Reseña Más grandes que el amor.- Dominique Lapierre
Sinopsis:
Un día hallándose de paso en Nueva York, Dominique Lapierre lee en un periódico una noticia sorprendente: «La Madre Teresa de Calcuta ha abierto, en pleno corazón de las calles más calientes de Manhattan, un hogar para acoger a las víctimas del sida sin recursos». Se precipita a la dirección indicada, y encuentra allí una aventura humana, médica y científica como quizá no se ha visto otra en el mundo. Ésta será la encuesta de su vida. Durante tres años forzará la puerta de los laboratorios de investigación, reconstruirá la caza de virus más formidable de la reciente historia médica, compartirá la embriaguez de los descubridores de los invisibles agentes mortales, revivirá la jadeante carrera en pos del primer medicamento eficaz contra el mal y será testigo del prodigioso impulso de generosidad y de compasión de los que cuidan a los enfermos, del valor y de la esperanza de éstos. Más grandes que el amor relata el incesante combate de todos aquellos —médicos, investigadores, sanitarios, víctimas— que se muestran cada día aún más grandes que el amor en la realización de su vocación o en la aceptación de sus sufrimientos; la historia de docenas de héroes de nuestro tiempo, conocidos o anónimos y del fantástico desafío lanzado a los médicos y a los investigadores de este final de milenio.
El autor:
Dominique Lapierre (La Rochelle, Francia, 30 de julio de 1931) es un escritor francés, autor de los best-seller como "La ciudad de la alegría", "Mil soles", "Esta noche la libertad", "Era medianoche en Bhopal" y de "Más grandes que el amor", varios con la colaboración de Larry Collins o Javier Moro. Entre 1954 y 1967 trabaja como reportero para la revista Paris Match. Desde que se enamoró de la India mientras escribía sus best-sellers Dominique Lapierre destina la mitad de sus derechos de autor y los donativos de sus lectores a acciones humanitarias en los barrios de chabolas de Calcuta, en las zonas rurales más pobres de Bengala y también en África y Sudamérica. Desde 1982, el escritor y su esposa han contribuido a salvar a miles de niños enfermos, la asociación que fundaron, Action pour les Enfants des Lépreux de Calcutta (www.cityofjoyaid.org, www.citedelajoie.com), financia año tras año numerosos programas de educación y salud. Por esta labor humanitaria y por sus libros sobre la historia del subcontinente indio, Dominique Lapierre recibió el 5 de mayo de 2008, de manos de la presidenta de la India, la más alta condecoración civil, el Padma Bhushan. (Biografía extraída de las páginas web: http://www.planetadelibros.com y http://es.wikipedia.org).
Mi reseña:
Este fue el primer libro que leí de Dominique Lapierre; tendría alrededor de catorce años cuando mi madre me lo dio, después de leerlo ella, y me dijo "toma, lee esta novela, te gustará". Y no se equivocó. De hecho, es de los pocos libros que he releído, y varias veces (algo que no suelo hacer) a lo largo de mi vida. Aunque se trate de un libro escrito en 1990, creo que a día de hoy, más que nunca, se debería volver sobre su lectura, ya que el ser humano tiene un gran problema: olvida con demasiada facilidad.
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Virus VIH visto al microscopio |
Más grandes que el amor es un libro coral, que más que una novela se puede decir que es una narración que Dominique Lapierre nos regala en forma de libro sobre la investigación que llevó a cabo durante tres años, al descubrir que la Madre Teresa de Calculta había abierto, en pleno corazón de Manhattan, un hogar para acoger a los enfermos de una enfermedad en plena ebullición, una epidemia que parece en ese momento incontrolable y que solo con oír su nombre ya causa pavor: SIDA. En ese hogar, su encuentro con tres personas hará que el autor comience su periplo por los diferentes laboratorios que estuvieron implicados en el descubrimiento del virus más letal del S. XX, que se descubrió tras darse, en 1980, los cinco primeros casos y que tuvieron en jaque a la medicina durante meses. Un virus que, en su origen y de forma errónea se asoció a la comunidad gay (los primero casos se dieron entre personas homosexuales) pero que no tardó en callar las bocas a todos los homófobos al atacar indiscriminadamente a cualquier persona, independientemente de su condición sexual, raza o edad.
Más grandes que el amor es una epopeya narrada dentro de un libro. Nos cuenta uno de los mayores desafíos a los que ha tenido que enfrentarse el hombre a lo largo del S. XX para enfrentarse a uno de los enemigos de la humanidad más letales y al tiempo más minúsculos de su historia. Descubrimos entre sus páginas la lucha intestina que llevaron a cabo los investigadores y biólogos que se encontraron de repente ante un virus completamente desconocido, letal hasta límites insospechados y resistente a todos los tratamientos conocidos hasta el momento. Pero también descubrimos esa otra lucha, de personas anónimas: sanitarios, enfermos, familiares, hermanas de la congregación de la Madre Teresa u otras personas anónimas que también participaron, de una forma u otra, en el descubrimiento y en la lucha contra el virus.
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Madre Teresa de Calcuta |
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Michael S. Gottlieb, médico e inmunólogo que descubrió los primeros casos de SIDA en humanos |
Narrada en tercera persona, Dominique Lapierre será el narradador omnipresente durante todo el libro, dividido en tres partes que a su vez se dividen en capítulos cortos que van encabezados por el lugar donde transcurren y la fecha en la que tienen lugar. Hay que tener en cuenta que los saltos entre las historias van a ser continuos en la narración, que sin llegar a ser compleja, si que es cierto que resulta más amena cuando nos narra las historias de los personajes de a pie y utiliza un lenguaje un poco más técnico cuando nos narra la parte de la investigación. El autor no se implica nunca en la narración, sino que nos va llevando a través de los acontecimientos, acompañando a los protagonistas de la historia, desde la aparición de los primeros casos conocidos en Los Ángeles y San Francisco en 1980 y 1981 que empiezan a poner en jaque a la medicina mundial; a los laboratorios que se implican en buscar que está causando una verdadera plaga que se está extendiendo sin control; a las hermanas que dejarán todo para cuidar de unos enfermos que se convierten en invisibles para prácticamente toda la sociedad... Pero también veremos como, el ser humano no puede dejar de lado su propio ego, y dentro de la investigación también se darán luchas de poder, luchas por llegar el primero en la carrera por el que podría ser el descubrimiento más importante de la historia.
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Center for Disease Control (Atlanta, Georgia) |
Los personajes que aparecen en la novela son todos reales, y por lo tanto también lo son sus historias. Resulta impactante el personaje y la historia de Ananda, la joven monja hindú que proviene de la casta de los intocables y que consagra su vida al cuidado de los enfermos, primero de los leprosos, y más tarde de los enfermos de Sida; pero todos los personajes que aparecen en la novela resultan admirables. Son personajes que resultan grandes desconocidos, en general, para el gran público, y que en realidad, fueron los que consiguieron identificar un virus letal que estaba campando a sus anchas de la forma más sibilina, y que de no ser por la lucha llevada a cabo por estos hombres y mujeres, habría sido muchísimo más destructivo. Pero también nos cuenta la historia de los enfermos, esos a los que en un principio se discriminó por su condición sexual y se apartó de la sociedad como parias, y que debieron sufrir, además del horror de la enfermedad, el horror del rechazo.
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Luc Montagnier y Robert Gallo, descubridores del virus del VIH |
Creo que Más grandes que el amor es una lectura más que interesante, aunque he de advertir que no es un libro ligero, no es de esos que se leen en una tarde. Es una lectura que hay que realizar de forma reposada, para asimilar todo lo que contiene; y creo que hoy en día es una lectura más necesaria que nunca, pues parece que se nos ha olvidado que esta enfermedad sigue existiendo, que se sigue contagiando, y que aunque en lo que nos ha dado por llamar "países desarrollados" se puede vivir con ella como una enfermedad crónica sin mayores problemas, no podemos olvidar que hay países en los que sigue matando a millones de personas... Y que la mejor manera de erradicarla no es con la medicación, es con la prevención.
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Foto histórica tomada en el Instituto Pasteur de París con parte del equipo de Luc Montagnier y de Robert Gallo, en 1987. |
Algún día tendré que estrenarme con Dominique Lapierre. Es uno de los autores que tengo pendiente.
ResponderEliminarGracias como siempre por tu estupenda reseña. Besos!!
De nada!!!. La Ciudad de la Alegría es genial para que te estrenes con Dominique Lapierre, seguro que te conquista ;)!!!!
EliminarBesos!!!
Con ese libro amiga partí hace varios años ya, es una obra de arte narrada por este escritor , fue llevada al cine y es iconica en el tratamiento de sus personajes.
EliminarGracias, Dánae, por la reseña y por las fotos, que ponen imagen a algunos de los escenarios y los "personajes" implicados.
ResponderEliminar"Tropecé" con el libro en un cajón de libros para regalar de una biblioteca de un pueblo asturiano, hace dos semanas. Empecé a leerlo hace tres días, casi sin saber de qué iba: me había atraído el título -que ya había oído hace años- y las fotos de la contraportada. Apenas me quedan unos capítulos, por lo que te digo por delante que me ha atrapado como solo consiguen algunas obras de vez en cuando.
Pero tengo un sentimiento contradictorio que es el que quería compartir.
Como relato periodístico / de suspense sobre el inicio de la enfermedad del SIDA y la movilización diversa de médicos, sociedad civil, etc. es de una "perfección" abrumadora. Quiero decir que maneja todos los ingrediente de la épica: héroes anónimos luchando contra viento y marea; esbozos de sus biografías encontrando el hilo conductor que los había llevado a estar precisamente en ese lugar concreto y en ese momento preciso -muchas de esas biografías nos las hace vislumbrar el autor como merecedoras de un relato aparte-; cruce de historias en los escenarios de India, Israel, Estados Unidos; descripciones vívidas de la vida... y de algunas muertes de alguno de los "personajes" a los que habíamos seguido a lo largo de la narración...
Excelente tratamiento narrativo, llevando al lector de la mano a través de los altibajos de cada investigador, de cada técnico de laboratorio... y alimentando implícitamente en nuestro subconsciente lo que la ficción al uso suele reservar para el final: al final, el héroe lo consigue y "vence" al mal.
Aunque no he terminado el libro, me imagino que Lapierre culminará en ese "final feliz" (o semi feliz) que ya conocemos, en el que el SIDA ha podido llegar a ser bastante controlado (en el primer mundo, como tú señalas) con medicación, convirtiéndose en una enfermedad crónica (aunque con bastantes secuelas por efectos secundarios de la prolongada medicación).
Mi objeción viene desde el 2014 y la visión de la otra medicina: holística, muy atenta a las causas físicas, psicológicas, anímicas y no solo a los síntomas; con tendencia a remedios naturales e integrales que minimicen los daños al propio cuerpo (primum non nocere -primero, no dañar- dijo Hipócrates), muy crítica con el enorme uso de fármacos que evidencia a menudo que los pacientes no queremos o no nos sentimos capaces de hacernos realmente responsables de nuestra salud prefiriendo confiar en los "técnicos"...
En fin, ese es un tema enorme, y de mucho calado.
Pero se conecta con la novela -y ahora sí lo llamo novela como tú, Dánae- porque, si bien Lapierre no da ninguna opinión explícita sobre el desarrollo de los trabajos, todo el relato destila implícitamente una enorme y evidente admiración por estas grandes estructuras de la medicina occidental, con sus laboratorios, sus centrifugadoras de linfocitos... también con sus rencillas, sus genialidades, su trabajo en equipo; sus centros oficiales de vigilancia (el CDC, el Instituto del Cáncer); las importantísimas revistas-biblia de la medicina; y desde luego la gran industria farmacológica -Wellcome Inc.- de la que apenas oculta que entra en la "batalla" cuando ya puede asegurarse que la epidemia tiene la magnitud que predice la rentabilidad.
Todos estos escenarios y las acciones que en ellos ocurren están descritos, de nuevo, bajo el esquema épico (hombre anónimo > obstáculo que le supera > superación y victoria, dicho en pocas palabras). Así que toda esa enorme estructura de la medicina occidental -por cierto, bastante monolítica en sus protocolos y, en general, poco o nada abierta a otra verdad que no sea la suya, la "científica", como si de una fe incontestable se tratara-, como decía, esa medicina occidental y sus grandes estructuras que culminan en la resolución exclusivamente química del problema, queda encumbrada y apuntalada como los incontestables héroes de nuestro tiempo.
En fin: como lectora me he sentido absorbida por el relato, por la información que cuenta y por cómo la cuenta. Como mujer consciente del trasfondo del tema de la propia salud y la medicina occidental, me siento rebelde por la "campañita" que le hace este libro. Sin quitar un ápice de mérito a los médicos e investigadores concretos que se dejaron la piel. En una pandemia con muertes tan rápidas, ¿cómo no investigar sobre lo conocido? (Pero sorprende que 35 años después el paradigma siga siendo casi el mismo... como en el cáncer: solo se mira lo físico).
ResponderEliminarHe de decir también que, gracias a este relato, me he podido poner en el lugar de tantos médicos que solo tienen esa visión física del ser humano: hay mucho que mirar y aprender, porque el cuerpo humano es, sin duda, fascinante en su perfección. Miras y miras, cada vez lo más pequeño: el órgano, la célula, el linfocito, la enzima, sacar al virus de su escondrijo... Estás ya mirando cosas tan pequeñas... que dejaste de mirar a la persona?
Enhorabuena por tu blog y gracias por la ocasión de hacer esta (larguííísima, perdón) reflexión en voz alta.
Hola Esther!!. Yo leí este libro hace muchos años (estaba en plena adolescencia y en esa época, este libro te puede marcar mucho) por eso le tengo especial cariño. A mi me resultó especialmente llamativo que, aunque hubiera vidas en juego y las víctimas fueran cada vez mayores, los médicos no fueron capaces, en muchas ocasiones, de aparcar su propio ego en la carrera por identificar el virus o encontrar un tratamiento eficaz; muchas veces era más importante esto que las personas, y por desgracia, en la actualidad esto no ha cambiado.
EliminarUn saludo y encantada de contar contigo por aquí!!!
Brillante análisis yo he leído varios de ese escritor debo decir que soy un lector empedernido, el otro pedazo de libro que tiene Lapierre se titula "Era medianoche en bhopal" tambien es impactante pues es un accidente quimico de proporciones gigantescas.
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