Reseña Los huesos del invierno.- Daniel Woodrell
Editorial: Alba EditorialAño de edición: 2013ISBN: 97884-84288039Formato: Papel
Sinopsis:
«Todos los días hay que estar preparado para morir... Solo así puedes salvarte»: quien pronuncia estas palabras, drogado hasta arriba, es un tipo sin una oreja y con una gran cicatriz llamado Lágrimas. Su sobrina, Ree Dolly, anda bucando a su padre, que ha desaparecido estando en libertad condicional: si no lo encuentra antes de treinta días, la ley le quitará la casa. Ree tiene dieciséis años, una madre enferma y dos hermanos pequeños: es el sostén de la familia y hará lo que sea para evitar el desahucio. Lo más bonito que tiene es una escopeta.Daniel Woodrell acuñó la expresión country noir para referirse a sus novelas, ambientadas en las montañas de Ozark, en Missouri frontera con Arkansas. En efecto, si tomamos el paisaje, el sentimiento y los personajes de una canción country y situamos ahí una trama criminal en torno a la producción de metanfetamina, tenemos Los huesos del invierno (Winter's Bone), base de la película de culto que en 2010 ganó el Festival de Sundance. Bíblica, tremenda, iniciática, tierna y heroica, con un siniestro sentido de la solidaridad familiar y una heroína de antología, ésta es una novela negra de altos vuelos. (Sinopsis extraída de: Alba Editorial).
El autor:
Daniel Woodrell nació en 1953 en Springfield (Missouri), en las montañas de la meseta de Ozark, donde están ambientadas la mayoría de sus novelas. A los veintisiete obtuvo un título en el Writers’ Workshop de Iowa y disfrutó un año de una beca Michener. En 1986 publicó su primera novela, Under the Bright Lights, a la que siguió Woe to Live On (1987), adaptada al cine por Ang Lee con el título de Cabalga con el diablo (1999). En 1996 acuñó la expresión country noir para referirse a su novela Give Us a Kiss. Con Tomato Road ganó el premio PEN West de ficción de 1999.Los huesos del invierno (Winter’s Bone, 2006) fue llevada al cine en 2010 por Debra Granik y la película obtuvo el primer premio del Festival de Sundance. (Biografía extraída de: Alba Editorial).
Mi reseña:
Hoy os traigo al blog la
reseña de una novela negra que consigue meternos de lleno en un ambiente asfixiante,
que nos sumerge en la misma desesperación que va sumergiendo a su joven
protagonista, quien poco a poco va sintiendo que sus posibilidades se van
reduciendo, que sus salidas se van cerrando y sin embargo sabe que no puede
dejar a su familia en la estacada. Hoy os hablo de Los huesos del invierno de Daniel Woodrell, autor que acuñó la
expresión country noir para referirse
a sus novelas, ambientadas en las montañas de Ozark, en la frontera de Missouri
con Arkansas. Y aquí tenemos una de esas novelas con unos personajes desesperados
y cansados, pero que aun así lucharán por lo que es suyo. Agradezco a Alba
Editorial el envío de un ejemplar para su lectura y reseña.
Los
huesos del invierno nos presenta a Ree Dolly, una adolescente
que se embarca en la búsqueda de su padre, desaparecido desde hace meses, para
poder conservar la casa familiar, donde vive junto a su madre, enferma mental y
sus dos hermanos menores. Para ello acudirá a su familia, como su tío Lágrimas,
quien le advierte que se mantenga lejos del resto de su familia, cuyos negocios
poco legítimos los convierten en gente nada recomendable. Sin embargo, la joven
Ree no está dispuesta a quedarse sin nada, y debe aprovechar al máximo los
treinta días con los que cuenta para encontrar a su padre; por eso, no dudará
en llamar a las puertas que sea necesario, sea cual sea el precio que deba
pagar.
Esta es la primera novela
que leo de Daniel Woodrell y también el primer acercamiento al llamado country noir, y la verdad es que me ha parecido
un verdadero descubrimiento, ya que me sumergí de lleno en su atmósfera gris,
que te va oprimiendo poco a poco y que cuando te das cuenta, tienes la misma sensación
de no poder escapar que se va apoderando de la joven Ree. Los huesos del invierno es una de esas lecturas que nos habla de la
desesperanza, de la pérdida de la inocencia cuando todavía se tiene edad para
creer que la vida tendría que estar compuesta de sueños; de jóvenes que
contienen espíritus viejos porque ya han vivido demasiado. Pero también nos
habla de la valentía que, en ocasiones, roza la inconsciencia, una huida hacia
adelante cuando esa es la única salida que queda. Ree es una adolescente que se
ha visto obligada a crecer deprisa, con un padre que no ha hecho más que salir
y entrar de la cárcel y una madre enferma mental, debe hacerse cargo de sus
hermanos pequeños y lo que más desea es que tanto ella como los pequeños puedan
abandonar ese círculo vicioso al que parece condenada toda su familia, rodeada
de metanfetamina y armas. Los huesos del
invierno también es un acto de rebeldía ante lo que el destino parece
empeñado en ponernos en nuestro camino. Y por supuesto, es una crítica social a
ese sistema americano en el que mal viven millones de personas, en el que se
nos muestra que la realidad americana va más allá de esas magníficas
urbanizaciones de casas iguales con un césped maravilloso y la bicicleta en la
puerta. La realidad es gris, es madera que se pudre en casas que se dejan caer.
Escrita bajo un estilo
directo, en Los huesos del invierno
Daniel Woodrell utiliza la figura de un narrador externo omnisciente que se
expresa en tercera persona y que será el encargado de proporcionar a los
lectores toda la información que afecta a los personajes que aparecen en la
novela, tanto subjetiva como objetiva. Escrita siguiendo un hilo temporal
lineal, encontramos algunas analepsis
o flashbacks que nos proporcionan información importante sobre el pasado de los
personajes. Encontramos escenas llenas de visibilidad, con unas descripciones
que nos van a permitir entrar de lleno en cada uno de los escenarios en los que
se desarrolla la acción, sintiendo el paisaje desolador del invierno de las
montañas de Ozark, la dejadez de esas casas de principios de siglo XX que sus
dueños no han tenido demasiado empeño en conservar en buen estado, o ese
ambiente asfixiante que rodea a toda la familia de Ree; a esto se unen unos
diálogos bien llevados por el autor, donde los personajes toman el control y el
narrador desaparece, y así es como conocemos de verdad cómo son, cómo piensan.
Seremos testigos de diálogos secos, rudos, donde ningún personaje dará ocasión
al sentimentalismo o la ternura, lo que dará lugar a escenas cargadas de
rudeza.
En cuanto a los personajes,
encontramos una clara protagonista en Ree Dolly, una adolescente de dieciséis
años que se encuentra de repente sumergida en la búsqueda de su padre,
desaparecido estando en libertad condicional, para no perder su casa. Ree es el
único sostén de su familia, una madre enferma mental y dos niños más pequeños.
Para encontrar a su padre no dudará en acudir a su familia, los Dolly, que no
tienen precisamente buena fama en la zona, y que no desean atraer las miradas
sobre ellos. El personaje de Ree es realmente atractivo, pues nos muestra a esa
niña obligada a crecer de forma prematura por culpa de las circunstancias de su
vida, por las decisiones que han tomado los adultos que la rodean. Una niña que
debe tomar las riendas no solo de su vida, sino también de las de su familia y
a la que no le tiembla el pulso cuando debe luchar por aquello que sabe que le
pertenece. Personalmente me ha parecido turbadora toda la familia Dolly, el
ambiente que les rodea, la marginalidad en la que se mueven y que ninguno de
ellos haga un solo esfuerzo por abandonarla, ese conformismo por quedarse en el
lugar en el que la vida te puso, sin ambición, sin preguntarse si podía haber
algo más. Ree cuenta con una amiga incondicional en la figura de Gail, que, a
pesar de ser muy distinta a ella, la apoya en cada paso que da.
Los
huesos del invierno es una de esas novelas cuya lectura no es
para pasar el rato. Es corta pero intensa, deja un regusto amargo al
terminarla, porque sabes que es real, una verdad que se queda en el lector. Una
novela a la que vale la pena acercarse, aunque no sea cómoda.
Hoy os traigo al blog la reseña de una novela negra que consigue meternos de lleno en un ambiente asfixiante, que nos sumerge en la misma desesperación que va sumergiendo a su joven protagonista, quien poco a poco va sintiendo que sus posibilidades se van reduciendo, que sus salidas se van cerrando y sin embargo sabe que no puede dejar a su familia en la estacada. Hoy os hablo de Los huesos del invierno de Daniel Woodrell, autor que acuñó la expresión country noir para referirse a sus novelas, ambientadas en las montañas de Ozark, en la frontera de Missouri con Arkansas. Y aquí tenemos una de esas novelas con unos personajes desesperados y cansados, pero que aun así lucharán por lo que es suyo. Agradezco a Alba Editorial el envío de un ejemplar para su lectura y reseña.
Esta es la primera novela que leo de Daniel Woodrell y también el primer acercamiento al llamado country noir, y la verdad es que me ha parecido un verdadero descubrimiento, ya que me sumergí de lleno en su atmósfera gris, que te va oprimiendo poco a poco y que cuando te das cuenta, tienes la misma sensación de no poder escapar que se va apoderando de la joven Ree. Los huesos del invierno es una de esas lecturas que nos habla de la desesperanza, de la pérdida de la inocencia cuando todavía se tiene edad para creer que la vida tendría que estar compuesta de sueños; de jóvenes que contienen espíritus viejos porque ya han vivido demasiado. Pero también nos habla de la valentía que, en ocasiones, roza la inconsciencia, una huida hacia adelante cuando esa es la única salida que queda. Ree es una adolescente que se ha visto obligada a crecer deprisa, con un padre que no ha hecho más que salir y entrar de la cárcel y una madre enferma mental, debe hacerse cargo de sus hermanos pequeños y lo que más desea es que tanto ella como los pequeños puedan abandonar ese círculo vicioso al que parece condenada toda su familia, rodeada de metanfetamina y armas. Los huesos del invierno también es un acto de rebeldía ante lo que el destino parece empeñado en ponernos en nuestro camino. Y por supuesto, es una crítica social a ese sistema americano en el que mal viven millones de personas, en el que se nos muestra que la realidad americana va más allá de esas magníficas urbanizaciones de casas iguales con un césped maravilloso y la bicicleta en la puerta. La realidad es gris, es madera que se pudre en casas que se dejan caer.
Los huesos del invierno es una de esas novelas cuya lectura no es para pasar el rato. Es corta pero intensa, deja un regusto amargo al terminarla, porque sabes que es real, una verdad que se queda en el lector. Una novela a la que vale la pena acercarse, aunque no sea cómoda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario