida en capítulos que se centran en distintos
personajes, da la sensación de que no llegamos a salir de esa trama principal
que centra todo el argumento de la novela, que solo hacia el final de la novela
comienzan a aparecer un poco más; personalmente, he echado de menos alguna
subtrama con más peso hacia la primera mitad de la novela, con más protagonismo
en el libro, pues algunos de los personajes me han parecido un verdadero
acierto y no llegan a dar de sí todo lo que podrían. Las descripciones que encontramos
en El alguacil son realmente buenas,
llenas de visibilidad, lo que nos permite entrar de lleno en unas escenas bien
desarrolladas por el autor gracias a unos diálogos bien trabajados en los que
los personajes toman las riendas de la novela y el narrador desaparece por
completo, teniendo presencia únicamente solo para realizar alguna aclaración
necesaria.
Cómo he comentado antes, en El alguacil he descubierto algunos
personajes que me han resultado muy interesantes y que sin embargo me han
dejado con la sensación de no llegar a descubrir del todo por esa falta de
subtramas en la primera mitad de la novela. Por ejemplo, el personaje de Arlena
me ha parecido maravilloso, con una gran fortaleza y con muchas cosas por
decir, y sin embargo, durante la primera mitad de la novela está demasiado
latente, sabes que está ahí pero en segundo plano, o Marcela, la criada de Don
Yéquera, que se descubre como una gran conocedora de su señor y de una gran
inteligencia. Por otra parte, creo que resulta un acierto por parte de Carlos
P. Casas escribir una novela ambientada en el Medievo que reivindique la figura
femenina, pero no como una heroína que se enfrenta a todo y a todos para
terminar logrando una vida plena y un amor casi imposible; sobre lo que el
autor escribe en este libre es sobre las heroínas cotidianas que luchan por
salvar su hogar, por evitar perder lo poco que tienen aunque les vaya la vida
en ello, por mantener vivos a sus hijos aunque sea solo un día más. E
irremediablemente me ha resultado imposible no posicionarme con Sancho El Negro
frente a la antipatía que me ha despertado Jimeno, el alguacil.
En líneas generales creo que
El alguacil es una novela que se
disfruta, que nos traslada al día a día de un pueblo medieval español que ve se
ve amenazado y que debe luchar por su propia supervivencia. Carlos P. Casas
merece estar entre los finalistas de este año del Premio Guillermo de Baskerville y
yo le seguiré la pista porque promete regalarnos buenas historias.
Sinopsis:
Ajenos a las sucesiones de reyes y coronas, los vecinos de Lacorvilla prosiguen con sus vidas. Sancho el Negro es un pobre carbonero que malvive como puede y es consciente de que el invierno no solo trae el frío y el hambre, sino también la muerte. Un grupo de bandidos, conocidos como los albares, se ha instalado en las inmediaciones de Lacorvilla y tiene planeado atacar la aldea.
Sancho no comparte el entusiasmo de sus vecinos por unirse al alguacil en una lucha contra los albares: ni cree en la victoria ni en el liderazgo del hombre que ejecutó a su padre. El odio es mutuo, pues hace años que el alguacil busca un modo de expulsar al carbonero del pueblo. A cualquier precio.
En medio de esta lucha por la supervivencia, un caballero misterioso llegará al pueblo proclamando ser un héroe salvador, pero en realidad pretende apropiarse de lo que algunos más aprecian. ¿Qué sucederá cuando descubran sus intenciones? ¿Qué pasa con los albares? ¿Y qué papel jugarán las mujeres de Lacorvilla, dispuestas a no ser ninguneadas? (Sinopsis extraída de: Amazon).
El autor:
Carlos Pérez Casas nació en Zaragoza en 1989. Licenciado en Historia por la Universidad de Zaragoza. Terminó sus estudios en Trinity College of Dublin. Máster en Historia Contemporánea por la Universidad de Zaragoza. Máster en Educación para el Profesorado de Secundaria y Bachillerato. Redactor habitual en su blog Basado en hechos imaginarios, donde publica reseñas, relatos cortos y recursos para escritores. www.carlosperezcasas.blogspot.com Obras de Carlos Pérez Casas Ciencia ficción -Hijos del Cirujano (I): El Señor es mi pastor Novela histórica -El alguacil (Biografía extraída de: Amazon).
Mi reseña:
Este mes va a venir más
cargado de reseñas de lo normal ya que como sabéis estamos en plena vorágine
del Premio
Guillermo de Baskerville 2017 (pinchando en el enlace
podéis ver cómo va leyendo el primer resumen) y hoy os traigo la reseña de la
segunda novela nominada en esta categoría que he leído. Se trata de El alguacil de Carlos P. Casas, una
historia ambientada en el Medievo español muy bien llevada y que me ha
sorprendido gratamente, aunque por otra parte también me hubiera gustado que en
algunos momentos los acontecimientos no se hubieran precipitado tanto, que el
autor hubiera dado más tiempo a la transición entre unos sucesos y otros.
El
alguacil nos traslada hasta Lacorvilla, un tranquilo pueblo
aragonés en el que Jimeno, el alguacil, mantiene un control férreo sobre sus
habitantes. Sin embargo, la paz está a punto de desaparecer con la llegada de
los albares, un grupo de ladrones de ganado que no duda en matar a sangre fría
a los aldeanos y arrasar con los poblados a los que llegan. Jimeno no duda en
solicitar ayuda a Don Yéquera, su señor, para que le proporcione las armas que
le permitan hacer de sus aldeanos un ejército. Sin embargo, aunque los aldeanos
serán reacios a enfrentarse a los albares, dejarán de lado a las mujeres, que
se rebelarán contra aquellos que se atreven a ningunearlas.
Con la lectura de El alguacil he pasado buenos ratos de
lectura. Carlos P. Casas me ha trasladado hasta un pueblo medieval que se ve
acosado por un grupo de asaltantes y al que no le queda más remedio que
defenderse de un ataque para el que realmente no está preparado. Jimeno, el
alguacil es el único que confía plenamente en que saldrán victoriosos tras un
enfrentamiento frontal contra los ladrones, aunque no le mueven sentimientos
altruistas precisamente, pues Jimeno desea llegar a controlar el pueblo, a
tener una posición noble que le permita ser el amo y señor de todas las tierras
que pertenecen al señorío de Yéquera, al que pertenece Lacorvilla. Solo Sancho,
el carbonero parece conocer de verdad al alguacil, con el que mantiene un
enfrentamiento que viene de lejos, una lucha por las tierras que parece no
tener fin, tan antigua como la propia tierra. En esta novela los lectores vemos
que Carlos P. Casas reivindica la figura femenina, intenta de alguna manera devolverle
su lugar, pues es imposible negar que la Historia nos ha negado el lugar que
nos corresponde. Hemos sido relegadas a un segundo plano (si no más allá)
cuando lo normal es pensar que es imposible que las mujeres de la época se
quedaran cruzadas de brazos cuando sabían que sus pueblos iban a ser atacados y
sus hijos masacrados, el instinto maternal y de supervivencia las harían salir
a luchar como leonas, no quedarse sentadas rezando esperando que se hiciera la
voluntad de Dios.
El
alguacil está escrita bajo un estilo directo, donde Carlos P.
Casas utiliza la figura de un narrador externo objetivo con altas dosis de
omnisciencia que se expresa en tercera persona y que es quien nos transmite toda
la información que afecta a los personajes, proporcionándonos una visión global
y objetiva de la historia. Manteniendo un hilo temporal lineal a lo largo de
toda la trama, se observan pocos saltos temporales a lo largo de la novela, que
no presenta subtramas alternativas a la principal, todo gira alrededor del
enfrentamiento del pueblo con los albares y de la ambición personal del alguacil.
Pese a que la novela está divida en capítulos que se centran en distintos
personajes, da la sensación de que no llegamos a salir de esa trama principal
que centra todo el argumento de la novela, que solo hacia el final de la novela
comienzan a aparecer un poco más; personalmente, he echado de menos alguna
subtrama con más peso hacia la primera mitad de la novela, con más protagonismo
en el libro, pues algunos de los personajes me han parecido un verdadero
acierto y no llegan a dar de sí todo lo que podrían. Las descripciones que encontramos
en El alguacil son realmente buenas,
llenas de visibilidad, lo que nos permite entrar de lleno en unas escenas bien
desarrolladas por el autor gracias a unos diálogos bien trabajados en los que
los personajes toman las riendas de la novela y el narrador desaparece por
completo, teniendo presencia únicamente solo para realizar alguna aclaración
necesaria.
Cómo he comentado antes, en El alguacil he descubierto algunos
personajes que me han resultado muy interesantes y que sin embargo me han
dejado con la sensación de no llegar a descubrir del todo por esa falta de
subtramas en la primera mitad de la novela. Por ejemplo, el personaje de Arlena
me ha parecido maravilloso, con una gran fortaleza y con muchas cosas por
decir, y sin embargo, durante la primera mitad de la novela está demasiado
latente, sabes que está ahí pero en segundo plano, o Marcela, la criada de Don
Yéquera, que se descubre como una gran conocedora de su señor y de una gran
inteligencia. Por otra parte, creo que resulta un acierto por parte de Carlos
P. Casas escribir una novela ambientada en el Medievo que reivindique la figura
femenina, pero no como una heroína que se enfrenta a todo y a todos para
terminar logrando una vida plena y un amor casi imposible; sobre lo que el
autor escribe en este libre es sobre las heroínas cotidianas que luchan por
salvar su hogar, por evitar perder lo poco que tienen aunque les vaya la vida
en ello, por mantener vivos a sus hijos aunque sea solo un día más. E
irremediablemente me ha resultado imposible no posicionarme con Sancho El Negro
frente a la antipatía que me ha despertado Jimeno, el alguacil.
En líneas generales creo que
El alguacil es una novela que se
disfruta, que nos traslada al día a día de un pueblo medieval español que ve se
ve amenazado y que debe luchar por su propia supervivencia. Carlos P. Casas
merece estar entre los finalistas de este año del Premio Guillermo de Baskerville y
yo le seguiré la pista porque promete regalarnos buenas historias.
Muchas gracias por esta reseña. Me alegra mucho saber que Jimeno sigue despertando antipatía y que el lector conecta con Sancho. Sobre el ritmo precipitado, bueno, sigo aprendiendo nuevas técnicas de escritura. Iré mejorando hasta el día que me muera.
ResponderEliminarA ver cómo me va en la fase final. XD
¡Nos vemos!
Es una gran novela, y son cosillas que irás puliendo con el tiempo. ¡Enhorabuena!
EliminarPues mira, ya estoy algo cansada de leer este tipo de historias siempre situadas geográficamente en lugares lejanos, reinos inexistentes y países muy muy lejanos, y aunque el género no es santo de mi devoción (normalmente y por culpa de lo que te estaba diciendo anteriormente) este me atrae bastante, te leí y me iba anotando cosas para hacerme una idea más concreta.
ResponderEliminarMe lo llevo.
Besitos.
A mí me ha sorprendido gratamente. Seguro que lo disfrutas.
EliminarBesos!