Reseña Una promesa en el fin del mundo.- Sarah Lark
Editorial: Ediciones B
Año de edición: 2017
ISBN: 978-84-666-6039-6
Formato: Papel
Sinopsis:
Sarah Lark vuelve con la esperada continuación de la trilogía de la Nube Blanca…
En plena Segunda Guerra Mundial, dos hermanas polacas, Helena y Luzyna, lo han perdido todo. Sin padres ni un hogar adonde ir, son embarcadas hacia un campo de refugiados de Irán, donde sobreviven como pueden. Pero al saber que algunos huérfanos están siendo recolocados en Nueva Zelanda, Helena alberga esperanzas de ser uno de los niños seleccionados, hasta que los oficiales le informan de que solo hay espacio para su hermana pequeña, Luzyna.
La mañana en que Luzyna debe embarcar, Helena se hace pasar por ella. Pero los horrores de la guerra –y la culpa por haber abandonado a su hermana– siguen a Helena en su viaje hacia una nueva vida, que se acrecientan cuando un hombre relacionado con su pasado se cruza en su camino.
Una vez en Nueva Zelanda, donde se siente bien acogida, los traumas que Helena ha sufrido alteran su paz y marcan su pasión por James McKenzie, el encantador y joven piloto de las fuerzas aliados. Pero ella intentará eludir la sombra de su pasado y construir un futuro que asegure un nuevo amor, una nueva familia y, en definitiva, una nueva vida en esa nueva patria. (Sinopsis extraída de: Ediciones B).
La autora:
Sarah Lark trabajó durante muchos años como guía turística. Pronto descubrió su fascinación por Nueva Zelanda, cuyos paisajes asombrosos han ejercido desde siempre una atracción casi mágica sobre ella. Sarah Lark es el seudónimo de una exitosa autora alemana que en la actualidad vive en España. Con "En el país de la nube blanca", considerado el debut más exitoso de los últimos años en Alemania, sorprendió a crítica y lectores. No en vano lleva más de un millón de ejemplares vendidos. "Das Lied der Maori" y "Der Ruf des Kiwis" son las esperadas continuaciones de esta primera novela. (Biografía extraída de: Ediciones B).
Mi reseña:
Hoy os traigo al blog la
reseña de la nueva, y por lo menos para mí sorprendente e inesperada,
continuación de la que hasta ahora era la Trilogía
de la Nube Blanca, Una promesa en el
fin del mundo de Sarah Lark ( podéis leer otras reseñas de la autora en el
blog aquí).
Esta nueva historia que también transcurre en Nueva Zelanda, aunque comienza en
Irán durante la Segunda Guerra Mundial, ha vuelto a conquistarme, como siempre
logra hacerlo esta autora con la que disfruto sobremanera la lectura de sus
novelas
Una
promesa en el fin del mundo nos sitúa en Irán, durante la Segunda
Guerra Mundial. Helena y Luzyna son dos hermanas polacas que sobreviven solas
en un campo de refugiados levantado en el país asiático a la espera de viajar a
Nueva Zelanda, donde comenzar una nueva vida. Sin embargo, Helena es rechaza
debido a su edad y solo Luzyna podrá emprender el viaje. La mañana en que Luzyna
debe embarcar, algo hará que nada salga como estaba planeado y Helena suplante
a su hermana en el viaje. Una vez en Nueva Zelanda, Helena deberá hacer frente
a su nueva vida en un país desconocido lleno de oportunidades, pero también
deberá aprender a vivir con los remordimientos y las sombras de un pasado que
se resiste a abandonarla.
He de reconocer que me
sorprendió muchísimo que Sarah Lark retomara la historia de la Nube Blanca y
nos brindara a los lectores una nueva entrega, en la que tenemos como
protagonistas a la generación que sigue a aquella que protagonizó El grito de la tierra. En este caso, el
comienzo de la novela nos sitúa en un punto diferente, ya que nos trasladamos a
Irán, a un campo de refugiados polacos levantado en este país durante la
Segunda Guerra Mundial. Tal y como aclara la propia Sarah Lark, la gran mayoría
de población polaca fue desterrada de su país durante la Segunda Guerra
Mundial, primero a Siberia y luego a Persia (la actual Irán) para permitir el
traslado de la nueva población rusa que estaba ocupando la parte del país que
habían conquistado, Polonia Oriental. He de deciros que desconocía por completo
estos hechos, así como el posterior traslado de muchos de estos ciudadanos a
Nueva Zelanda, país que se convirtió en su nuevo hogar, sobre todo para un gran
número de niños que de repente se vieron arrancados de su país y de sus
familias, sin nadie que velara por ellos. Además, no me puedo olvidar de que Una promesa en el fin del mundo nos
devuelve la esencia de las novelas de Sarah Lark, con los imponentes paisajes
de Nueva Zelanda de fondo, y con las complicadas relaciones entre maoríes y pakehas siempre presentes, pues los
primeros siguen luchando por mantener sus costumbres aunque no pueden evitar
verse influidos por las costumbres de aquellos que han ido acotando su territorio
hasta hacerlo casi desaparecer.
Niños llegados a Pahiatua
Escrita bajo un estilo
directo que Sarah Lark acompaña de una prosa siempre adecuada, en Una promesa en el fin del mundo
encontramos la figura de un narrador externo omnisciente que se expresa en
tercera persona y que es conocedor de toda la información que afecta a los
personajes, tanto objetiva como subjetiva, y será a través de sus ojos como los
lectores conoceremos todo lo que acontece en la novela. Con una correcta
visibilidad en sus escenas, que Sarah Lark consigue gracias a unas maravillosas
descripciones capaces de trasladarnos hasta el lugar más recóndito de Nueva
Zelanda, acompañadas de unos diálogos ágiles y bien trabajados por parte de la
autora, en los que los personajes adquieren todo el protagonismo en detrimento
del narrador, para que así el lector pueda conocerlos realmente. Narrada bajo
un hilo temporal lineal, encontramos algunos flashbacks a lo largo de la trama
que nos proporcionan información sobre el pasado de los personajes así como un
algún dato sobre personajes de novelas anteriores que no aparecen en esta y que
nos ayuda a situarnos mejor en la lectura. Una
promesa en el fin del mundo consigue que volvamos a viajar desde el sofá,
que volvamos a enamorarnos de la historia que Sarah Lark nos brinda.
De Havilland- Mosquito
En cuanto a los personajes, Una promesa en el fin del mundo comienza
con la historia de dos hermanas, Helena y Luzyna, pero pronto vemos que es
Helena quien va a cargar con todo el peso de la historia. Una vez más, Sarah
Lark vuelve a dar el protagonismo a una mujer que tiene que luchar contra el
mundo para seguir adelante. En este caso, aunque la conducta de Helena puede
parecer censurable, en cuanto toma la decisión de seguir adelante sin mirar atrás
no pude evitar alegrarme pues en las pocas páginas que llevaba leídas ya me
había cansado del comportamiento de Luzyna, no soportaba su egoísmo, así que en
cuanto vi a Helena reaccionar, solo me quedó aplaudirle. En esta historia
volvemos a reencontrarnos con Gloria y Lillian, las protagonistas de El grito de la tierra, que si bien en
esta última no llegaron a calarme del todo, he de decir que han madurado muy
bien y han logrado conquistarme en esta nueva novela. En cuanto a los
personajes masculinos, James puede parecer más lineal a priori, pero conforme
avanza la lectura se observa que es un joven con las ideas claras que sabe lo
que quiere. En esta novela la figura maorí también está presente aunque algo
más diluida, pero el personaje de Moana consigue que los lectores veamos que la
lucha por la propia identidad sigue presente entre algunos miembros de las
tribus.
Una
promesa en el fin del mundo nos permite a los fans de Sarah Lark
volver a disfrutar con la lectura de una nueva novela, otra historia que te
hace viajar sin moverte de casa, volver a apasionarte por un país que, aunque
lejano parece que puedes tocar con solo alargar una mano.
Hei- Tiki
Formato: Papel
Sinopsis:
En plena Segunda Guerra Mundial, dos hermanas polacas, Helena y Luzyna, lo han perdido todo. Sin padres ni un hogar adonde ir, son embarcadas hacia un campo de refugiados de Irán, donde sobreviven como pueden. Pero al saber que algunos huérfanos están siendo recolocados en Nueva Zelanda, Helena alberga esperanzas de ser uno de los niños seleccionados, hasta que los oficiales le informan de que solo hay espacio para su hermana pequeña, Luzyna.
La mañana en que Luzyna debe embarcar, Helena se hace pasar por ella. Pero los horrores de la guerra –y la culpa por haber abandonado a su hermana– siguen a Helena en su viaje hacia una nueva vida, que se acrecientan cuando un hombre relacionado con su pasado se cruza en su camino.
Una vez en Nueva Zelanda, donde se siente bien acogida, los traumas que Helena ha sufrido alteran su paz y marcan su pasión por James McKenzie, el encantador y joven piloto de las fuerzas aliados. Pero ella intentará eludir la sombra de su pasado y construir un futuro que asegure un nuevo amor, una nueva familia y, en definitiva, una nueva vida en esa nueva patria. (Sinopsis extraída de: Ediciones B).
La autora:
Sarah Lark trabajó durante muchos años como guía turística. Pronto descubrió su fascinación por Nueva Zelanda, cuyos paisajes asombrosos han ejercido desde siempre una atracción casi mágica sobre ella. Sarah Lark es el seudónimo de una exitosa autora alemana que en la actualidad vive en España. Con "En el país de la nube blanca", considerado el debut más exitoso de los últimos años en Alemania, sorprendió a crítica y lectores. No en vano lleva más de un millón de ejemplares vendidos. "Das Lied der Maori" y "Der Ruf des Kiwis" son las esperadas continuaciones de esta primera novela. (Biografía extraída de: Ediciones B).
Mi reseña:
Hoy os traigo al blog la
reseña de la nueva, y por lo menos para mí sorprendente e inesperada,
continuación de la que hasta ahora era la Trilogía
de la Nube Blanca, Una promesa en el
fin del mundo de Sarah Lark ( podéis leer otras reseñas de la autora en el
blog aquí).
Esta nueva historia que también transcurre en Nueva Zelanda, aunque comienza en
Irán durante la Segunda Guerra Mundial, ha vuelto a conquistarme, como siempre
logra hacerlo esta autora con la que disfruto sobremanera la lectura de sus
novelas
Una
promesa en el fin del mundo nos sitúa en Irán, durante la Segunda
Guerra Mundial. Helena y Luzyna son dos hermanas polacas que sobreviven solas
en un campo de refugiados levantado en el país asiático a la espera de viajar a
Nueva Zelanda, donde comenzar una nueva vida. Sin embargo, Helena es rechaza
debido a su edad y solo Luzyna podrá emprender el viaje. La mañana en que Luzyna
debe embarcar, algo hará que nada salga como estaba planeado y Helena suplante
a su hermana en el viaje. Una vez en Nueva Zelanda, Helena deberá hacer frente
a su nueva vida en un país desconocido lleno de oportunidades, pero también
deberá aprender a vivir con los remordimientos y las sombras de un pasado que
se resiste a abandonarla.
He de reconocer que me sorprendió muchísimo que Sarah Lark retomara la historia de la Nube Blanca y nos brindara a los lectores una nueva entrega, en la que tenemos como protagonistas a la generación que sigue a aquella que protagonizó El grito de la tierra. En este caso, el comienzo de la novela nos sitúa en un punto diferente, ya que nos trasladamos a Irán, a un campo de refugiados polacos levantado en este país durante la Segunda Guerra Mundial. Tal y como aclara la propia Sarah Lark, la gran mayoría de población polaca fue desterrada de su país durante la Segunda Guerra Mundial, primero a Siberia y luego a Persia (la actual Irán) para permitir el traslado de la nueva población rusa que estaba ocupando la parte del país que habían conquistado, Polonia Oriental. He de deciros que desconocía por completo estos hechos, así como el posterior traslado de muchos de estos ciudadanos a Nueva Zelanda, país que se convirtió en su nuevo hogar, sobre todo para un gran número de niños que de repente se vieron arrancados de su país y de sus familias, sin nadie que velara por ellos. Además, no me puedo olvidar de que Una promesa en el fin del mundo nos devuelve la esencia de las novelas de Sarah Lark, con los imponentes paisajes de Nueva Zelanda de fondo, y con las complicadas relaciones entre maoríes y pakehas siempre presentes, pues los primeros siguen luchando por mantener sus costumbres aunque no pueden evitar verse influidos por las costumbres de aquellos que han ido acotando su territorio hasta hacerlo casi desaparecer.
Niños llegados a Pahiatua |
De Havilland- Mosquito |
En cuanto a los personajes, Una promesa en el fin del mundo comienza con la historia de dos hermanas, Helena y Luzyna, pero pronto vemos que es Helena quien va a cargar con todo el peso de la historia. Una vez más, Sarah Lark vuelve a dar el protagonismo a una mujer que tiene que luchar contra el mundo para seguir adelante. En este caso, aunque la conducta de Helena puede parecer censurable, en cuanto toma la decisión de seguir adelante sin mirar atrás no pude evitar alegrarme pues en las pocas páginas que llevaba leídas ya me había cansado del comportamiento de Luzyna, no soportaba su egoísmo, así que en cuanto vi a Helena reaccionar, solo me quedó aplaudirle. En esta historia volvemos a reencontrarnos con Gloria y Lillian, las protagonistas de El grito de la tierra, que si bien en esta última no llegaron a calarme del todo, he de decir que han madurado muy bien y han logrado conquistarme en esta nueva novela. En cuanto a los personajes masculinos, James puede parecer más lineal a priori, pero conforme avanza la lectura se observa que es un joven con las ideas claras que sabe lo que quiere. En esta novela la figura maorí también está presente aunque algo más diluida, pero el personaje de Moana consigue que los lectores veamos que la lucha por la propia identidad sigue presente entre algunos miembros de las tribus.
Una
promesa en el fin del mundo nos permite a los fans de Sarah Lark
volver a disfrutar con la lectura de una nueva novela, otra historia que te
hace viajar sin moverte de casa, volver a apasionarte por un país que, aunque
lejano parece que puedes tocar con solo alargar una mano.
Hei- Tiki |
No consigo congeniar con el género ni con la autora. Un apena.
ResponderEliminarUn beso ;)
He hablado con gente que le pasa lo mismo, que no consigue conectar con el género y con la autora. Sin embargo, yo disfruto un montón con estas novelas, jeje
EliminarUn beso! ;)
¡HOla guapa!
ResponderEliminarA mi me frenó la lectura el hecho que era una trilogía, me da mucha pereza embarcarme en ellas por si luego resulta que hay partes más flojas que otras y se acaba fastidiando la trilogía por ello...lo tengo anotado, pero no se cuando podré ponerme con él...
Un besito.
Yo disfruto tanto con estas novelas que ya ni me planteo que seas trilogías. Además, las historias de los protagonistas en realidad terminan. Lo único es que continúa la saga familiar.
EliminarUn besito!