Reseña Yo, Claudio.- Robert Graves
Sinopsis:
Llegado a los últimos años de su vida y temeroso de caer asesinado víctima de una conspiración, el emperador Claudio (o Clau-Clau-Claudio, o Claudio el idiota) decide consignar por escrito su larga y azarosa vida desde los días en que gobernaba su tío abuelo Augusto, a cuya sombra su esposa Livia movía los hilos del poder. En esta novela inolvidable vemos desfilar delante de nosotros todo el esplendor y miseria de los primeros años del Imperio Romano, embarcado muy pronto en una espiral de conspiraciones, crueldad y violencia bajo los reinados del taciturno Tiberio y del extravagante Calígula. Lectura apasionante desde su primera línea, Yo, Claudio es sin duda una de las cinco mejores novelas históricas de todos los tiempos.
El autor:
Robert von Ranke Graves (Wimbledon, Londres, 24 de julio de 1895 - Deyá, 7 de diciembre de 1985) fue un escritor y erudito británico, padre de la escritora y traductora Lucía Graves. Graves se educó en la escuela Charterhouse ganando una beca para el Colegio San Juan (Universidad de Oxford), donde prosiguió sus estudios. Al estallar la Primera Guerra Mundial se alistó en el ejército en los Reales Fusileros Galeses; enviado al frente, los horrores que presenció en el campo de batalla le marcaron profundamente. Su primer volumen de poesías fue publicado en 1916, aunque más tarde intentaría ocultar las poesías escritas durante la guerra. Durante la batalla del Somme, ese mismo año, fue herido de tal gravedad que su familia fue informada de su muerte. A pesar de ello, se recuperó, aunque le quedaron secuelas en los pulmones, y pasó el resto de la guerra en Inglaterra, tratando en vano de reincorporarse al frente. En 1926 consiguió un puesto en la Universidad del Cairo, donde le acompañaron su esposa Nancy Nicholson, sus hijos y la poetisa Laura Riding. Con Riding fundó la editorial Seizin Press y publicó dos obras académicas bien acogidas: A Survey of Modernist Poetry (1927) y A Pamphlet Against Anthologies (1928). En 1929 se trasladó con Riding a Deyá, en Mallorca, isla que tuvo que abandonar en 1936 por la guerra civil española. En 1929 publicó su autobiografía Goodbye to All That ('Adiós a todo eso', revisada por él mismo y publicada de nuevo en 1957), obra que tuvo un gran éxito pero le costó muchas de sus amistades. En 1934 publicó su obra más célebre Yo, Claudio, en la que a partir de fuentes clásicas construye un complejo y completo relato de la vida del emperador romano Claudio, historia que prosiguió más tarde con la secuela Claudio el dios, publicada en 1943. También fue autor de la novela histórica Count Belisarius (1938), en la que relata la vida del general bizantino Belisario. En el año 1946 se publica su novela Rey Jesús, una polémica obra basada en la vida de Jesucristo. En 1939 regresó a Inglaterra, donde comenzó una relación sentimental con Beryl Hodge. Entre los hijos que tuvieron en común, se encuentra la escritora y traductora Lucía Graves. En 1946, tras el paréntesis de la Segunda Guerra Mundial, regresó a Deyá, Mallorca, localidad en la que contrajo matrimonio con Beryl en 1950. Ahora su casa de Deyá es un museo. En 1948 publicó la controvertida obra La diosa blanca, en la que expone su peculiar visión poética de los mitos. En 1961 fue nombrado profesor de poesía de la Universidad de Oxford, puesto que conservó hasta 1966. (Biografía extraída de: http://es.wikipedia.org).
Mi reseña:
Hoy miércoles os traigo al blog una novela histórica, género al que sabéis soy muy aficionada; y la entrada está dedicada a la que es, probablemente, una de las mejores novelas históricas sobre el Imperio Romano que se han escrito. Hoy le doy la bienvenida al blog a Yo, Claudio de Robert Graves; que tiene su continuación en "Claudio, el dios, y su esposa Mesalina" (que os reseñaré más adelante y cuya lectura recomiendo realizar por orden ya que se continúan). Un libro en el que nos vamos a encontrar con una magistral lección de historia sobre los entresijos de la corte imperial romana vista desde dentro.
Busto del Emperador Claudio |
Yo, Claudio nos lleva de la mano de su protagonista, el en ese momento Emperador de Roma Claudio a realizar un recorrido por toda su vida, desde su más temprana niñez, cuando es un niño tímido, con una tartamudez bastante agudizada y una leve cojera. Todo esto le lleva a refugiarse en la cultura, y aunque todos lo consideran un niño idiota, nada más lejos de la realidad. Lo cierto será que Claudio, gracias a esta percepción que de su persona tiene toda su familia, podrá asistir a todas las intrigas que se desarrollan en el palacio imperial y que se verán desatadas sin control a la muerte del emperador Augusto, cuando su esposa Livia confabule contra todo y contra todos sin dudar en recurrir al asesinato para conseguir que sea su hijo Tiberio, y no otro quien ocupe el sillón imperial. Pero Tiberio, pusilánime y sin carácter, estará constantemente bajo el yugo de Livia, que lo único que no podrá controlar será el libertinaje al que cada vez está más sometido Tiberio. Intrigas, traiciones, asesinatos y pasiones que terminarán llevando al poder al miembro más insospechado de la familia Julia- Claudia, a "ese Claudio" al que nadie prestó nunca atención y que estaba llamado a convertirse en uno de los mayores emperadores de Roma.
Estatua del Emperador Augusto |
Cuando te enfrentas a la lectura de Yo, Claudio has de tener en cuenta que no te vas a adentrar en una novela histórica de acción trepidante que te va a llevar a los campos de batalla con las legiones romanas, no vas a ser testigo de épicos enfrentamientos, o por lo menos, no de enfrentamientos al uso. Porque enfrentamientos hay, y muchos, pero sibilinos, de los que van reptando y si no estás avispado, cuando te quieres dar cuenta te tienen atrapado en su abrazo mortal. En esta novela, seremos testigos de como es, en ocasiones, mucho más difícil sobrevivir en la corte imperial de Roma que en cualquier enfrentamiento contra alguna tribu bárbara. En el campo de batalla ves venir el golpe, en la corte imperial te llega por sorpresa, y eso es lo que aquí nos va a mostrar Robert Graves. Y quizá por eso, Claudio pudo llegar donde llegó, porque nadie le echaba cuentas, nadie pensaba que ese jovenzuelo tartamudo, patizambo y que nunca conseguía despertar el interés de nadie, más bien todo lo contrario pues todo aquel que intentaba escucharle terminaba de los nervios, escondía en realidad una inteligencia despierta y que nunca se cansaba de aprender; algo, que por otra parte, la mayor parte de los inquilinos del palacio real consideraban inútil, ¿qué iba a conseguir alguien que se pasaba el día entre legajos?.
Asesinato de Calígula y proclamación de Claudio como emperador (Lawrence Alma- Tadema) |
Emperatriz Livia, esposa de Augusto |
Escrita con un estilo cuidado y elegante, en el que Robert Graves nos sorprende introduciendo toques de humor con una fina ironía de la que hace gala el personaje de Claudio, esto hace que la lectura resulte sumamente agradable. El autor utiliza una prosa cuidada hasta el más mínimo detalle en la que intercala narración y diálogo, agilizando así la lectura. Utilizando la figura del narrador- protagonista, será el propio Claudio en primera persona quién nos narre sus memorias, empezando el libro en un momento en el que teme por su vida ya que desconfía de todos los que le rodean, y es por ello que decide, como historiador que él mismo se siente ante todo, plasmar por escrito sus vivencias desde la niñez hasta el momento actual de su vida. Hay que reconocer que la obra, pese a estar escrita en forma de memorias, no sigue un hilo temporal lineal, ya que tiene idas y venidas temporales que en ocasiones puede dificultar un poco la lectura (ayuda a situarse en que momento temporal de la historia nos encontramos el hecho de que esté indicado el año en que se sitúa la acción que vamos a conocer en el lateral del párrafo cuando la trama va a comenzar). La trama de la novela no es trepidante ni excesivamente rápida, podría decirse que es un libro cadencioso pero en el que no paran de sucederse los acontecimientos; Robert Graves ha plasmado la propia personalidad de Claudio en la escritura de la obra, en el desarrollo de la trama, y Claudio era un hombre tranquilo, reposado, pero en nada falto de carácter, más bien al contrario; y esto está plasmado en cada una de las páginas. Nos vamos a encontrar con una lectura reposada, cargada en muchas ocasiones de una elegante ironía y muy buenas dosis de humor.
Grandes también son los personajes que nos vamos a encontrar en Yo, Claudio; Robert Graves nos proporciona toda una serie de datos con los que iremos conociendo a todos los miembros de esta "gran familia" Julia- Claudia que ocupa el palacio imperial y cuyo pasatiempo favorito parece ser darse puñaladas por la espalda. Todos y cada uno de los personajes que nos vamos a ir encontrando están perfectamente dibujados dentro de la novela, llegando a conocerlos en sus facetas más íntimas. Veremos la grandísima evolución de Claudio, desde ese niño tímido que se esconde entre sus escritos al gran emperador que controlará el mayor imperio del mundo. Pero si algo llama la atención en esta novela es la gran fortaleza y poder de manipulación del que hacen gala la mayoría de personajes femeninos del libro (sobre todo Livia, pero también destacan Agripina o Antonia) que, a la sombra de los personajes masculinos, ejercen un poder casi a la altura de estos últimos, que en muchas ocasiones están dominados por bajas pasiones e instintos primarios.
Por todo esto, y porque gracias a la lectura de Yo, Claudio asistimos a una magistral lección de historia en estado puro, no me queda más que recomendar su lectura, se trata de una novela que no puede faltar en tu biblioteca; una lectura que no por no ser sencilla se disfruta menos, al contrario; es una novela para degustar, para leer de forma reposada y paladear cada uno de sus pasajes, para entrar en sus páginas y descubrir, tal y como predijo la sibila en el 23 d. de C.:
Diez años y y cincuenta y tres días,
y Clau-Clau-Claudio recibirá
un regalo que todos codician menos él.
Más cuando haya enmudecido y ya no esté
-mil novecientos años, más o menos-,
Clau-Clau-Claudio hablará con claridad.
A diferencia de a ti, la novela histórica es un género que no me va mucho, pero las intrigas políticas sumadas a la época romana... no es una mala combinación :) buena reseña! nos leemos!!
ResponderEliminarHola Inés!, en esta novela tienes todos los ingredientes de intrigas palaciegas y traiciones que te puedas imaginar, etos romanos... jejejejeje. Nos leemos!!!
EliminarUn saludo!!
Recuerdo desde pequeñita tener muchas veces en la mano este libro en la biblioteca pero, aunque me encanta la novela histórica, nunca me animaba a sacarlo, pensando que iba a ser muy aburrido. Me ha encantado que me recuerdes esta lectura pendiente, y ahora sí que no lo dejaré pasar. Gracias!!
ResponderEliminarHola Atenea!!
EliminarMe alegra muchísimo que ahora no lo dejes pasar, porque seguro que no te arrepentirás ;)
Un saludo!!
Hola!!! Te he nominado al PREMIO BEST BLOG.
ResponderEliminarAcá te dejo el link para que veas de qué se trata.
Felicitaciones!
http://enclavedemi.blogspot.com.ar/
Muchas gracias!!
EliminarHola Inma, por fin te encuentro y te agrego.
ResponderEliminarNo soy muy dicho a este género literario, pero te digo que es todo ponerse jeje. No obstante, me gustó tu reseña. Se nota que lo disfrutaste y subrayas buenas puntualizaciones dando valor a la lectura.
Te sigo... Un abrazo.
Hola!!!, yo te voy a seguir ya!, que también me he tenido que poner al día con varias cosas y he ido de cabeza. Me alegra que te haya gustado la reseña.
EliminarUn abrazo!!
Bueno, bueno!!!
ResponderEliminarEs precioso volver de las vacaciones blogueras y encontrarse con esta pedazo de recomendación!
No sé si lo sabes, pero me encanta la novela histórica y la historia en sí. Por lo tanto, este es un libro que me apunto de cabeza!!!
Besos!!
Como ves, me he puesto manos a la obra para volver a saquear tu cartera, Jajajajaja. Ya verás como disfrutas de este libro, hay más de un Willy (incluso en versión femenina, jejejeje).
EliminarBesos!!!
Vaya!!! Que tema!!! Una recomendación de esas que no hacen más que una obligacián a seguir....Realmente Los emperadores romanos dejaron huella en la historia,unos mas que otros como Nerón,Augusto,Adriano Marco Anrtonio Tiberio y Caligula. Es sin duda una novela que igual que ese temido y majestuoso imperio hara historia!
ResponderEliminarTe has lucido con esta!!!
Muchas gracias!!, la verdad es que es que la histórica me apasiona, y todo lo relacionado con Roma me atrapa sin remedio. Y este libro es un novelón, así que es de los que no se pueden dejar pasar ;)
EliminarUn saludo!
yo lo estoy leyendo ahora mismo y me esta encantando :D. te has leido la segunda parte claudio el dios?
EliminarSi!, lo leí tiempo después y también me gustó mucho
EliminarUy, Yo, Claudio. Una de mis mejores novelas de ficción histórica. Claudio es un personaje redondo y Graves nos muestra una magnífica novela. Merece la pena ver la serie de la BBC sobre este personaje. (la vi un par de veces). Me alegro que hayas disfrutado con su lectura. Besos.
ResponderEliminarYo vi la serie después de leer la novela, hace unos dos años (no había nacido cuando se emitió en España, jejejeje) y he decir que la serie también me encantó (tengo los dvd en casa ;) ).
EliminarBesos!!!
Una gran novela la que nos traes. Yo ultimamente estoy un poco desligada de la novela histórica, y mira que me gusta.
ResponderEliminarBesos!!
Pues si retomas, esta es una gran opción!!
EliminarBesos!!
Es un grandísimo libro, y memorable la serie, que también vi, como tú, con posterioridad :-)
ResponderEliminarMuchos años después leí Claudio el dios y su esposa Mesalina pero no me gustó tanto ni de lejos. Puede que fuera por la diferencia de edad entre que leí el primero y el segundo...
Me gustan tus reseñas, con tu permiso, me quedo por aquí :-)
¡Saludos!
Marina
Me alegra que te quedes por aquí!
EliminarYo también leí la segunda y aunque me gustó, no llega al nivel de la primera.
¡Un abrazo!