Reseña Primavera cruel (Inspector Trevejo 2).- Luis Roso
Editorial: Ediciones B
Año de edición: 2018
ISBN: 9788466662697
Formato: Papel
Sinopsis:
Madrid, años cincuenta. El inspector Ernesto Trevejo recibe el encargo de enfrentarse a un caso muy difícil: un hombre armado ha aparecido muerto en El Pardo, muy cerca del palacio donde reside Franco.
¿Se trata de un terrorista? ¿Un loco? ¿Puede ser una amenaza real?
Una trama policíaca impecable que es, al mismo tiempo, un retrato fiel y alejado de los tópicos de la sociedad de la época. De la mano de un protagonista a la altura de los grandes del género, Luis Roso mantiene al lector literalmente pegado a las páginas de esta novela. (Sinopsis extraída de: Megustaleer).
El autor:
Luis Roso (Moraleja, Cáceres, 1988) es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca, en Filología Inglesa por la Universidad Autónoma de Barcelona y posee un máster de Literatura Española e Hispanoamericana. Apasionado de la literatura, la historia, el cine y el deporte, actualmente trabaja como profesor de secundaria en la Comunidad de Madrid. Admira a Delibes, Cela, Ferlosio, Sender, Azorín, De la Serna, Aldecoa, Barea y Martín Santos. es su primera novela. (Biografía extraída de: Megustaleer).
Mi reseña:
Esta semana vuelvo al blog
con la reseña de una novela que he disfrutado muchísimo, de un autor que ya
conocía y que ya me hizo volverme una incondicional de su obra con su primer
libro. Hoy os cuento mis impresiones sobre Primavera
cruel de Luis Roso, una novela donde nos reencontramos con el inspector
Trevejo, a quien conocimos en Aguacero,
cuya reseña podéis leer aquí
y que, en esta ocasión, debe enfrentarse a lo que parece el intento de
asesinato de Franco tras la aparición de un hombre muerto muy cerca del Palacio
del Pardo, lo que le llevará a investigar los bajos fondos donde se mueven los
miembros de la oposición clandestina al régimen. Quiero agradecer a Ediciones B
el envío de un ejemplar para su lectura y reseña.
El Pardo
Primavera
cruel nos traslada a Madrid durante la década de los
cincuenta. El inspector Trevejo recibe el encargo de investigar la aparición
del cadáver de un hombre armado en las inmediaciones del Pardo, muy próximo a
la residencia de Franco, ya que todo parece apuntar a que se trata de un
atentado fallido contra la persona del Generalísimo. Para ello, Trevejo deberá
investigar los bajos fondos de la ciudad, donde se mueven en la clandestinidad
los miembros de la oposición al Régimen. Sin embargo, lo que parece un crimen
político pondrá al inspector cara a cara con el asesino más despiadado que
jamás haya conocido.
Cuando leí Aguacero terminé convencida de que me
había cruzado con un autor que tenía mucho que decir, pues ese primer libro de
Luis Roso me pareció realmente bueno; pero a veces tener un gran debut en el
mundo de la novela puede ser un arma de doble filo, pues las expectativas que
creas alrededor de la segunda son enormes, y por lo tanto, se corre un gran
riesgo. Sin embargo, Primavera cruel ha
cumplido con creces esas expectativas, nos ha regalado una trama compleja que
comienza con un aparente intento de magnicidio para después ir destapando algo
más complejo pero al mismo tiempo más intrínseco al ser humano, más relacionado
con nuestro yo más íntimo y con lo que estamos dispuestos a hacer para defender
lo nuestro. Luis Roso nos va mostrando hasta qué punto las personas somos
capaces de manipular y pasar por encima de otro con tal de mantener nuestro
propio bienestar, cómo algunos creen estar por encima del bien y del mal
interpretando que el mundo ha de girar según sus propios deseos, sin importar
las consecuencias de sus actos, aunque las víctimas sean personas inocentes. En
mi opinión, Primavera cruel se va
desvelando, poco a poco, como una historia plagada de secretos que se mantienen
ocultos durante años y cuyos conocedores son capaces de todo con tal de evitar
que salgan a la luz.
Barcelona (Foto: Francesc Català- Roca)
Escrita bajo un estilo
directo, en Primavera cruel Luis Roso
elige la figura de un narrador interno protagonista que se expresa en primera
persona a través de la voz de Trevejo para ir narrando todo lo que acontece a
lo largo de la historia, y es por eso que toda la información que nos llega a
los lectores es más subjetiva, pues siempre la recibimos a través de los ojos
del inspector, lo que hace que sus filias y sus fobias se conviertan, casi de
forma irremediable, en las nuestras. Algo que ya me pareció magnífico en Aguacero y que me lo ha vuelto a parecer
en Primavera cruel son las
descripciones, pues Luis Roso es capaz de crear una ambientación tan real que
es capaz de trasladar al lector a cada uno de los escenarios que describe;
recrea a la perfección esa España que no terminaba de salir del gris, que pese
a sol no terminaba de brillar pues le resultaba imposible sacudirse de encima
la losa que la aplastaba y que le impedía salir adelante. Es por eso que todas
las escenas que encontramos en Primavera
cruel tienen un regusto de ceniza, se quedan agarradas a la garganta,
porque además se acompañan de unos diálogos bien trabajados, en los que los
personajes nos demuestran que no viven un existencia agradable, la existencia
no es fácil en un país que todavía no ha salido de la posguerra, donde aún
viven en clandestinidad miles de personas por pensar diferente.
En cuanto a los personajes,
Trevejo me ha vuelto a conquistar, de nuevo se nos muestra como un inspector
sin pelos en la lengua, sin necesidad de quedar bien con nadie para hacer bien
su trabajo aunque sabe que hay personas a las que es mejor no molestar. Es
independiente pero sabe en qué momento vive. En Primavera cruel, Trevejo se cruza con dos personajes femeninos que
serán importantes dentro de la investigación, María y Gloria, y ambas, cada una
a su manera, demostrarán que las mujeres, en un momento en el que en España se
consideraba que las mujeres debían mantenerse siempre en segundo plano y
sumisas, no todas estaban dispuestas a aceptar las normas impuestas por la
sociedad. En líneas generales, todos los personajes que vamos encontrando en la
novela están perfectamente dibujados, y poco a poco van mostrando las diferentes
caras que los componen, demostrando que nadie se compone de una sola capa, de
una sola cara y que, a veces, la maldad se esconde tras una apariencia
totalmente inofensiva.
Primavera
cruel ha sido una de esas novelas que no podía soltar pero
que, por otra parte, me daba pena terminar, pues me estaba dando tan buenos
momentos de lectura que no me apetecía que acabaran. Luis Roso ya se había
convertido en un autor seguro de mi biblioteca, y tras leer su segunda novela,
pasa a ocupar un lugar de privilegio.
Formato: Papel
Sinopsis:
¿Se trata de un terrorista? ¿Un loco? ¿Puede ser una amenaza real?
Una trama policíaca impecable que es, al mismo tiempo, un retrato fiel y alejado de los tópicos de la sociedad de la época. De la mano de un protagonista a la altura de los grandes del género, Luis Roso mantiene al lector literalmente pegado a las páginas de esta novela. (Sinopsis extraída de: Megustaleer).
El autor:
Luis Roso (Moraleja, Cáceres, 1988) es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca, en Filología Inglesa por la Universidad Autónoma de Barcelona y posee un máster de Literatura Española e Hispanoamericana. Apasionado de la literatura, la historia, el cine y el deporte, actualmente trabaja como profesor de secundaria en la Comunidad de Madrid. Admira a Delibes, Cela, Ferlosio, Sender, Azorín, De la Serna, Aldecoa, Barea y Martín Santos. es su primera novela. (Biografía extraída de: Megustaleer).
Mi reseña:
Esta semana vuelvo al blog
con la reseña de una novela que he disfrutado muchísimo, de un autor que ya
conocía y que ya me hizo volverme una incondicional de su obra con su primer
libro. Hoy os cuento mis impresiones sobre Primavera
cruel de Luis Roso, una novela donde nos reencontramos con el inspector
Trevejo, a quien conocimos en Aguacero,
cuya reseña podéis leer aquí
y que, en esta ocasión, debe enfrentarse a lo que parece el intento de
asesinato de Franco tras la aparición de un hombre muerto muy cerca del Palacio
del Pardo, lo que le llevará a investigar los bajos fondos donde se mueven los
miembros de la oposición clandestina al régimen. Quiero agradecer a Ediciones B
el envío de un ejemplar para su lectura y reseña.
El Pardo |
Primavera
cruel nos traslada a Madrid durante la década de los
cincuenta. El inspector Trevejo recibe el encargo de investigar la aparición
del cadáver de un hombre armado en las inmediaciones del Pardo, muy próximo a
la residencia de Franco, ya que todo parece apuntar a que se trata de un
atentado fallido contra la persona del Generalísimo. Para ello, Trevejo deberá
investigar los bajos fondos de la ciudad, donde se mueven en la clandestinidad
los miembros de la oposición al Régimen. Sin embargo, lo que parece un crimen
político pondrá al inspector cara a cara con el asesino más despiadado que
jamás haya conocido.
Cuando leí Aguacero terminé convencida de que me
había cruzado con un autor que tenía mucho que decir, pues ese primer libro de
Luis Roso me pareció realmente bueno; pero a veces tener un gran debut en el
mundo de la novela puede ser un arma de doble filo, pues las expectativas que
creas alrededor de la segunda son enormes, y por lo tanto, se corre un gran
riesgo. Sin embargo, Primavera cruel ha
cumplido con creces esas expectativas, nos ha regalado una trama compleja que
comienza con un aparente intento de magnicidio para después ir destapando algo
más complejo pero al mismo tiempo más intrínseco al ser humano, más relacionado
con nuestro yo más íntimo y con lo que estamos dispuestos a hacer para defender
lo nuestro. Luis Roso nos va mostrando hasta qué punto las personas somos
capaces de manipular y pasar por encima de otro con tal de mantener nuestro
propio bienestar, cómo algunos creen estar por encima del bien y del mal
interpretando que el mundo ha de girar según sus propios deseos, sin importar
las consecuencias de sus actos, aunque las víctimas sean personas inocentes. En
mi opinión, Primavera cruel se va
desvelando, poco a poco, como una historia plagada de secretos que se mantienen
ocultos durante años y cuyos conocedores son capaces de todo con tal de evitar
que salgan a la luz.
Barcelona (Foto: Francesc Català- Roca) |
Escrita bajo un estilo
directo, en Primavera cruel Luis Roso
elige la figura de un narrador interno protagonista que se expresa en primera
persona a través de la voz de Trevejo para ir narrando todo lo que acontece a
lo largo de la historia, y es por eso que toda la información que nos llega a
los lectores es más subjetiva, pues siempre la recibimos a través de los ojos
del inspector, lo que hace que sus filias y sus fobias se conviertan, casi de
forma irremediable, en las nuestras. Algo que ya me pareció magnífico en Aguacero y que me lo ha vuelto a parecer
en Primavera cruel son las
descripciones, pues Luis Roso es capaz de crear una ambientación tan real que
es capaz de trasladar al lector a cada uno de los escenarios que describe;
recrea a la perfección esa España que no terminaba de salir del gris, que pese
a sol no terminaba de brillar pues le resultaba imposible sacudirse de encima
la losa que la aplastaba y que le impedía salir adelante. Es por eso que todas
las escenas que encontramos en Primavera
cruel tienen un regusto de ceniza, se quedan agarradas a la garganta,
porque además se acompañan de unos diálogos bien trabajados, en los que los
personajes nos demuestran que no viven un existencia agradable, la existencia
no es fácil en un país que todavía no ha salido de la posguerra, donde aún
viven en clandestinidad miles de personas por pensar diferente.
En cuanto a los personajes,
Trevejo me ha vuelto a conquistar, de nuevo se nos muestra como un inspector
sin pelos en la lengua, sin necesidad de quedar bien con nadie para hacer bien
su trabajo aunque sabe que hay personas a las que es mejor no molestar. Es
independiente pero sabe en qué momento vive. En Primavera cruel, Trevejo se cruza con dos personajes femeninos que
serán importantes dentro de la investigación, María y Gloria, y ambas, cada una
a su manera, demostrarán que las mujeres, en un momento en el que en España se
consideraba que las mujeres debían mantenerse siempre en segundo plano y
sumisas, no todas estaban dispuestas a aceptar las normas impuestas por la
sociedad. En líneas generales, todos los personajes que vamos encontrando en la
novela están perfectamente dibujados, y poco a poco van mostrando las diferentes
caras que los componen, demostrando que nadie se compone de una sola capa, de
una sola cara y que, a veces, la maldad se esconde tras una apariencia
totalmente inofensiva.
Primavera
cruel ha sido una de esas novelas que no podía soltar pero
que, por otra parte, me daba pena terminar, pues me estaba dando tan buenos
momentos de lectura que no me apetecía que acabaran. Luis Roso ya se había
convertido en un autor seguro de mi biblioteca, y tras leer su segunda novela,
pasa a ocupar un lugar de privilegio.
Aguacero me gustó mucho y este espero leerlo en vacaciones.
ResponderEliminarUn beso ;)
Lo disfrutarás, es tan bueno como el primero. Besos!😘
EliminarTrevejo for ever!! 😋 Buen libro, no esperaba menos y no me decepcionó.
ResponderEliminarBesitos 💋💋💋
Yo ya tengo a Luis Roso entre mis valores seguros. Besotes!😘
EliminarLe había echado el ojo a este libro en su día y sigue apeteciéndome leerlo. Besos
ResponderEliminarPues no te decepcionará en absoluto. Me gusta mucho este autos. Besos!
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