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domingo, 8 de enero de 2017

Así no vamos a ninguna parte.- Pablo Garcinuño

Reseña Así no vamos a ninguna parte.- Pablo Garcinuño

Editorial: 120 Pies
Año de edición: 2016
ISBN: 978-84-945179-0-7
Formato: Ebook

Sinopsis:

Los cuentos que componen Así no vamos a ninguna parte se fijan en esa parte de la realidad que, de tan absurda, parece extraordinaria. Hay elementos surrealistas en el anciano que pasa todos los días por delante de la misma frutería, en el joven de trabajo precario que cuenta el número de pasajeros que suben y bajan del autobús o en una cena a base de huevos duros con tomate. Las historias de Pablo Garcinuño destilan ese tipo de humor que solo puede existir cuando la herida ya es cicatriz bien curada. Relatos redondos que le dan la vuelta a situaciones corrientes y anodinas para que nos sorprendan de nuevo. (Sinopsis extraída de: 120 Pies).

El autor:

Pablo Garcinuño (Ávila, 1981) es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha realizado el máster universitario en Profesorado de Secundaria. Desde 2004 trabaja en distintos medios de comunicación. Es corresponsal de El Norte de Castilla en Ávila, redactor de Innovaspain y colaborador de la Agencia EFE. Además participa en el espacio Literatura en corto en Cadena Ser Ávila. Mantiene el blog de microrrelatos En mal estado y ha ganado varios galardones literarios, entre ellos el primer premio en el II Certamen de Escritura Rápida ciudad de Ávila 2013. (Biografía extraída de: 120 Pies). 

Mi reseña:


Hoy os traigo al blog la que es la última reseña de una obra seleccionada para la categoría de relato de los Premios Guillermo de Baskerville organizados por la web literaria Libros Prohibidos. Se trata del libro de relatos Así no vamos a ninguna parte de Pablo Garcinuño, una serie de cuentos que, bordeando en muchas ocasiones una fina línea entre lo real y lo absurdo, esconden lo crudo de la vida, la descarnada realidad de un mundo en el que la tristeza, la soledad y los malentendidos forman parte de la rutina diaria.

Así no vamos a ninguna parte se compone de una serie de cuentos que permite compartir junto a cada uno de sus personajes las realidades que van a vivir. El lector podrá viajar en un autobús urbano junto a un joven cuyo trabajo precario le permitirá conocer una realidad diferente; podrá conocer la historia de un anciano que come moscas o la de una niña que colecciona pulseras de colores. En cada una de ellas descubrirá elementos surrealistas, que sin embargo encajan a la perfección en la realidad de estos personajes cuya vida, en el fondo, no transcurre por cauces tan diferentes a las nuestras.



Con Así no vamos a ninguna parte he descubierto algunos relatos que he disfrutado mucho, aunque la verdad es que ha habido otros, quizás los que más tintes “surrealistas” tienen, que no han llegado a calarme, no he conseguido entrar del todo en la historia. Por ejemplo, El monstruo en lo alto del armario, Mi abuelo come moscas, Carraspeos o Huevos duros con tomate son los relatos que más me han gustado. Creo que estos cuatro relatos tienen en común la soledad que desprenden sus personajes, lo que subyace en todo lo que no se dice a lo largo de los cuentos, la importancia de lo que callamos y que muchas veces marca el devenir de los acontecimientos; son cuentos en los que hay que prestar atención también a lo que está insinuado, a lo que no está escrito como tal pero que en realidad Pablo Garcinuño sí que nos está diciendo, entre líneas, con silencios, con el comportamiento de los personajes. Sin embargo, en otros relatos no he conseguido sentir tanto, aunque sí he llegado a percibir la intención del autor, como en Little, little fingers, donde las diferencias que nos hacen únicos y que en ocasiones nos pueden hacer sentir mal, a la larga siempre nos llevan a conocer a alguien que nos complementa.

Alternando el estilo directo con el indirecto, y utilizando una prosa cuidada pero al mismo tiempo actual y coloquial, Pablo Garcinuño usa diferentes figuras narrativas a lo largo de los distintos relatos que componen Así no vamos a ninguna parte, pues vamos a encontrar tanto a un narrador omnisciente encargado de transmitir toda la información, tanto subjetiva como objetiva, que afecta a los personajes que protagonizan los cuentos a los lectores, como a un narrador protagonista que ofrece una visión más particular y subjetiva de todo lo que acontece a su alrededor. Estos cambios de narrador condicionan la forma en la que los lectores recibimos la información, y por lo tanto, la forma en la que entramos en los cuentos; cuando el narrador es omnisciente la sensación que percibimos es más lejana mientras que cuando es un narrador protagonista quien nos habla, nos sentimos más cerca del personaje. Los relatos se componen de unas escenas que el lector es capaz de recrear gracias a descripciones bien desarrolladas por el autor y que se acompañan de unos diálogos que, aun rodeados de elementos surrealistas, resultan creíbles. Sí que es cierto que en algunos de los relatos el estilo indirecto (la inexistencia de diálogo) y la falta de elementos visibles restan un poco de agilidad en la lectura, o por lo menos yo he tenido esa sensación, quizás por esa sensación de irrealidad que impera más en esos relatos que en los demás que yo he disfrutado más.



En cuanto a los personajes, en todos los relatos he tenido la sensación de que Pablo Garcinuño trabaja bien a sus protagonistas, sabe cómo quiere plasmarlos en el relato, sin dejar ningún personaje descolgado. Personalmente, los protagonistas de Carraspeos y Mi abuelo come moscas me han conmovido especialmente; los del primer relato porque demuestran cómo muchas veces expresamos cosas con aquellos que tenemos más cerca que, en realidad, es todo lo contrario a aquello que nos gustaría expresar; en el caso del segundo, porque se trata de la soledad de un anciano al que le gustaría encontrar una comprensión que no sabe si encontrará. Pero creo que lo que subyace en los personajes de Huevos duros con tomate es una realidad tremendamente dura; se trata de un relato en el que hay que poner toda nuestra atención para comprender la dualidad que representan las dos niñas y el enorme problema que el autor nos está poniendo delante. Así no vamos a ninguna parte es un crisol de realidades que, de un modo u otro, no nos va a resultar ajena; en El monstruo en lo alto del armario, Pablo Garcinuño muestra la realidad de los problemas de pareja desde una perspectiva diferente que, al leerlo, puede que a los adultos nos haga replantear algunas cosas.



En líneas generales, Así no vamos a ninguna parte me ha parecido una obra que está entre las cinco finalistas de la categoría de relatos del Premio Guillermo de Baskerville por méritos propios. Un libro de relatos que, bordeando la fina línea de lo surrealista, habla de la realidad más absoluta


2 comentarios:

  1. Tal y como lo pones, tiene muy buena pinta. Eso de contar la realidad a través del surrealismo, me atrae mucho.
    Un beso.

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    Respuestas
    1. Tiene un planteamiento muy original, seguro que lo disfrutas.
      Un beso!

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