Reseña Augurio.- David Aceituno
Editorial: Ediciones Paralelo
Año de edición: 2016
ISBN:
Formato: Ebook
Sinopsis:
Atrapada en un matrimonio que se descompone y en la relación cada vez más tensa con su hija adolescente, Ingrid debe enfrentarse ahora a un dolor inesperado: la muerte de J. Como contrapunto al estado de ánimo en que la sume una noticia que no puede desvelar a nadie, la luz en la isla del Mediterráneo donde veranea y la cita ineludible en la playa junto a Silvia, su hija.
A medida que el último día de agosto avanza, la sensación de irrealidad nubla los pensamientos de Ingrid. ¿En qué momento se ha convertido Silvia en una extraña? ¿Qué es lo que no sabe de su hija? En cuanto a su matrimonio, ¿cuándo y por qué empezó a romperse? Ingrid rastrea las respuestas en su relación con J, desde que lo conoció en una asociación de voluntarios donde él daba clases de psicología hasta el momento en que sus caminos se separaron. De fondo, el ruido de una muerte que no sabe cómo descifrar.
A partir de esas premisas argumentales, Augurio enfoca el conflicto de dos mentes condenadas a no entenderse –la de una madre incapaz de protegerse de sí misma y la de una hija arruinada por su propia inteligencia– para ir revelando poco a poco una incómoda foto de familia, y en especial algo que ni Ingrid ni Silvia pueden ver: las grietas de la doble vida en las paredes de su casa. (Sinopsis extraída de: Ediciones Paralelo).
El autor:
David Aceituno (Badalona, 1977) es licenciado en Filosofía por la Universidad Central de Barcelona, ciudad donde vive con su mujer y su hijo. Ha firmado los poemarios Sylvia & Ted (2010) y Hogar (2015) en la editorial Olifante y media docena de álbumes ilustrados, aparecidos bajo el sello Lumen.
Confiesa no haberse sentido cómodo escribiendo Augurio. Piensa que una de las posibles explicaciones es que se trata de una novela y que, por ello, está expuesto al juicio y la probabilidad de no acertar, de incurrir en el cliché, de ser un coñazo o de no sintonizar con el criterio del lector. La novela, considera, es más elevada que otros géneros donde puedes esconderte y reaparecer a la página siguiente. (Biografía extraída de: Libros Prohibidos).
Mi reseña:
Inaugura
el año en el blog la cuarta reseña que os traigo del Premio Guillermo de Baskerville,
que como ya sabéis organiza la web literaria Libros Prohibidos. En esta ocasión
os hablo de Augurio de David
Aceituno, una novela que nos habla de la distancia que se crea entre una madre
y una hija cuando la comunicación entre ellas se ha roto y lo difícil que es
volver a tender puentes. He de reconocer que tuve mejor comienzo con este libro
que final, pues si bien al principio me dio la sensación de que podía conectar
con sus personajes y llegar a conectar con ellos, a medida que fui avanzando en
la historia me pasó lo contrario, sobre todo con Ingrid, la madre, un personaje
que en mi opinión termina yendo algo a la deriva.
Augurio nos
presenta a Ingrid y Silvia, madre e hija que se encuentran en un momento
complicado de su relación. Con poca comunicación, la primera está pasando por
un difícil momento personal ya que se siente atrapada en un matrimonio roto y
además piensa que su vida no tiene un propósito determinado. Además, la
reciente muerte de J, que ha marcado un punto de inflexión en su existencia, hará
que Ingrid se plantee toda su vida actual. Por su parte, Silvia, en plena
adolescencia, siente que su madre está desperdiciando su vida y que, pese a que
querría admirarla, su falta de constancia le impide verla como un referente.
Ambas, frente a frente, se sienten incapaces de vencer las barreras que las
separan y decirse aquello que de verdad sienten, reconociendo que son más las
cosas que las unen que las que las separan.
Como
os he comentado al principio de la reseña, al empezar la lectura de Augurio pensé que iba a ser una de esas
novelas cuya historia me iba a emocionar de verdad, uno de esos libros que
ponen los sentimientos sobre la mesa y que plasman lo que los personajes llevan
dentro sin remedio. Sin embargo, esa sensación se fue diluyendo a lo largo de
las páginas por la deriva que va tomando el personaje de Ingrid, algo que sin
embargo no me ocurrió con el personaje de Silvia. Mientras que Silvia me
mantuvo interesada a lo largo de la novela, pues se muestra como lo que es, una
adolescente, pero al mismo tiempo, mantiene una profundidad como personaje, con
Ingrid me pasó lo contrario, se me fue desvelando como un personaje que pese a
comenzar el libro siendo una mujer que sufre la indiferencia de su hija, poco a
poco se va revelando como una persona envidiosa, incapaz de mantener la
constancia en nada de lo que hace e incluso con dificultad para sentir empatía
con aquellos que la rodean, y que en algunos momentos muestra un egoísmo
tremendo. Por eso, en ciertos momentos he llegado a entender a Silvia, esa
sensación de no entender a su madre, de no saber cómo volver a conectar con
ella.
Escrita
bajo un estilo directo, en Augurio
David Aceituno utiliza la figura de un narrador externo omnisciente que se
expresa en tercera persona y que es el encargado de dar al lector toda la
información que afecta a los personajes, tanto objetiva como subjetiva; este
narrador objetivo nos proporciona una visión más objetiva de todo lo que ocurre
pero al mismo tiempo también nos lleva a tomar más distancia de la historia. Augurio se desarrolla en un hilo
temporal lineal, con pocos saltos temporales a lo largo de la trama, aunque
hacia el final de la novela sí hay un flashback que nos lleva hacia un momento
anterior al punto de inicio de la novela. Con unas descripciones correctas y
que nos permiten situarnos en las escenas donde se desarrolla la acción, estas
se acompañan de unos diálogos a través de los cuales vamos conociendo a los
personajes, descubriendo a una Ingrid errática que no sabe hacia dónde va y que
ni siquiera es capaz de mantener una ocupación durante un tiempo. La trama de Augurio me ha llevado como una montaña
rusa, con subidas y bajadas en cuanto al interés se refiere, pues si bien
cuando el personaje de Silvia tomaba mayor relevancia me encontraba más
interesada aunque a veces no comprendiera ciertas cosas; para irme al lado
opuesto cuando era Ingrid quien se ponía al frente de la historia, y eso que al
principio de la historia me llamó muchísimo la atención, pero a medida que
avancé en la lectura me fue dando la atención de que no me contaba nada, de que
iba dando tumbos sin profundizar realmente en ningún aspecto.
Augurio es
en realidad una novela de personajes, no es una novela que nos cuente una
historia al uso. En realidad lo que importa en este libro de David Aceituno son
sus protagonistas, lo que sienten y cómo gestionan sus emociones y sus
sentimientos. Quizás por eso he podido llegar a entender más a Silvia y sus
locuras adolescentes que a Ingrid, que siendo la adulta, no toma las riendas de
su vida. A pesar de no compartir muchas cosas con Silvia, sé que los años de la
adolescencia no son fáciles pues ni tú mismo te entiendes y muchas veces solo
sabes que te has de rebelar contra todo y contra todos porque sientes que todo
es tu enemigo. Sin embargo, Ingrid es una mujer adulta, que no tiene porqué
saber cómo actuar en cada momento, por supuesto, porque nadie lo sabemos, pero
de ahí a sentir que todos los que la rodean son odiosos y culpables de sus
desdichas y no ser capaz de analizar donde están sus propios errores va un
abismo. Me ha faltado madurez en Ingrid, y también sentir que podía ponerse en
el lugar del otro, no tener la sensación de que lo ve todo a través de un
cristal, sin implicarse.
Augurio me
ha resultado una novela llena de contradicciones, pues David Aceituno ha
conseguido que siendo ya adulta, consiga ver otra vez el mundo a través de los
ojos de una adolescente y entender que los adultos, en ocasiones, no poseemos
la verdad absoluta.
Formato: Ebook
Sinopsis:
Atrapada en un matrimonio que se descompone y en la relación cada vez más tensa con su hija adolescente, Ingrid debe enfrentarse ahora a un dolor inesperado: la muerte de J. Como contrapunto al estado de ánimo en que la sume una noticia que no puede desvelar a nadie, la luz en la isla del Mediterráneo donde veranea y la cita ineludible en la playa junto a Silvia, su hija.
A medida que el último día de agosto avanza, la sensación de irrealidad nubla los pensamientos de Ingrid. ¿En qué momento se ha convertido Silvia en una extraña? ¿Qué es lo que no sabe de su hija? En cuanto a su matrimonio, ¿cuándo y por qué empezó a romperse? Ingrid rastrea las respuestas en su relación con J, desde que lo conoció en una asociación de voluntarios donde él daba clases de psicología hasta el momento en que sus caminos se separaron. De fondo, el ruido de una muerte que no sabe cómo descifrar.
A partir de esas premisas argumentales, Augurio enfoca el conflicto de dos mentes condenadas a no entenderse –la de una madre incapaz de protegerse de sí misma y la de una hija arruinada por su propia inteligencia– para ir revelando poco a poco una incómoda foto de familia, y en especial algo que ni Ingrid ni Silvia pueden ver: las grietas de la doble vida en las paredes de su casa. (Sinopsis extraída de: Ediciones Paralelo).
El autor:
David Aceituno (Badalona, 1977) es licenciado en Filosofía por la Universidad Central de Barcelona, ciudad donde vive con su mujer y su hijo. Ha firmado los poemarios Sylvia & Ted (2010) y Hogar (2015) en la editorial Olifante y media docena de álbumes ilustrados, aparecidos bajo el sello Lumen.
Confiesa no haberse sentido cómodo escribiendo Augurio. Piensa que una de las posibles explicaciones es que se trata de una novela y que, por ello, está expuesto al juicio y la probabilidad de no acertar, de incurrir en el cliché, de ser un coñazo o de no sintonizar con el criterio del lector. La novela, considera, es más elevada que otros géneros donde puedes esconderte y reaparecer a la página siguiente. (Biografía extraída de: Libros Prohibidos).
Mi reseña:
Inaugura
el año en el blog la cuarta reseña que os traigo del Premio Guillermo de Baskerville,
que como ya sabéis organiza la web literaria Libros Prohibidos. En esta ocasión
os hablo de Augurio de David
Aceituno, una novela que nos habla de la distancia que se crea entre una madre
y una hija cuando la comunicación entre ellas se ha roto y lo difícil que es
volver a tender puentes. He de reconocer que tuve mejor comienzo con este libro
que final, pues si bien al principio me dio la sensación de que podía conectar
con sus personajes y llegar a conectar con ellos, a medida que fui avanzando en
la historia me pasó lo contrario, sobre todo con Ingrid, la madre, un personaje
que en mi opinión termina yendo algo a la deriva.
Augurio nos
presenta a Ingrid y Silvia, madre e hija que se encuentran en un momento
complicado de su relación. Con poca comunicación, la primera está pasando por
un difícil momento personal ya que se siente atrapada en un matrimonio roto y
además piensa que su vida no tiene un propósito determinado. Además, la
reciente muerte de J, que ha marcado un punto de inflexión en su existencia, hará
que Ingrid se plantee toda su vida actual. Por su parte, Silvia, en plena
adolescencia, siente que su madre está desperdiciando su vida y que, pese a que
querría admirarla, su falta de constancia le impide verla como un referente.
Ambas, frente a frente, se sienten incapaces de vencer las barreras que las
separan y decirse aquello que de verdad sienten, reconociendo que son más las
cosas que las unen que las que las separan.
Como
os he comentado al principio de la reseña, al empezar la lectura de Augurio pensé que iba a ser una de esas
novelas cuya historia me iba a emocionar de verdad, uno de esos libros que
ponen los sentimientos sobre la mesa y que plasman lo que los personajes llevan
dentro sin remedio. Sin embargo, esa sensación se fue diluyendo a lo largo de
las páginas por la deriva que va tomando el personaje de Ingrid, algo que sin
embargo no me ocurrió con el personaje de Silvia. Mientras que Silvia me
mantuvo interesada a lo largo de la novela, pues se muestra como lo que es, una
adolescente, pero al mismo tiempo, mantiene una profundidad como personaje, con
Ingrid me pasó lo contrario, se me fue desvelando como un personaje que pese a
comenzar el libro siendo una mujer que sufre la indiferencia de su hija, poco a
poco se va revelando como una persona envidiosa, incapaz de mantener la
constancia en nada de lo que hace e incluso con dificultad para sentir empatía
con aquellos que la rodean, y que en algunos momentos muestra un egoísmo
tremendo. Por eso, en ciertos momentos he llegado a entender a Silvia, esa
sensación de no entender a su madre, de no saber cómo volver a conectar con
ella.
Escrita
bajo un estilo directo, en Augurio
David Aceituno utiliza la figura de un narrador externo omnisciente que se
expresa en tercera persona y que es el encargado de dar al lector toda la
información que afecta a los personajes, tanto objetiva como subjetiva; este
narrador objetivo nos proporciona una visión más objetiva de todo lo que ocurre
pero al mismo tiempo también nos lleva a tomar más distancia de la historia. Augurio se desarrolla en un hilo
temporal lineal, con pocos saltos temporales a lo largo de la trama, aunque
hacia el final de la novela sí hay un flashback que nos lleva hacia un momento
anterior al punto de inicio de la novela. Con unas descripciones correctas y
que nos permiten situarnos en las escenas donde se desarrolla la acción, estas
se acompañan de unos diálogos a través de los cuales vamos conociendo a los
personajes, descubriendo a una Ingrid errática que no sabe hacia dónde va y que
ni siquiera es capaz de mantener una ocupación durante un tiempo. La trama de Augurio me ha llevado como una montaña
rusa, con subidas y bajadas en cuanto al interés se refiere, pues si bien
cuando el personaje de Silvia tomaba mayor relevancia me encontraba más
interesada aunque a veces no comprendiera ciertas cosas; para irme al lado
opuesto cuando era Ingrid quien se ponía al frente de la historia, y eso que al
principio de la historia me llamó muchísimo la atención, pero a medida que
avancé en la lectura me fue dando la atención de que no me contaba nada, de que
iba dando tumbos sin profundizar realmente en ningún aspecto.
Augurio es
en realidad una novela de personajes, no es una novela que nos cuente una
historia al uso. En realidad lo que importa en este libro de David Aceituno son
sus protagonistas, lo que sienten y cómo gestionan sus emociones y sus
sentimientos. Quizás por eso he podido llegar a entender más a Silvia y sus
locuras adolescentes que a Ingrid, que siendo la adulta, no toma las riendas de
su vida. A pesar de no compartir muchas cosas con Silvia, sé que los años de la
adolescencia no son fáciles pues ni tú mismo te entiendes y muchas veces solo
sabes que te has de rebelar contra todo y contra todos porque sientes que todo
es tu enemigo. Sin embargo, Ingrid es una mujer adulta, que no tiene porqué
saber cómo actuar en cada momento, por supuesto, porque nadie lo sabemos, pero
de ahí a sentir que todos los que la rodean son odiosos y culpables de sus
desdichas y no ser capaz de analizar donde están sus propios errores va un
abismo. Me ha faltado madurez en Ingrid, y también sentir que podía ponerse en
el lugar del otro, no tener la sensación de que lo ve todo a través de un
cristal, sin implicarse.
Augurio me
ha resultado una novela llena de contradicciones, pues David Aceituno ha
conseguido que siendo ya adulta, consiga ver otra vez el mundo a través de los
ojos de una adolescente y entender que los adultos, en ocasiones, no poseemos
la verdad absoluta.
Me has dejado muerta! No me había sentido atraída al principio y tras leerte me parece que me gustaría bastante.
ResponderEliminarVenga, anotada.
Besitos 💋💋💋
Pues me alegra que te haya interesado. Seguro que lo disfrutas 😃.
EliminarBesitos!