Reseña El crimen de Orcival.- Émile Gaboriau
Editorial: dÉpoca Editorial
Año de edición: 2016ISBN: 978-84-943634-3-6
Formato: Papel
Sinopsis
Se ha cometido un asesinato en los terrenos del Castillo de Valfeuillu, propiedad del conde de Trémorel. Dos cazadores furtivos han encontrado el cadáver de su esposa Berthe sumergido en un cañaveral. Mientras la policía local de Orcival está convencida de haber encontrado a los culpables y da por concluida su línea de investigación, llega un policía especial de la Sûreté de París, el inspector Lecoq, que se hace cargo del caso. El astuto detective inicia su propia investigación —caracterizada por el constante uso del método deductivo— recolectando pruebas, estudiando exhaustivamente el escenario y las posibles circunstancias del crimen, entrevistando a los testigos y analizando los posibles móviles de los sospechosos.
El crimen de Orcival (1866) —obra maestra de Émile Gaboriau que constituyó un éxito sin precedentes en el momento de su publicación— nos envuelve desde la primera escena en una atmósfera de suspense creciente que nos conduce a través de un vertiginoso recorrido de deducciones y suposiciones. Conspiraciones, sospechas, mentiras, chantajes, documentos secretos, celos, adulterio… todo debe pasar por el tamiz de la mente deductiva de Lecoq, convirtiendo la novela en una suerte de thriller de perfecta factura que mantiene en vilo al lector hasta la última página. (Sinopsis extraída de: dÉpoca Editorial).
El autor:
Émile Gaboriau (1832-1873) reconocidísimo escritor francés considerado uno de los padres de la novela de detectives. Su personaje, el investigador Lecoq, es el primer policía profesional de la literatura. En su primera novela policíaca, «El caso Lerouge» (1866), Gaboriau introdujo un detective aficionado, Tabaret, que se convirtió en mentor de un joven policía, el inspector Lecoq. En su siguiente novela, «El crimen de Orcival» (1866) es el propio Lecoq quien se convierte en protagonista indiscutible de la misma y se hace cargo de la investigación. Le siguieron «El dossier 113» (1867), «Los esclavos de París» (1867-1868) en dos tomos: «El chantaje» y «El secreto de la casa Champdoce», y «Monsieur Lecoq» (1868-1869) en dos tomos: «La investigación» y «En el honor del Nombre». (Biografía extraída de: dÉpoca Editorial).
Mi reseña:
Hoy os traigo al blog la
reseña de una novela que terminé hace unos días y que, como siempre que leo
algo del catálogo de dÉpoca Editorial, me ha encantado. Se trata de otro de
los clásicos rescatados del olvido por esta maravillosa editorial: El crimen de Orcival de Émile Gaboriau, uno de los padres de la
novela de detectives y cuyo personaje principal, el inspector Lecoq, se
convirtió en el primer policía profesional protagonista de la literatura. Una
novela que consigue que los lectores del
siglo XXI nos traslademos a la Francia del siglo XIX y vivamos todos y cada
uno de los acontecimientos que se van desvelando a lo largo de la lectura.
Orcival |
En
los terrenos del Castillo de Valfeuillu, propiedad del conde de
Trémorel, dos cazadores furtivos
encuentran el cadáver sumergido de una mujer; cuerpo que resulta ser el de
la condesa de Trémorel. Aunque al principio, la policía de Orcival cree haber encontrado
a los culpables y poder cerrar el caso rápidamente, todo da un giro radical con
la llegada de un policía especial de la Sûreté de París, el investigador Lecoq que, al hacerse cargo del caso, abre una
nueva línea de investigación, recogiendo nuevas pruebas, analizando de nuevo el
escenario del crimen, hablando con los testigos y desvelando nuevos motivos que
sacan a la luz inesperados sospechosos.
He de reconocer que tengo debilidad por los títulos de esta
editorial; además de tener unas ediciones de lujo y realmente preciosas,
recuperan títulos que, de no ser por ellos, los lectores no tendríamos
oportunidad de leer. En este caso, leer El
crimen de Orcival me ha sorprendido muy gratamente, desde las primeras
líneas me di cuenta de que iba a ser una de esas lecturas que me iba a mantener
pegada a sus páginas. Esta obra de Émile
Gaboriau es una de esas historias de detectives donde toda la investigación se
irá desarrollando gracias al método deductivo, del cual el investigador Lecoq
es un auténtico maestro; pero además, el autor da una giro hacia la mitad de la
novela, haciendo que nuestra perspectiva como lectores cambie y comencemos a observar
el desarrollo de los acontecimientos desde otro ángulo, con otros ojos, ya no
acompañaremos a ese investigador perspicaz que todo lo analiza, pues pasaremos
a ser testigos silenciosos de todo lo que se vive tras los muros del Castillo
de Valfeuillu en unos momentos fundamentales para comprender el porqué del
asesinato de la condesa.
Escrita bajo un estilo directo acompañado de una prosa
elegante, en El crimen de Orcival
encontramos la figura de un narrador
omnisciente que se expresa en tercera persona, aunque se puede observar que
ese narrador no es el mismo a lo largo
de toda la obra, ya que aunque siempre se mantiene esa omnisciencia, si
bien al principio de la novela encontramos un narrador que no podemos
identificar con ningún personaje en concreto, hacia la mitad de la novela es el
personaje del padre Plantat quien se convierte en narrador de los
acontecimientos que tuvieron lugar tiempo atrás en el Castillo de Valfeuillu y
que son el origen del asesinato. Con unas maravillosas
descripciones que permiten que los lectores podamos recrear en nuestra mente
los escenarios donde se desarrollan las tramas de la novela, las escenas se completan con unos grandes
diálogos. Émile Gaboriau nos brinda a
los lectores una trama que se va complicando a lo largo de sus páginas y que se
resolverá gracias a la perspicacia de Lecoq, quien no cejará en su empeño
de encontrar a los verdaderos culpables. Escrito
en un hilo temporal lineal hasta la mitad de la novela (más o menos), a partir de este punto encontramos un salto
temporal hacia el pasado, tomando la postura de narrador el personaje del
padre Plantat (que se comporta como narrador omnisciente).
Todos
los personajes que encontramos en El crimen de Orcival están perfectamente desarrollados
dentro de la novela. El investigador
Lecoq sorprende a los lectores con una gran sagacidad, aplicando con enorme
maestría el método deductivo; es un hombre que nunca se rinde, y no se queda
con lo primero que ve cuando llega al escenario de un crimen, sabe que cuanto
más evidente es algo, más se haya escondido. Y será su sagacidad y su gran
dominio del método deductivo lo que llevará a no aceptar la versión oficial que
sobre el crimen de la condesa dan las autoridades, todo le parece demasiado
sencillo, demasiado evidente… ¿tan sencillo lo van a poner los asesinos?, ¿tan
poco cuidadosos se van a mostrar en ocultar sus huellas?, Lecoq es consciente
de que, quién comete un crimen así, no va dejando un reguero de pruebas que
conducen directamente hacia su persona, sabe que todo lo que observa en el
Castillo de Valfeuillu es, en realidad, una representación cuyo fin es hacer
que las autoridades equivoquen sus pasos y busquen en la dirección errónea.
Sin duda, El crimen de Orcival de Émile Gaboriau es uno de esos títulos
que hacen que los lectores podamos disfrutar de las novelas de detectives de
siempre, uno de esos clásicos cuyo
tiempo no pasa jamás, inmunes a las modas.
Acabo de leer "Irene" de Pierre Lemaitre y no he podido encontrar reseña más oportuna que ésta. Una reseña formidable como la mayoría de las que en este magnífico blog aparecen.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Muchas gracias!!, yo tengo Irene en mi lista de pendientes y tengo muchas ganas de estrenarme con Lemaitre, aunque no sé si empezaré con Vestido de novia, que es independiente ;)
EliminarUn abrazo!
Me gustaría leerlo. Ya lo tenía apuntado. Un beso ;)
ResponderEliminarA mí me ha encantado! ;)
EliminarUn beso!
Aun no me he estrenado con la editorial pero tengo muchas ganas, y este es uno de los títulos que tengo pendientes.
ResponderEliminarBesitos
Yo he leído varios títulos de la editorial y todos me han encantado. Son un lujo sus ediciones!
EliminarBesitos!
Lo tengo en casa por leer y hace poco leí Irene,como comenta Juan Carlos,una resrña muy oportuna.
ResponderEliminarUn beso
Me estáis picando con Lemaitre jejejeje. Al final caeré ;)
EliminarUn beso!