Reseña Las hijas de la tierra.- Alaitz Leceaga
Editorial: Ediciones B
Año de edición: 2019
ISBN: 9788466666336
Formato: Papel
Sinopsis:
Año 1889, La Rioja. Hay quien dice que una maldición se ciñe sobre los viñedos, secos desde hace años, de la finca Las Urracas. Mientras las grandes bodegas de la región comienzan su edad dorada, Gloria -la joven hija del propietario- languidece en la vieja mansión familiar, viendo aproximarse otro otoño sin cosecha.
Sometida a la autoridad de una tía cruel y un padre ausente, Gloria verá cambiar su vida de un día para otro cuando tenga que ponerse al frente del negocio familiar. Será entonces cuando comience una larga batalla que la enfrentará a los bodegueros y caciques locales, que no conciben tener como rival a una mujer. Y menos a una que pone en duda sus viejos privilegios.
Con la ayuda de sus hermanas, Gloria luchará por recuperar el esplendor de sus viñedos, al tiempo que se adentra en los secretos que esconden las habitaciones cerradas y los campos muertos de Las Urracas. Bajo la sombra de una maldición que solo al final sabremos si es cierta, las mujeres de esta novela lucharán, sin miedo a nada ni a nadie, por el poder que les pertenece. (Sinopsis extraída de: Megustaleer).
La autora:
Alaitz Leceaga (Bilbao, 1982) es una apasionada lectora de novelas victorianas, de terror y sagas familiares. Después de publicar numerosos relatos cortos en distintos portales de internet, que suman más de 60.000 lecturas y cientos de comentarios positivos, se lanzó a escribir su primera novela.
El bosque sabe tu nombre (Ediciones B) se convirtió en un fenómeno editorial incluso antes de su publicación. Las hijas de la tierra es su segunda novela. (Biografía extraída de: Megustaleer).
Mi reseña:
Hoy os traigo al blog la
reseña de la última novela que he terminado y cuya lectura me ha mantenido
totalmente absorbida, pegada a sus páginas de principio a fin. Hoy os cuento
mis impresiones sobre Las hijas de la
tierra, la nueva novela de Alaitz Leceaga, que ya me conquistó con su primera
obra El bosque sabe tu nombre (cuya
reseña podéis leer aquí)
y que con este segundo libro ha terminado de ganarme como lectora fiel. En esta
ocasión, la autora nos traslada hasta finales del siglo XIX, a unos viñedos que
parecen malditos en una finca de La Rioja, donde tres hermanas crecen también
bajo la sospecha de esa misma vieja maldición.
Las
hijas de la tierra nos traslada hasta La Rioja, en 1889, donde,
en medio de unos viñedos que permanecen dormidos desde hace años, se levanta la
finca Las Urracas. Hay quien dice que una maldición se cierne sobre la mansión
y sobre los viñedos, ya que mientras estos no producen ninguna cosecha desde
hace años, el resto de las bodegas de la zona comienzan una edad dorada. Y en
este ambiente se encuentran Gloria y sus dos hermanas pequeñas, Teresa y
Verónica, quienes viven bajo la sospecha de estar también malditas. Sin
embargo, la vida de las tres hermanas cambia de repente cuando Gloria deba
ponerse al frente del negocio familiar, lo que enfrentará a la joven a los
bodegueros y caciques del pueblo, que se resisten a tener como rival a una
mujer, y mucho menos a una que pone en entredicho sus privilegios. Gloria,
junto a sus hermanas, luchará por devolver la vida y el esplendor a Las
Urracas, al mismo tiempo que comenzará a desentrañar los secretos que se
esconden tras las habitaciones cerradas.
Como os he comentado al
principio de la reseña, Alaitz Leceaga ya me conquistó tras la lectura de su
primera novela, y con Las hijas de la
tierra me ha ganado del todo. En esta obra, la autora nos traslada hasta
unos viñedos de La Rioja que parecen muertos, que llevan años sin dar cosechas,
que parecen estar malditos, como también parece estar maldita la finca a la que
pertenecen y las mujeres que la habitan. Las Veltrán- Belasco, tres hermanas
que han crecido bajo el ojo escrutador de una tía estricta para la que todo es
pecado, con un padre ausente que nunca les ha dedicado más de un minuto de su
tiempo, y un hermano mayor, mellizo de Gloria, con un interior oscuro. Gloria,
Teresa y Verónica también creen que están malditas, es difícil no pensar que
algo malo ocurre con uno mismo cuando, desde pequeño, es lo único que estás
escuchando. Tres niñas que, poco a poco, y con el paso de los años, se irán
dando cuenta de que lo peligroso no es estar malditas, lo realmente peligroso
es pensar por sí mismas, cuestionar las decisiones que los demás toman por
ellas, tener criterio. Eso es lo que aquellos que detentan el poder sienten
como amenaza y por eso es más sencillo hacer sentir culpable a aquellas que
quieren avanzar.
Escrita bajo un estilo
directo, en Las hijas de la tierra
Alaitz Leceaga utiliza la figura de un narrador interno protagonista que se
expresa en primera persona utilizando la voz de Gloria para contarnos a los
lectores todo lo que acontece en la novela, proporcionándonos una visión más
subjetiva, pues todo lo que iremos conociendo, situaciones y personajes, lo
haremos a través de los ojos de Gloria. Manteniendo un hilo temporal lineal
durante la novela, lo cierto es que encontramos algunas analepsis o flashbacks
que nos permiten conocer información importante que afecta a los personajes y
que tiene peso, de alguna manera, en su momento actual. Con unas descripciones
maravillosas, que nos permiten trasladarnos a cada uno de los escenarios que
aparecen en la novela, sintiendo la opresión que reina en Las Urracas o la
desolación que rodea a los viñedos dormidos durante años, poco a poco
asistiremos, junto a las Veltrán- Belasco al despertar de su finca, a la lucha
contra la maldición que pesa sobre ellas; además, los diálogos nos permiten
conocer a la perfección a cada uno de los personajes, pues aunque es a través
de Gloria como vamos desentrañando la historia, la autora es capaz de construir
escenas llenas de visibilidad, donde cada personaje tiene su sitio.
En cuanto a los personajes,
las hermanas Veltrán- Belasco son los personajes principales de Las hijas de la tierra, aunque Gloria,
la mayor de las tres sea la protagonistas. Al principio, cuando conocemos a las
hermanas, Gloria no es la mujer fuerte y segura en la que se irá convirtiendo;
más bien es una jovencita insegura que se encuentra bajo el yugo de Rafael, su
hermano mellizo, quien está obsesionado con hacerse con el control de la finca
y no deja de hacerle la vida imposible a sus hermanas pequeñas. Personalmente
me ha gustado mucho la evolución que el personaje de Gloria sufre a lo largo de
la novela, pues pasa de ser alguien lleno de inseguridades a convertirse en una
mujer fuerte que no duda en enfrentarse a todo un pueblo y a un cacique
todopoderoso que no pueden soportar que sea una mujer la que les marque ahora
cómo deben hacerse las cosas. También me parece muy acertada la diferencia
entre las personalidades que presentan las tres hermanas Veltrán- Belasco, pues
se podría decir que Gloria es el equilibro entre las tres, ya que Teresa
representa la mente analítica por excelencia mientras que Verónica es la espiritualidad.
También me parece interesante el personaje de Miguel, quien aparece de forma
misteriosa en Las Urracas y se convierte en un apoyo importante para las
hermanas.
Las
hijas de la tierra se ha convertido, sin duda, en una de mis
lecturas de este año, y Alaitz Leceaga en una de las autoras fijas de mi
biblioteca. Una de esas novelas que se quedan contigo incluso después de
haberlas leído, y que te dejan con ganas de más.
Formato: Papel
Sinopsis:
Sometida a la autoridad de una tía cruel y un padre ausente, Gloria verá cambiar su vida de un día para otro cuando tenga que ponerse al frente del negocio familiar. Será entonces cuando comience una larga batalla que la enfrentará a los bodegueros y caciques locales, que no conciben tener como rival a una mujer. Y menos a una que pone en duda sus viejos privilegios.
Con la ayuda de sus hermanas, Gloria luchará por recuperar el esplendor de sus viñedos, al tiempo que se adentra en los secretos que esconden las habitaciones cerradas y los campos muertos de Las Urracas. Bajo la sombra de una maldición que solo al final sabremos si es cierta, las mujeres de esta novela lucharán, sin miedo a nada ni a nadie, por el poder que les pertenece. (Sinopsis extraída de: Megustaleer).
La autora:
Alaitz Leceaga (Bilbao, 1982) es una apasionada lectora de novelas victorianas, de terror y sagas familiares. Después de publicar numerosos relatos cortos en distintos portales de internet, que suman más de 60.000 lecturas y cientos de comentarios positivos, se lanzó a escribir su primera novela.
El bosque sabe tu nombre (Ediciones B) se convirtió en un fenómeno editorial incluso antes de su publicación. Las hijas de la tierra es su segunda novela. (Biografía extraída de: Megustaleer).
Mi reseña:
Hoy os traigo al blog la
reseña de la última novela que he terminado y cuya lectura me ha mantenido
totalmente absorbida, pegada a sus páginas de principio a fin. Hoy os cuento
mis impresiones sobre Las hijas de la
tierra, la nueva novela de Alaitz Leceaga, que ya me conquistó con su primera
obra El bosque sabe tu nombre (cuya
reseña podéis leer aquí)
y que con este segundo libro ha terminado de ganarme como lectora fiel. En esta
ocasión, la autora nos traslada hasta finales del siglo XIX, a unos viñedos que
parecen malditos en una finca de La Rioja, donde tres hermanas crecen también
bajo la sospecha de esa misma vieja maldición.
Las
hijas de la tierra nos traslada hasta La Rioja, en 1889, donde,
en medio de unos viñedos que permanecen dormidos desde hace años, se levanta la
finca Las Urracas. Hay quien dice que una maldición se cierne sobre la mansión
y sobre los viñedos, ya que mientras estos no producen ninguna cosecha desde
hace años, el resto de las bodegas de la zona comienzan una edad dorada. Y en
este ambiente se encuentran Gloria y sus dos hermanas pequeñas, Teresa y
Verónica, quienes viven bajo la sospecha de estar también malditas. Sin
embargo, la vida de las tres hermanas cambia de repente cuando Gloria deba
ponerse al frente del negocio familiar, lo que enfrentará a la joven a los
bodegueros y caciques del pueblo, que se resisten a tener como rival a una
mujer, y mucho menos a una que pone en entredicho sus privilegios. Gloria,
junto a sus hermanas, luchará por devolver la vida y el esplendor a Las
Urracas, al mismo tiempo que comenzará a desentrañar los secretos que se
esconden tras las habitaciones cerradas.
Como os he comentado al
principio de la reseña, Alaitz Leceaga ya me conquistó tras la lectura de su
primera novela, y con Las hijas de la
tierra me ha ganado del todo. En esta obra, la autora nos traslada hasta
unos viñedos de La Rioja que parecen muertos, que llevan años sin dar cosechas,
que parecen estar malditos, como también parece estar maldita la finca a la que
pertenecen y las mujeres que la habitan. Las Veltrán- Belasco, tres hermanas
que han crecido bajo el ojo escrutador de una tía estricta para la que todo es
pecado, con un padre ausente que nunca les ha dedicado más de un minuto de su
tiempo, y un hermano mayor, mellizo de Gloria, con un interior oscuro. Gloria,
Teresa y Verónica también creen que están malditas, es difícil no pensar que
algo malo ocurre con uno mismo cuando, desde pequeño, es lo único que estás
escuchando. Tres niñas que, poco a poco, y con el paso de los años, se irán
dando cuenta de que lo peligroso no es estar malditas, lo realmente peligroso
es pensar por sí mismas, cuestionar las decisiones que los demás toman por
ellas, tener criterio. Eso es lo que aquellos que detentan el poder sienten
como amenaza y por eso es más sencillo hacer sentir culpable a aquellas que
quieren avanzar.
Escrita bajo un estilo
directo, en Las hijas de la tierra
Alaitz Leceaga utiliza la figura de un narrador interno protagonista que se
expresa en primera persona utilizando la voz de Gloria para contarnos a los
lectores todo lo que acontece en la novela, proporcionándonos una visión más
subjetiva, pues todo lo que iremos conociendo, situaciones y personajes, lo
haremos a través de los ojos de Gloria. Manteniendo un hilo temporal lineal
durante la novela, lo cierto es que encontramos algunas analepsis o flashbacks
que nos permiten conocer información importante que afecta a los personajes y
que tiene peso, de alguna manera, en su momento actual. Con unas descripciones
maravillosas, que nos permiten trasladarnos a cada uno de los escenarios que
aparecen en la novela, sintiendo la opresión que reina en Las Urracas o la
desolación que rodea a los viñedos dormidos durante años, poco a poco
asistiremos, junto a las Veltrán- Belasco al despertar de su finca, a la lucha
contra la maldición que pesa sobre ellas; además, los diálogos nos permiten
conocer a la perfección a cada uno de los personajes, pues aunque es a través
de Gloria como vamos desentrañando la historia, la autora es capaz de construir
escenas llenas de visibilidad, donde cada personaje tiene su sitio.
En cuanto a los personajes,
las hermanas Veltrán- Belasco son los personajes principales de Las hijas de la tierra, aunque Gloria,
la mayor de las tres sea la protagonistas. Al principio, cuando conocemos a las
hermanas, Gloria no es la mujer fuerte y segura en la que se irá convirtiendo;
más bien es una jovencita insegura que se encuentra bajo el yugo de Rafael, su
hermano mellizo, quien está obsesionado con hacerse con el control de la finca
y no deja de hacerle la vida imposible a sus hermanas pequeñas. Personalmente
me ha gustado mucho la evolución que el personaje de Gloria sufre a lo largo de
la novela, pues pasa de ser alguien lleno de inseguridades a convertirse en una
mujer fuerte que no duda en enfrentarse a todo un pueblo y a un cacique
todopoderoso que no pueden soportar que sea una mujer la que les marque ahora
cómo deben hacerse las cosas. También me parece muy acertada la diferencia
entre las personalidades que presentan las tres hermanas Veltrán- Belasco, pues
se podría decir que Gloria es el equilibro entre las tres, ya que Teresa
representa la mente analítica por excelencia mientras que Verónica es la espiritualidad.
También me parece interesante el personaje de Miguel, quien aparece de forma
misteriosa en Las Urracas y se convierte en un apoyo importante para las
hermanas.
Las
hijas de la tierra se ha convertido, sin duda, en una de mis
lecturas de este año, y Alaitz Leceaga en una de las autoras fijas de mi
biblioteca. Una de esas novelas que se quedan contigo incluso después de
haberlas leído, y que te dejan con ganas de más.
Totalmente de acuerdo, si la primera novela nos conquistó, con esta renovamos votos 😉😍💋
ResponderEliminarEs una verdadera maravilla. Ya estoy deseando que saque la siguiente.
EliminarBesotes!!😘